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sábado, 26 de enero de 2019

POST MORTEM , Ady Yagur, Israel

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Imagen de: Wikipedia



Poema dedicado al escritor y maestro de las palabras AMOS  OZ a raíz de su reciente  fallecimiento  nos ha dejado una herida permanente que sangra por  su ausencia entre la luz y la noche

POST MORTEM 
''''''''''''''''''''''''''''
La luna se ha quedado triste
junto a la noche de llanto
la luz parece algo inquieta
entre letras que tiemblan

El eco de su decir llama 
la paz  renueva su fuerza
pueblos lloran su partida
junto a  su rostro dormido.

ay 

El desierto está ahora solo
las flores hablan de su vida
mientras la ausencia es vacío 
entre la  aurora  y la noche.

Maestro de sabias palabras 
que fecundas ahora el suelo ,
la bandera verde de tu obra 
es brújula de  generaciones.

Ahora que abrazas al silencio 
mientras sangran las heridas ,
la noche llama a los sueños
en el cielo  que te anida..

©ADY YAGUR, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


PADRE, Alba Oliva, Buenos Aires, Argentina

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Imagen de: Los Andes



PADRE

Detrás de ti, sentí cerrarse las auroras y los ocasos del tiempo
Dejaste en tu partida, las huellas más profundas, los perfumes más impregnados.
Por demasiadas noches, en el devenir del tiempo,
Pensé que contigo se habían fugado los cielos azules,
Ya pasará …
Tu voz como una caricia.
Entonces me dijiste en el sueño;

Estoy vivo
Y como un fuego remecedor sentí tu amor y desde entonces,
En todo momento,
tu presencia como un ángel de luz me acompaña.
Voy como antes, como, todas las noches a dormir de tu mano.

©ALBA OLIVA, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 





GRACIAS QUERIDO AMIGO!, Carlos Benítez Villodres, Málaga, España

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GRACIAS QUERIDO AMIGO!

Dedicatoria de Carlos Benítez Villodres, Málaga, España. Poeta y escritor español para Norberto Pannone, Presidente de Asolapo Argentina.








Refundar la Patria
Jueves 25 de octubre de 2018, 20:43h

El oficio de político, tan bien retratado desde un punto de vista ético y estético, por don José Martínez Ruiz, conocido como Azorín, en un libro siempre actual que tituló El político (donde no duda en calificar a quienes lo ejercen como individuos que se prestan a jugar “un juego sucio entre matones”), suele ser vehemente, parcial y contradictorio, casi siempre vanidoso o auto referencial, que termina haciéndolos creer que son el centro del universo. Empecinados y ubicuos hasta lo insoportable, padecen, por otro lado, de deslucidas interrupciones en sus beneficiosas carreras, de marchas y contramarchas, de lúgubres y arbitrarios eclipses, y emergen con la vitalidad de un ave Fénix renacidos de sus cenizas. En la Argentina sucedió con Perón en los años ’70, y es posible que ahora suceda con Cristina Kirchner, la exaltada ex presidenta, una rediviva “Pasionaria de la región patagónica”.
Pues bien, estas cómodas calamidades o catástrofes, que marcan una creciente decadencia social, cultural y económica, las viene soportando la Argentina desde hace demasiadas décadas con buena responsabilidad de la clase política; sin duda, resultante de una sociedad tan fuera de eje como decadente. Las tramas íntimas se asemejan cada vez más a las del “realismo mágico”, tan afín a la imaginación de García Márquez, Asturias o Alejo Carpentier. “Si Kafka hubiera vivido entre nosotros no habría sido más que un mero costumbrista”, bromeaba con suspicacia el talentoso narrador Darío Falú.
Toda reflexión sincera sobre la situación actual de la Argentina es menos alentadora que dolorosa. Optimismo y pesimismo han pasado a ser categorías pueriles ante la inmensidad del abismo que se abre inexorablemente. El gobierno se ve tan dividido como la oposición y pareciera que sus principales referentes juegan al sálvese quien pueda, lejos de mostrar solidez en la conducción del barco que todos, de uno u otro color político, han metido en medio de una tormenta de marchas, contramarchas y fisuras al orden del día que se revelan bajo un panorama desalentador y decepcionante.
Hoy la Argentina es uno de los países que registra el mayor deterioro económico durante el último siglo. Su tránsito de la riqueza a la pobreza quizá se podría resumir, me parece, en la sucesión de tres grandes etapas: la de auge y desarrollo comercial, gracias a sus riquezas naturales y a la correlación de países con reciprocidad monetaria y la liberalización económica (todo esto desde fines del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX); luego, el abrupto período de entreguerras, desde 1930 hasta 1945, en donde se fue imponiendo paulatinamente la autarquía, el proteccionismo y la demagogia, que dio lugar al ascenso del general Perón (1946-1955), cuyo legado pervive desde entonces pese a la sucesión de distintos regímenes dictatoriales y democráticos.
Desde un panorama histórico más o menos así, la hegemonía del Estado, junto al avance de la especulación financiera, alentada por la usura internacional, fue ganando terreno, y en el caso particular de la actualidad, prosigue debilitando al sistema democrático, con marcadas diferencias sociales y ahora con tasas disparatadas, que para contener el aumento del dólar van desde el 74 al 100 por ciento. Calamidad que enfría un mercado con bajas alarmantes de consumo, altísima inflación y hace de la Argentina un país inviable, con bonos de deuda que el mismo Banco Central pone en el mercado con nombres ridículos y recurrencias similares a un vaudeville con escenario a cielo abierto.
Todos los fracasos del Gobierno no le han restado, sin embargo, tanto como puede ser previsible cierto apoyo de la ciudadanía; quizá porque los pueblos deben optar entre lo mediocre y malo ante la posibilidad de lo peor. Aunque cuesta admitir este juicio que confirma aquello de que la gente elige desde el odio y hasta pueden elegir representantes odiosos, como en el patético caso de Brasil; una prueba más de la animosidad ciudadana.
Y ya que mencionamos a nuestros vecinos, detengámonos en su economía destinada a convivir, no sin cierta aspereza, con la de la Argentina. Tan exuberante como complejo, Brasil es un país que por lo cercano a nosotros parece conocido; pero no es tan así, pues esconde en sus entrañas secretos que nadie puede descifrar con ojos de turista. El convulsionado escenario de las recientes elecciones presidenciales no ha hecho más que reflejar a una sociedad heterogénea, despolitizada, donde la televisión y el poder religioso de las “iglesias evangélicas” juegan un papel clave a la hora de capturar votos. Ese país misterioso elegirá presidente -ya es casi seguro- al polémico Jair Bolsonaro. Algo que desde lo económico, aunque no se perciba de manera evidente, afectará sin duda a la Argentina, ya es harto sabido que cuando estornuda Brasil, puede provocar una gripe en nuestro territorio. Y más aún ante un escenario de alarmante desprotección.
En medio de este panorama, en nuestras orillas aparece siempre como un fantasma el perenne, confuso e inaprensible peronismo, con sus diversas facetas a saber. Hay uno, al que se le dice “presentable” (siempre hubo varios peronismos y siempre unos fueron más presentables que otros); todo esto desde el punto de vista de un pícaro establishment, que le abrió paso en su momento al mismísimo Perón, aunque le advirtió: “lo dejaremos volver, General, pero con la condición de que arregle este horror (terrorismo de montoneros y ERP mediantes). Y Perón volvió, lo intentó, pero se murió en ese intento, dejando el país en manos de su incapaz tercera esposa y del calamitoso brujo que posaba de iluminado.
En estos días hay un sector que imagina algo similar con la señora Kirchner, inevitable candidata con márgenes propios de intención de voto, pero con una pesada mochila de corrupción en sus espaldas, a la que el fracasado gobierno de turno, parece proponerle: “preséntese, desde luego, señora, pero denos garantías de que no irá tan lejos”; de lo cual podría surgir una fórmula ecléctica. En especial si la ex presidenta, que nada tiene de imbécil, sabe por qué la quieren quienes tanto la quieren, y es probable que rechace esta tentación. Sobre todo porque arreglar este desbarajuste es ya tarea imposible. Y lo repetimos, zonza no es.
Ante tal panorama, por supuesto que viene al caso repasar los dones desaprovechados de la pródiga Argentina, productora de soja y girasol; una genuina potencia planetaria, con agua de sobra, ríos navegables, campos fértiles; también con vacas que se reproducen generosamente como los panes y los peces bíblicos, con lana y trigo, manzanas, miel, vinos y tantísimos otros commodities muy bien cotizados en el mundo. Y, por si eso fuera poco, además tiene en suerte un subsuelo con petróleo y con la tercera mayor reserva de gas del planeta. Tamaña riqueza natural la convirtió en los inicios del siglo XX en uno de los países más prometedores y atrajo a un auténtico éxodo europeo (ese beneficioso crisol de italianos, españoles, franceses, ingleses y judíos, que dieron forma a la nueva nación). Buenos Aires, la capital del incipiente imperio ofrecía una vida cultural tan dinámica que semejaba el envidiado París. Todavía, a pesar de las tormentas, hoy se trata de un pueblo muy ilustrado, como refleja la dialéctica prolija -a veces extenuante- de casi todos los argentinos for export.
Pero los frustrados modelos -vaya uno a saber por qué extraño designio-, hicieron que el país perdiera pie y empezara a tropezar, y cada caída sigue, sin encontrar un fondo que la detenga, hundiéndose más y más en el vacío. Por otro lado, aunque parezca mentira, en la Argentina hasta el soborno está casi institucionalizado, como lo demuestran los publicitados “cuadernos gate”. Dicha inseguridad estructural y la falta de garantías jurídicas contrasta, obviamente, con cualquier forma de normalidad a la que puede aspirarse. Agreguemos a esto que casi un cuarto de la población, para más datos, es pobre cuando no indigente. Inadmisible en un país con tantas riquezas, donde abundan los alimentos.
Ahora bien, ¿por qué sufre Argentina estos descalabros si es un país como dicen algunos “tocado por el dedo de Dios”, con un pródigo territorio, una excelente calidad humana y demasiados científicos e intelectuales que se destacan en el mundo? ¿Sus zozobras son fruto de pésimas elecciones políticas? Nos inclinamos a creer que sí. En el corsi e recorsi habitual, seguimos cada vez más caóticos y desquiciados. En la Argentina parece no entenderse que hay sectores corporativos que no están dispuestos a sacrificar nada en beneficio de la comunidad. Esas corporaciones oficializadas, son cada vez más mafiosas y, desde hace décadas, vienen concentrando favores y prebendas (llámense gremiales, judiciales, policiales, empresariales, políticas, etc.), que se han quedado con una parte fundamental del poder y la riqueza. Lo han hecho a expensas de las mayorías cada día más empobrecidas y castigadas, hoy por una crisis que suma desempleo, más desprotección en la salud y en la educación; librada a la violencia y el narcotráfico. Una sociedad, en fin, cada vez más dividida y marginada de las políticas económicas que producen una indigencia estructural espantosa. Es muy triste tener todo y no saber aprovecharlo, que es como no tener nada.
La división -o la grieta, como algunos la llaman- continúa profundizándose. En el Parlamento los representantes del pueblo para aprobar un presupuesto se enfrentan como hordas de barrabravas con escenas de pugilato, sin pudor, mientras en la calle la pelea de pobres contra pobres, se asemeja a la batalla de Atila contra Roma. Penoso, muy penoso.
¿Cuál puede ser el sendero de la salvación? En lo personal, no lo sé. Si acaso lo supiera no estaría con mi bote propio en medio de esta tormenta que nos amenaza con otro naufragio inminente.
Acaso refundar una Patria es lo que queda. Tarea común que nos involucra definitivamente a todos. Seguir con la misma soga al cuello, con una alternancia vacía de conceptos es continuar con el mismo engaño. Ya sé, pensar así es volver a la utopía de Thomas Moro. Pero en la Argentina hay gente valiosa, sensata y bien intencionada que puede contribuir a esa unidad. Probablemente se necesite un consejo de notables que decante lo positivo y elimine lo nocivo para la República y los ciudadanos. Con coincidencias en el propósito común podemos tener derecho a la esperanza. No hay otra posibilidad. Sin embargo, el oficio de político, que tanto preocupó al lúcido Azorín parece agotado en un país sin rumbo. Sin ton ni son.

Roberto Alifano, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

Escritor y periodista




LA MUERTE DE LOS ÁNGELES, Nedy Varela Cetani, Montevideo, Uruguay

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Imagen de: Foros de la Virgen María



LA MUERTE DE LOS ÁNGELES

Silencio
en el círculo de fuego.
Espasmos de alas
cuelgan de las lanzas.
Ojos
inyectados de misterio
permanecen hipnotizados.

Un último aliento
cierra la luz.


©NEDY VARELA CETANI, poeta y escritora uruguaya
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA



VERDADERAS HISTORIAS, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España


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Imagen de: Turismo Alcoy


VERDADERAS HISTORIAS

de nuestros paisanos, ya desaparecidos


Hemos asistido no hace mucho, a la publicación de varios libros de historia, de una historia que parecía que a nadie le preocupaba y no obstante, tanto los historiadores J. L. Santonja como a Angel Beneito nos han demostrado que la sensibilidad ciudadana de Alcoy es muy notoria.
El que fuera alcalde de Alcoy Evaristo Botella, que recibió las medicinas adecuadas para que llegara por sus medios al pelotón de fusilamiento, así como el capitán Roberto García (cuyas conversaciones con su sobrino, ya fallecido, tanto me instruyeron) al igual que Enrique Vaño Nicomendes, todos ellos fusilados. Federico Borrell y José Ruescas, los primeros alcoyanos muertos en Cerro Muriano, y las  narraciones de los familiares de Rafael Soler, Daniel Llin, José Aparisi y su hijo Celedonio, ya todos desaparecidos, pero cuyo recuerdo quedará por siempre en nuestra mente y en nuestros corazones.
Un Gonzalo Bernabeu, Miguel Peidro. Victor Boronat, Blas Sanoguera, pero sobre todo, Amando Jorda, “el topo”, cuya historia tanto me conmocionó, y tanto despertó  la curiosidad a nuestra joven generación, que deseábamos saber qué había ocurrido en aquellos años, no solo durante la guerra, sino, después en la posguerra. Y seguimos pensando si las nuevas generaciones saben de las colectividades realizadas en Alcoy y como los sindicatos CNT y UGT, marcaron un hito en la historia del mundo laboral y social
Cuando en el sindicato, Amando levantaba su calcetín para arreglar las vueltas del pantalón, vi el principio de una cicatriz; me dijo que era un ántrax y ese fue el momento en que este hombre, magnifica persona, me contó su historia, sus sufrimientos.
“No pude coger el barco, el Stranbrook, en Alicante, a medio camino por la carretera, los fascista remontaban la “carrasqueta” y entraban en Alcoy, nos volvimos y yo me oculté en casa, allí durante dieciséis años. Todos creían que me había exiliado. Mariú, mi mujer, se quedó embarazada y el jefe la despidió por “desvergonzada” Una pequeña comisión habló con el dueño de la empresa, recurriendo a su muy buena bondad católica y Mariú quedó en la empresa y trabajó para alimentar a su hija y esposo. Cuando dieciséis años después se le desarrolló un ántrax a Amando, su mujer llamó a un médico que no dudó en denunciarlo; fue llevado al hospital y luego entró en prisión, poco después lo liberaron al comprobar que no tenía “las manos manchadas” como se solía decir.
“Salíamos a dar un paseo cuando llovía, ella iba delante y yo seguía sus instrucciones, para que nadie nos viera, agachaba la cabeza como si me estuviera abrochando un zapato si alguien pasaba bajo la lluvia, ni nos miraba”
.-¿Qué hiciste al salir de prisión?
.-Recuperar a mi hija, que mi hermano intentó arrebatármela.
Estas tristes y dolorosas historias, deberían ser conocidas por las nuevas generaciones con el sano interés de saber de, su pasado más dramático
                                                                                             
Una alcoyana


©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA





PALABRAS, Teresinka Pereira, Ottawa, USA

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Imagen de: edu.xunta.es


PALABRAS

Antes de todo hay un chorro
de palabras importantes
más calientes que la tierra en verano.

Son versos encendidos de esperanza
que devoran los poetas
como besos misteriosos en el alma
para hacer revivir
el cuerpo cansado.

Hay que permitirse esa libertad,
esa lengua lírica que juega
con el amor, con el corazón,
con la vida.

..........................

PALAVRAS

Antes de tudo há uma corrente
de palavras importantes
mais quentes que a terra no verão.

São versos acesos de esperança
que devoram os poetas
como beijos misteriosos na alma
para reviver o corpo cansado.

Há que permirtir-se essa liberdade,
essa língua lírica que brinca
com o amor, com o coração,
com a vida.


©TERESINKA PEREIRA, poeta y escritora brasileña
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA




sábado, 19 de enero de 2019

QUIZÁS MAÑANA, Guillermo Fernández del Carpio, Arequipa, Perú

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Imagen de: Cinco Centros


QUIZÁS MAÑANA

Duerme tranquila en la faz de la prolongada noche,
porque quizás  mañana no sea como hoy,
sean  día y noche distintos  en el saber de tu vida.
Duerme serena Belén  en el preludio al nuevo día,
para  que le sonrías con tu nube blanca jaspeada de lirio,
para que alegres nuestros corazones silentes o ausentes,
que gozan con los ojos con que miras la irrupción del alba.
Hasta mañana, tierna rosa de mi jardín,
duerme tranquila y serena,
porque mañana todo bien te espera
y serás tú  quien elija  la intensidad del día. 
Cierra sin brevedad tus ojitos cansados de interminable juego,
que se cierren solitos, al compás natural del sueño.
Y en la faz de esta prolongada noche,
recuerda que quizás la marea te sorprenda,
pero  tú, no cedas al oscuro miedo.
Mañana, tú le cantarás a tu niño
la canción de cuna predilecta y
junto a él, soñarás de nuevo.
No  te pierdas esos momentos.

 Hasta mañana Belén,
la luna  se impacienta y no espera.
Un día al despertar ya no estaré,
habré cerrado mis ojos  junto con tus sueños.
Tú, mientras tanto, sonríele a la mañana;
siempre, con tu nube blanca jaspeada de lirio.

DEL POEMARIO IMPRONTA
©GUILLERMO FERNÁNDEZ del CARPIO, poeta y escritor peruano
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA