Viruslandia –
Año 502.020
Dedicado a mis 4 hijos: Verónica,
Andrea, Juan Manuel y Facund0.
“Virus coronados del mundo” –comenzó la alocución a sus congéneres el conocido como ‘virus 825n siendo n un
número infinito solo al alcance de supercomputadoras- al llegar en este día a la
conmemoración del 500.000 Aniversario de nuestro dominio en la tierra que nos
permitió expandirnos en el universo, no debemos olvidar nuestra historia para
no cometer los mismos errores que los humanos”
“Debemos recordar que en esa única batalla por la
supremacía casi fuimos vencidos por la tenaz oposición de algunos gobernantes,
científicos, ciudadanos que practicaban la solidaridad para aislarnos al mismo
tiempo que nos iban exterminando. Pero fuimos fuertes ante la adversidad y,
mientras en algunos lugares del mundo se mofaban de nuestro poderío
(“yanquilandia”, “bolsolandia”) en otros donde la resistencia y estrategia
venía siendo nefasta para nuestras huestes, la extravagante actitud de algunos
humanos que querían obtener beneficios personales y partidistas, nos permitió
primero resistir para posteriormente adaptarnos a las circunstancias y
reconvertirnos para ser más agresivos y letales a organismos multicelulares que
no tuvieron la misma capacidad de adaptación y no les dimos tiempo para
generar nuevas armas químico-biológicas para destruirnos”.
“De esto debemos sacar dos conclusiones
interesantes, mejor dicho importantes puesto que nos permitió estar todavía
reinando en el Universo 500.000 años después: el tiempo y
la unión o solidaridad hacia un mismo
objetivo”.
“Mientras los humanos y todos los demás animales de
la tierra fueron evolucionando en un sentido, dividiendo su cuerpo en
‘sistemas’ de sensaciones, motricidad, inteligencia (superior o inferior)
interconectados con mecanismos complejos, pero por esto mismo sensibles a
contingencias externas, nosotros permanecimos inmutables en esencia; un
infinitesimal corpúsculo, pero eso nos permitía mutar rápidamente en lo que
importaba: nuestro mecanismo de agresividad al mismo tiempo que el de
adaptación a distintos entornos”.
“Por eso pudimos sobrevivir a la desaparición de
nuestros huéspedes –la raza humana- e instalarnos cómodamente en animales
inferiores, y a medida que éstos desaparecían usufructuar el reino vegetal y el
mineral prácticamente inagotable”.
“Solamente somos mente incorpórea y nuestro
mensaje y nuestra actividad y nuestros objetivos, son transmitidos con la
mente, con ésta manejamos todo; pero además atacamos en el momento preciso,
cuando los humanos habían desarrollado artilugios tan increíbles como que con
el poder del pensamiento podían emitir órdenes a las computadoras y a los robot
que podían construir máquinas, como las naves que se pueden desplazar al
espacio exterior.
Todo eso lo aprovechamos en beneficio propio,
porque sin necesidad de evolucionar en organismos complejos que nos harían más
sensibles a las condiciones adversas exteriores, con nuestra mente damos
órdenes a las súper computadoras; nuestra infinita pequeñez corpórea permite
desplazarnos llevados por la naturaleza: el agua, las motas de polvo con el
viento, cabalgando sobre fotones de los rayos de luz, sobre las briznas de
hierba en que estemos aposentados, o con órdenes a los robots que están a
nuestro servicio para que nos trasladen”.
“Por el poder de nuestra mente ordenamos la
construcción de naves por cuyo medio en estos 500.000 años fuimos poblando el
Universo, un Universo Viral del que debemos sentirnos orgullosos pero que
logramos gracias a la inventiva previa de los humanos. No teníamos aprensión
hacia ellos, nada en contra pues inclusive nos resultaban huéspedes simpáticos,
pero era una cuestión de supervivencia: ellos o nosotros”.
“Por eso en recuerdo de ellos inauguramos hoy este
Museo con sus reliquias que nuestros robots han instalado para que nuestras
mentes capten al detalle estas máquinas con poderosos motores con las que se
desplazaban, esas fabulosas colecciones de libros que nos permiten diseccionar
sus obras y su pensamiento, estos papeles todos igualitos –que ignoramos por
qué causa atesoraban en tan gran cantidad no teniendo ninguna utilidad
práctica- que nuestros robots encontraron en cámaras blindadas y en pocos y
determinados sitios de la Tierra; este metal brillante como un sol, estas
piedras de colores iridiscentes, estos abrigos incómodos a cual más extravagante,
todas estas cosas inservibles y sin embargo por las que luchaban y ¡se mataban
entre ellos!”
“Con la ambición de acumular cada vez más, no les
importaba la suerte que podían correr congéneres cuyo objetivo en la vida era
tener un mendrugo de pan para saciar el dolor de sus tripas (pues ellos
necesitaban ingerir alimentos para poder vivir, y sin embargo con la abundancia
de los mismos, millones de ellos no disponían de lo más mínimo). Indiferentes
al dolor ajeno, pensando solamente en acumular bienes ¿para qué les servirían?
que lograban NO por meritocracia sino por falta de escrúpulos. Todo eso, a no
dudar, contribuyó a las disensiones que permitieron nuestro triunfo sobre los
humanos”.
“Quedaron para el Museo estas cosas como un
recordatorio que no pudieron llevarse a las tumbas”.
Un
cuento ¿inverosímil?
© César
J. Tamborini Duca, poeta y
escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Ilustraciones de Oscar
Ranalli y Lucio Cañupan (MIEMBRO HONORÍFICO DE ASLAPO ARGENTINA)
Se permite la reproducción citando la fuente: www.pampeandoytangueando.com
César José Tamborini
Duca
c/La Niegra nº 5 -
VEGUELLINA DE ORBIGO (LEON)
Fundador y 1er.
Director de la Revista "Argentinos de León" (León, España)
Académico Correspondiente
en León, España, de la Academia Porteña del Lunfardo
Co-fundador y Director
de "Academia Virtual del Lunfardo y el Tango"
Miembro Honorífico de
ASOLAPO ARGENTINA
(Asociación
Latinoamericana de Poetas, Escritores y Artistas)
Declarado
"Ciudadano Ilustre" de la localidad de Uriburu, La Pampa (Resolución
nº 08/17)
Libros editados:
"CHE
(Lunfardiadas)"
"Pasión y Muerte
de Nuestro Señor de las Pampas" (de "Interés Legislativo"
por la Cámara de Diputados de la Provincia de La Pampa)
Ensayo "Toponimia
histórica de Lonquimay".
P.S. Sitio para adquirir mis libros:
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Argentina se
encuentran en la Librería Anticuaria "Helena de Buenos Aires", calle
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87 62 22
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