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sábado, 24 de abril de 2021

SALA DE ESPERA, Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 






SALA  DE  ESPERA

 

Un  cigarrillo  se  desangra  en  humo.

Humo,  como  el  de  ayer  y  el  de  mañana.

Mientras  se despereza  una  revista

y  hay  una  mosca  muerta  en  la  ventana.


17 / 10 / 1963

 

©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA 


PLUMA DEL POETA, Martha Inés Vélez, Bogotá, Colombia

 









Imagen de: susurrosdelalma.foroactivo.com


PLUMA DEL POETA

 

Indómita pluma

que enciende relámpagos,

trino de campanas,

aceite de lámparas.

 

Bebe tu universo

y la tierra grávida,

gotas de pretérito,

sangre de nostalgias.

 

Salmos del amor,

plenitud de gracia,

sonrojo de versos,

oración descalza.

 

Desnudez de asombro,

huracán o viento,

recreo del éxtasis,

sonrisa o lamento.

 

Gritos de silencio,

milagro del tiempo,

vuelo de los pájaros,

sueño del averno.

 

Aljibe de agua,

rosa de los vientos,

pulso de la tierra,

tinaja de versos.

 

©MARTHA INÉS VÉLEZ, poeta y escritora colombiana Colombiana 

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


¿VENDRÁS?, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

 











Imagen de: es.artquid.com


¿VENDRÁS?

 

Me he asomado a la ventana

por si te veía llegar

he extendido mis brazos

para poderte abrazar.

 

He sentido un gran vacío

porque mis brazos con fuerza

han caído en el abandono

y la angustia me ha invadido

 

Mi corazón y mis anhelos

todos ellos se han perdido

y vuelvo a intentar llenar

con ánimo y moral

esa parte del corazón

para no perder la esperanza

de que te pueda encontrar.

 

 

©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

PALABRA VIAJERA, Olga Hernández Osorio, Medellín, Colombia

 








Imagen de: universal-assistance.com


PALABRA VIAJERA

 

Con amor y respeto la palabra viajera,

palabra sanadora de penas y heridas,

alegre y festiva, que cruzas la frontera,

acrecientas la fe, y la esperanza perdidas

 

Viajo con los libros de poetas y escritores,

entre duendes y hadas, con niños y ancianos,

también periodistas, cuenteros y oradores,

reyes y marineros por todos los arcanos

 

El milagro de nuestra palabra hecha verso,

enciende por caminos, veredas y senderos

la luz perenne que ilumine el universo,

radiante, majestuosa con todos los viajeros.

 

Palabra compañera, amiga, amorosa,

reina con nosotros, ilumina nuestra mente,

vive por siempre cariñosa y glamorosa,

por todo el orbe, sé benigna, complaciente.

Medellín, diciembre de 03 de 2020. Del libro “GUADAL Y ADOQUINES” (Inédito)

 

 ©OLGA HERNÁNDEZ OSORIO, poeta y escritora colombiana

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


UNA UTOPÍA REALIZABLE, Lola Benítez Molina, Málaga, España



UNA UTOPÍA REALIZABLE

 

 Eres de los que con su obra engrandece al Universo. Tu “fuego fatuo” aviva la llama de nuestra existencia y la ennoblece. Escuchar las notas de tus melodías acerca al paraíso soñado y pone las estrellas en nuestras manos para goce de los sentidos. El corazón palpita gozoso ante lo inconmensurable. Contigo visito el Edén y quedo extasiada como ya quedaron otros coetáneos tuyos, pero traspasaste la temporalidad, como no podía ser de otra forma, para vanagloria de nuestros antepasados y descendientes.

 Cádiz, ciudad colonial, conexión marina de Oriente y Occidente, te vio nacer y te catapultó a la fama, dulce gozo para unos y quimera o desvarío para otros. Lo que sí es cierto es que tú nos abriste las puertas a un mundo maravilloso, que inunda nuestro ser hasta elevarlo a lo más sublime. Tu mano egregia aprendió, en edad temprana, la vocación que te llevó a los más recónditos confines del orbe, en un primer momento, con los acordes de la excelente pianista Eloísa Galluzzo. Fruto de ese espíritu inquieto y sensible supiste valorar el poder de las letras y, así tuviste tus primeros escarceos literarios con la creación de tus propias revistas manuscritas entre los años 1889 y 1891: “El Burlón” y “El cascabel”, pero será en tu adolescencia, concretamente, en 1893, cuando te veas impulsado a dejarlo todo, como tú mismo dirás, para dedicarte exclusivamente al mundo de la composición, y tu inspiración te elevará a las más altas cumbres donde las utopías son realizables. Y así, compusiste tus primeras obras: “Melodía” y “Romanza”, ambas para violonchelo y piano.

 Durante su estancia en Madrid, en 1901, conoce a Felipe Pedrell quien ejerció gran influencia sobre su persona, pues despierta su interés por el flamenco y por el “cante jondo”. Con la ópera “La vida breve” (1904) consigue el primer premio de un concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

 En 1907, se marcha a París, y allí conoce a Claude Debussy, Maurice Ravel, Paul Dukas, Isaac Albéniz, Alexis Roland-Manuel, Ricardo Viñes y Pablo Picasso. En esta época, compone sus obras más célebres: “El amor brujo” y el ballet “El sombrero de tres picos”. Su ser se empapa de las influencias de todos ellos y le inspiran para componer “Noches en los jardines de España”, en la que se deja ver el impresionismo contemporáneo, y en la que incluye los ritmos flamencos.

 En 1914, tras el comienzo de la primera Guerra Mundial, regresa a Madrid, y es en 1915 cuando se estrena la primera versión de “El amor brujo” en el Teatro Lara. Ese mismo año, en el número de abril de la “Revista Musical Hispano-Americana”, se publicó su texto “Enrique Granados, Evocación de su obra”, y el 5 de junio el periódico “La Tribuna” recoge “El gran músico de nuestro tiempo: Igor Stravinsky”, al que Falla conoció personalmente.

 En 1919, realiza su primer viaje a Granada, ciudad que lo enamora, como no podía ser de otra forma, y entra en contacto con Federico García Lorca. El auditorio de dicha ciudad, ubicado en las proximidades de los jardines de la Alhambra, lleva su nombre. En él se halla el Archivo Manuel de Falla y tiene una exposición permanente digna de visitar, puesto que alberga enseres propios del gran compositor, así como cartas y fotografías a lo largo de su vida. Este es uno de esos lugares a los que me gusta asistir, ya que en él puedo vislumbrar su esencia y constituye un pequeño oasis en este mundo.

 En 1939, un poco después de terminada la Guerra Civil Española y ya comenzada la Segunda Guerra Mundial, se exilió en Argentina, donde moriría en 1946, aunque sus restos fueron trasladados, posteriormente, desde Buenos Aires hasta Cádiz, su tierra natal, y reposan en la cripta de la catedral de Santa Cruz.

 Manuel de Falla, vio sus sueños más que cumplidos.

 Paulo Coelho escribiría esta frase tan acertada: “Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él”.

 

©LOLA BENÍTEZ MOLINA, poeta y escritora española

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA  

 


ALQUIMIAS, Adrián Néstor Escudero, Santa Fe, Argentina

 









ALQUIMIAS

 

A Jorge A. Hernández (ex Presidente de la ASOCIACIÓN SANTAFESINA DE ESCRITORES – A.S.DE.), con gratitud admirativa hacia su obra lexicológica y augusta persona de bien… In memoriam.

 

   Había corceles en el perímetro ominoso del combate. Y un rugir de voces iracundas y altaneras persiguiendo a mosquetazos y sables al altivo retoño de aquellas tierras vírgenes...

   La sepia sin brillo de su cuero ensalecido, esquivó a tientas el hedor de la Muerte. Aún así, mezcladas ambas crines, la del corcel y el nativo, se irguió Ella, feroz e insatisfecha, como una extraña Reina coronada en sangre y al cruel amparo de la soldadesca embravecida.

APERTURA UNO

   Amargo desatino la alquimia conjurada.

   Incierto el vástago nacido del hervor de sus entrañas; y, sin embargo, tanto gozo y esperanza frente a la perpleja paradoja de esa encrucijada inevitable: ¿por qué?, preguntó al Destino aquel sol imperial mientras cegaba, entre dudas, los destellos sublimes del mestizo lucero...

   --- “Fue allí, milord, cuando concluyó la lucha”, dijo. Y agregó: “Digamos que el blasón inglés, del cual nos preciamos, asentó heraldo la lujuria del acero contra el desnudo pecho del incesto aborrecido”.

   No obstante –calló-, la apertura maldita continuará su camino. Y un día, los hijos de la tierra...

APERTURA DOS

   Aciaga aventura la alquimia desatada.

   Transido el vástago engendrado del pudor de sus entrañas; y, sin embargo, tanto gozo y esperanza frente al devenir perplejo de una paradoja inevitable: ¿por qué?, inquirió a Dios aquel sol castellano mientras cegaba, entre dudas, los destellos reflejos del mestizo lucero...

   --- “Fue allí, mi señor, donde concluyó la batalla”, dijo. Y acotó: “Digamos que la alcurnia española, de la cual nos preciamos, plantó soberbia la raíz de su espada en el ingrato pecho del natural alzado”.

   No obstante –pensó-, la apertura bendita seguirá su camino. Y un día, los hijos de la tierra...


ADRIÁN N. ESCUDERO -   Santa Fe, 19-11-1994.

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 

Integra el Libro “Apocalipsis Bang y Otras Historias para un Semáforo”  (Colección de Breves Relatos Extraordinarios). Inédito. La Botica del Autor. Santa Fe (Argentina), 2006/2019. Integra el Libro Antología “Mesa de Cuentistas” - Asociación Santafesina de Escritores (ASDE) y la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe (Argentina) - Enero 1996,  págs. 73/74.  Integra el Libro Tomo III de la Antología “Cuentistas Argentinos de Fin de Siglo” (Editorial Vinciguerra SRL) - Buenos Aires, Noviembre 1999. Pág. 79/80. Publicado en la “Gaceta Literaria de Santa Fe”- Año XIV – Nº 87 – Otoño de 1995; Publicado en Diario “El Litoral” (Suplemento Cultura y Ciencia – La Comarca y el Mundo)  – Santa Fe, 15-04-1995; Publicado el 12-10-2017 en el Blog de Autor del Foro “PARNASSUS, PATRIA DE ARTISTAS (Patria simbólica de escritores y artistas internacionales)” (Buenos Aires, Argentina). Galardonado por el Foro como “Prosa Destacada”. Responsable: Prof. Marisa Aragón Willner – Administrador: Elías Antonio Almada. Publicado el 19-05-2020 en la Página Facebook Grupo “EL ARCA DEL SUR” -  Santa Fe (Argentina). Administrador: El Arca del Sur. Moderadores: Profs. Julia Porta y Diego E. Suárez.-

 

 

 

 

 

 

 

 


ENIGMA, Nora Salgueiro, Buenos Aires, Argentina

 







Imagen de: vix.com


ENIGMA

                                                                                       

La vida parece casual pero en realidad,

es exactísima en su equilibrio.

 Fellini

 

         Esa mañana advierte que sucede desde hace días. Ha tratado de justificarlo pero no encuentra forma  de explicar.

         Prestando atención escucha al termo tanque emitir leves tic-tac, como el de algunos relojes. Acercándose a la heladera -antes silenciosa- oye el rumor del mar en arrullo constante; a veces acompañan gritos de gaviotas, voces de chicos jugando en la playa.

         La lista es variada. El reloj a pilas del living, por ejemplo, enmudeció de repente pero continúa tan exacto como antes. Alguna que otra lámpara insistiendo en encenderse de acuerdo a la faz de la luna la desorienta un poco: por estos días, sólo se puede esperar    cuarto menguante; ni pensar qué sucederá cuando haya luna nueva.

          A veces, si se apaga el aire acondicionado resuenan -a distancia- potros salvajes cabalgando hacia el horizonte.

          Aunque nada de aquello la moleste debe admitir que no es usual. ¿Error? ¿Ilusión? ¿Mensaje a descifrar? ¿Locura? Se ha preguntado todo, casi todo. Semejante desarreglo es un enigma.

          Lo cierto, es que su vida cambió.

          Habitar distintos lugares de la casa equivale a perderse en el tiempo: relojes de péndulo, despertadores a cuerda, joyas diseñadas para alguien, herramientas de artesano, aun están en su memoria. Vivencias de entonces se enlazan a puro deleite.  

          En la cocina -abriendo la puerta de una heladera transmutada- la aguardan tiempos de ocio y de frescura: rumor de mar, eco de caracolas halladas en arenas blancas, grupo de jóvenes alrededor de un fogón playero.

          Cuando acciona el control del split, al atardecer, encuentra caballos pastando al sol en pleno valle. Los imagina libres, sin montura, sin jinete. Libres. Se imagina en el suyo recorriendo -una vez más- senderos agrestes entre antiquísimas sierras grises, lilas, violáceas.

         Si hacen más ameno su encierro ¿por qué renegar de esos momentos?  Evidentemente, se han instalado para algo. No será quien los expulse.

        Con amigos, guarda silencio. Espera que sean ellos quienes tomen la iniciativa para preguntar sobre las rarezas. Nada dicen. No registran o los gana el temor de parecer locos, vaya a saber.

        Al tiempo -tres, cuatro meses quizás- aquello cesa. Su casa vuelve a recobrar una supuesta normalidad.  Acepta, resignada. ¿Qué otra cosa puede hacer?  

        Eso sí: el viento nunca dejó de aullar en las ventanas… 

 Buenos Aires, abril de 2021  

©NORA SALGUEIRO, poeta y escritora argentina

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www.carlospenelas.com


EPIGRAMA, Francisco Henríquez (Mi carta Lirica), Miami, USA

 








Imagen de: stocksy.com


EPIGRAMA



Cuando uno se recuesta
para dormir, una cama
es igual a piel de llama;
cómo una mullida fiesta.
Pero  si uno se acuesta
en ella como un enfermo
es igual a campo yermo,
y para alguien enfermizo
puede ser como un erizo;
(pisada de paquidermo).

Abril. 2021

©FRANCISCO ENRÍQUEZ, poeta y escritor cubano

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

http://www.micartalirica.blogspot.com

http://www.micartalirica.org


HOLOCAUSTO, Ady Yagur, Israel

 






Imagen de: educaciontrespuntocero.com


HOLOCAUSTO

 

Trenes cargados de inocentes

llegan a hornos de la muerte, 

la lluvia son cabellos de llantos

entre nubes grises en el cielo.

 

Cada alambrada sin limites

es cerco que atrapa a vidas,

con su último rezo en el alma

van caminando hacia la muerte.

 

El mundo vestido de negro

es luto de seres que vivían,

convertidos hoy en mártires 

que son hoy nuestro recuerdo .

 

Auswich es herida que sangra

Treblinka eco que nos desgarra,

cuando en el Dia del Holocausto

rememoramos a seres queridos .

 

Detente mundo ante la muerte

sin guerras que nos destruyen,

cuando el eco de bardos llama

a vivir en paz bien entendida. 

 

La pandemia mata a los vivos

el holocausto se llevo vidas,

por eso mis versos son eco

que llama a un mundo mejor..

 

©ADY YAGUR, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA   


¿AMA USTED A SU ESPOSA?, Ángel Medina, Málaga, España

 

¿AMA USTED A SU ESPOSA?           

 

Esta clase de situaciones no suelen ser frecuentes. Por si acaso, no haga usted la prueba, porque ni siquiera el Gran Juzgador de todo el Oriente en la época de su esplendor salomónico se halló ante semejante dilema.

Noelia era una mujer hermosa y pizpireta. La beldad estaba casada con un sastre. Un día tuvo su marido que hacer un viaje en avión, que acabó estrellándose. La mujer se sintió desolada, mas como la vida debe seguir― ciertamente no tenía vocación monjil― volvió a contraer nupcias con un músico que tocaba el saxo en un crucero. Vinieron tiempos felices, pero al cabo el buque naufragó en medio de una tormenta. La mujer lloraba a los consortes perdidos, pero las lágrimas de aquel copioso río cesaron y se secó el cauce.

A fin de distraer su confusa mente decidió hacer un viaje a la tierra de los faraones, donde entabló amistad con un arqueólogo, que acabó desposándola. Meses más tarde recibió una llamada del consulado en la que le comunicaron que había quedado sepultado durante unas excavaciones. Triste es la vida, y la dulce Noelia mitigó su dolor en la persona de un alpinista que le fue presentado por una amiga. Corriendo el calendario, acabaron suscribiendo el acta de matrimonio. Pero, ¡ay!, ¿Por qué a veces es tan persistente el destino y se ceba con las criaturas? Un mal día, su cónyuge acabó despeñándose durante una ventisca, sin que consiguieran encontrar su cuerpo. Al paso del tiempo halló en su vida a un apuesto galán otoñal, quien, bromeando, la piropeó diciendo: ¿le gustaría convertirse en mi viuda? ¡Santo cielo! ¡Para qué nombrarlo! Transcurridas unas semanas se convertía en su flamante mujercita. El caballero en cuestión era de profesión bombero. Un día, se desató una lluvia torrencial y se desbordó el río, desapareciendo él en la riada.

La belleza tenía su mesita de estar convertida en un retablo, sustituyendo las fotos de santos las de sus cinco “ex”, escapando de sus labios una sentida jaculatoria al contemplar su desdicha ¡Ay, Señor, ¿qué habré hecho para merecer todo esto? ¡Porque, ya era mala suerte!

Cinco bodas y ningún marido. Desencantada, pues, se propuso no volver a probar suerte en el amor, manteniendo como única compañía la de un caniche.

Pasó el tiempo y recibió cinco cartas. La grafía de cada sobre le resultaba conocida, sintiendo resquemor en abrir las misivas. ¡No era posible! Aunque, no siéndolo… ¿Cómo tenía en sus manos las cartas? Y como los muertos no están facultados para escribir, decidió abrirlas sin dilación. Las cinco tenían un contenido parecido. Decían algo así: “Sobreviví al accidente. Estoy recuperado y vuelvo a casa. Te amo más que nunca”.

La situación resultaba ser esperpéntica. Todos esperaban encontrar a su mujercita desconsolada y se encontraron con que no eran cónyuges sino de una quinta parte.

El primero le dijo que el avión consiguió amerizar en medio del mar, siendo él el único superviviente, manteniéndose encaramado en el fuselaje hasta que finalmente fue rescatado por unos pescadores. Como consecuencia del golpe sufrió una amnesia profunda.

El segundo arrió un bote y viajó a la deriva, padeciendo sed y hambre hasta que las corrientes le llevaron a una isla. Allí se alimentó de la pesca y bebió agua de un río, en tanto que fue rescatado por un mercante.

El tercero se vio obligado a compartir la experiencia del mundo de los muertos, rodeado de criptas funerarias. Al cabo de unos días creyó volverse loco, siendo escuchado sus gritos por unos turistas japoneses, no recordando lo que le había pasado, debiendo permanecer largo tiempo en el hospital antes de recuperarse.

El cuarto, al despeñarse tuvo la fortuna de ver amortiguada la caída por unos arbustos, quebrándosele los huesos. La soledad y el frío terminaron por trastornar su intelecto. Finalmente fue encontrado e ingresado en un sanatorio, hasta que pudo recuperar su salud física y mental.

La salvación del quinto no fue menos portentosa. El torrente lo arrastró hasta una playa lejana convertida en vertedero. Cuando abrió los ojos no recordaba qué había sucedido y comenzó a vagar sin saber ni dónde estaba ni a quién acudir.

Todo resultaba increíble, pero cierto. Más, la buena de Noelia hízose la pregunta: Y ahora, ¿qué? Todos eran sus legítimos maridos y se imponía poner en orden la situación que se había creado. Y esto sólo podía hacerlo la Justicia.

El provecto del juez hubo de reconocer que nunca jamás había tenido que dirimir un caso semejante. Legislado no había nada, y saber de alguna jurisprudencia, por lejana que fuese, se le antojaba dificultoso. ¿Dónde podría posar su pensamiento para guiar sabiamente la decisión a tomar? Desconcertado, pero sabiendo que tenía la obligación de dar solución a la coyuntura, resolvió así:

― Voy a hacer unas propuestas antes de dictar sentencia alguna, pues entiendo que la mejor solución sería la avenencia consentida entre las partes. Por equidad, puesto que todos son maridos legales de esta mujer, propongo que puedan vivir en común. Esto es, en situación de poligamia. Pasado un año se celebrará una nueva vista, por si hubiese de ser corregida esta primera.

Noelia, que era muy fogosa se sintió al principio adulada. Pero calculó mal, porque aquel ritmo frenético que le venía impuesto acabó desbordándola. El cansancio se reflejaba en su rostro, debiendo rechazar a unos y aceptar a otros según le apetecía, todo lo cual suscitó la rencilla entre los varones, por lo que recurrió al Juez en busca de mejor solución para todos.

La segunda recomendación no fue menos pintoresca.

― Cada cónyuge pasará con su esposa dos meses al año, de modo que ella podrá relajarse y cada uno de ustedes hacer uso del matrimonio sin tener que competir con los otros.

Pero el tiempo es buen o mal consejero, pues trae la reflexión. Y conforme pasaban las semanas, la mujer comenzó a sentirse como concubina o hurí de un harem. Visto lo cual, el Magistrado propuso una tercera alternativa. Algo peculiar, pues se debía de echar a suerte quien ocuparía el lugar como marido. Y la bella empezó a perder el sentido de la autoestima, considerándose como un osito de feria que corresponde a un premio de azar.

El pleito desbordaba los conocimientos del Juez. Por eso, solicitó un receso a fin de consultar todos los libros de leyes de que disponía. Aunque, en vano. En ninguno se ofrecía solución para dirimir lo que se le había encomendado. Repensándolo, una lucecita vino a encenderse en su leguyesca testa. Se divorciaría de todos e indemnizaría a cada uno. Resolución también vana, pues la mujer era de humilde condición y no tenía capital alguno, salvo el de su belleza. ¿Qué hacer? ― repensaba el togado― De tanto exprimir la mollera, comenzó a fraguar una genial idea. ¿Por qué no recurrir a “él”? Nada perdía por intentarlo, porque el caso no podía ser cerrado en falso y alguna salida habría de darle. Y meditando, imaginando la escena del rey sabio con el niño en sus brazos y las mujeres asustadas al escucharle decir que lo dividiría en dos mitades, una para cada una de ellas, se dispuso a dictar el fallo.

― Puesto que he de dar por sentado que todos y cada uno de los maridos aman a Noelia, habrán de estar dispuestos a una prueba total del amor profesado. ¿Y qué mayor abnegación que la de entregar la vida por la persona a la que se ama? Así, pues, esta es mi sentencia definitiva: aquí tienen cinco copas para beberlas. Sólo una no tiene cianuro. El que viva se constituirá en el marido legal. ¡A fin de cuentas, todos ustedes estaban muertos!

Al conjuro de sus palabras la sorpresa se dibujó en el rostro de los cinco maridos. Ciertamente, ninguno podía esperar un veredicto de tal calibre. Y cabizbajos, comenzaron a desfilar ante el estrado. Sólo uno permaneció allí. Era el sastre, su primer esposo, que había decidido arriesgar su vida con tal de ganar su amor. Y al punto, entendió ella quién la amaba de verdad, proclamándose el renacido matrimonio. Y es que el amor es el único capaz de afrontar los miedos que todos llevamos dentro.

La sala se había vaciado. Cuando todos salieron, habiendo quedado sólo el juez, vertió la bebida de todas las copas en un vaso, ingirió el líquido para calmar su sed y abandonó el estrado sonriente, satisfecho por su sentencia, en tanto ronroneaba en su cabeza que, cuando algún día le contase esta historia a su nieto, a buen seguro que le escucharía decir: “Abuelo, no me cuentes más batallitas”.  Salomón había hecho justicia.

©ÁNGEL MEDINA, poeta y escritor español

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 

Página autor:  https://www.facebook.com/novelapoesiayensayo/

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