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sábado, 27 de junio de 2020

TATUAJE, Soledad Slaiman Baricik, Mar Del Plata, Argentina

Orilla del mar al atardecer | Foto Premium

TATUAJE

Mis huesos duermen
en la arena
son de diamantes
azules
pintura de poeta
verdes, naranjas,
se escapan de la paleta
oculto los versos
en mis labios
no los abro
para que no se descubran
tatuada de todos colores
el agua me los arrebata.
y mis huesos desnudos
duermen en la arena
como escultura de alfarero,
vuelvo a iniciar mi jornada.

del libro EL AMOR SIN ROSTRO, Ed. Martín 2018.

©SOLEDAD SLAIMAN BARICIK, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE SOLAPO ARGENTINA




En la noche de la última novena de difuntos, Alfonso Rodríguez Castelao. Aporte de Carlos Penelas

Hoy inicia la Novena por los Fieles Difuntos | Proyecto Emaús

En la noche de la última novena de difuntos
(1886 - 1950)
Alfonso Rodríguez Castelao


En la noche de la última novena de difuntos, la iglesia estaba poblada de miedos. En cada vela brillaba un ánima, y las ánimas que no cabían en las velas encendidas se escondían en los sombríos rincones y, desde allí, miraban a los chiquillos y les hacían carantoñas¹.
Cada luz que el sacristán mataba era un ánima encendida que se deshacía en hilos de humo, y todos sentíamos el olor de las ánimas en cada vela que moría. Desde entonces, el olor a cera me trae el recuerdo de los miedos de aquella noche.
El abad cantaba un responso² delante de una caja llena de huesos, y, en el momento de terminar el paternoster, daba comienzo el llanto.
Cuatro hombres se adelantaban apartando a las mujeres enloquecidas de dolor y, con una mano, agarraban el ataúd y con la otra empuñaban un cirio encendido.
La procesión se terminaba en el osario del atrio. Los cuatro hombres llevaban el ataúd rozando el suelo, y el cirio inclinado rociaba cera encima de los huesos. Detrás seguía un enjambre de mujeres soltando gritos lastimeros, mucho más horripilantes que los de un llanto en un entierro de ahogados. Y si las mujeres plañían, los hombres lloraban en silencio.
En aquella procesión todos tenían por qué llorar y todos lloraban. Y también lloraba Baltasara, una chiquilla criada por la caridad pública, que apareciera dentro de una cesta, al lado de un crucero, que no tenía ni padre ni madre ni por quién llorar; pero la epidemia del llanto la contagió, y también se deshacía en gemidos con todas sus fuerzas. Camino de casa, una vecina le preguntó a la chiquilla:
-¿Por quién llorabas, Baltasara?
Y ella le respondió, gimoteando:
-¿No le parece bastante desgracia no tener por quién llorar, señora?
©ALFONSO RODRÍGUEZ CASTELAO
Aporte de Carlos Penelas


Cousas, 1926
1. Carantoña: Caricia, palabra o gesto afectuoso que se hace a una persona, a veces con la intención de conseguir algo de ella.
2. Responso: Responsorio que, separado del rezo, se dice por los difuntos.



LA ORUGA , Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina














LA ORUGA  

La eternidad nunca sucede
después de alejarse de nosotros.
Por eso
obstruyendo todas las salidas
es la oruga de siempre, sin cabeza,
en tiempo y en espacio en que el vacío
nos lleva a imaginarla dentro nuestro.
Sin importarle el síntoma inicial
ignora las mañanas luminosas
y el rehén es la sombra.
Luego
de espaldas a la espalda de la vida
nada nos obliga a ser ella,
una nada entreabierta en el olvido.
La eternidad nunca sucede
después de alejarse de nosotros.

“Otro  él”,  poemas. L. A. -  Ediciones  del  Valle,  Buenos  Aires,  2000.


©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA   

MÁS ALLÁ DEL MAL, LA LEJANÍA ENTERA (Vanguardia Poética del Siglo XXI), George Reyes, México

Lejania – Loly de Mata


MÁS ALLÁ DEL MAL,
LA LEJANÍA ENTERA    (Vanguardia Poética del Siglo XXI)


Al afán yo vi llorar y me mojó su pena

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En el lomo de un felino afán

dormía,

que aprendió del viento a deslizarse
desde el top del árbol que ha entrado en años

a mi frente al norte,
a mi vientre al sur,
a mi hombro al este,
a mi hombro oeste.

Y duermo

todavía en el lomo de esta sábana de azul  
en el día que a mi asco incita
lejanía de un pan de flauta   

más allá del mal; ¡zas!
más acá la extraño; ¡ay!
más allá entera; ¡aaahhh!...

Si me envuelvo, dime, en pañal latoso,
o que suelte el grano a pantera en huesos;
si espero, dime, que le guste al lodo mis sandalias de años,
o que colme un golfo   
con mis vahos de gritos.

© GEORGE REYES, poeta y escritor mexicano

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA                                     
Del poemario EL ÁRBOL DEL BIEN y del mal






ALGÚN DÍA, Ady Yagur, Israel

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ALGÚN DÍA 


Si  la mirada se vuelva inocente 
sin el riesgo de  horas  vividas,
seguirte adelante por el sendero
junto a paisajes  que es belleza.

Si el rostro no esta demacrado
con arrugas nuevas de tiempo,
no caeré  en la culpa  de versos
ni buscare tampoco amparo.

Algún día estaré en otro lugar
liberado de arduas fatigas,
seré poeta del silencio infinito
allí donde cantan las hadas.

La vida tiene su bosque verde
 a veces abre nuevas ventanas,
en ella veo a mi madre buena
 extremo alejado del tiempo.

Ya vendrá la paz anhelada
esa que despliega banderas,
después de esta tormenta
con su ímpetu que abraza.. 

©ADY YAGUR, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 



MISTERIOS DEL UNIVERSO, Ceres, Santa Fe, Argentina

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MISTERIOS DEL UNIVERSO


Baña de energía el cielo
una curiosa estrella vagabunda,
suspendida en el espacio
inmortal se cree…
pero otras partículas
ocultando su razón
en un tiempo sin nivel ni lógica
niegan límites superiores.

Buscando materia batallan
todas las energías
hasta que una explosión
nos muestra a Dios
al frente del Universo
y la estrella vagabunda
con asombro ora
ocultándose
en un celaje curioso.     

©IME BIASSONI, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


LA SALUD, O LA EFICACIA FUNCIONAL DE UN CUERPO, Carlos Benítez Villodres, Málaga, España

26/10/2017 – Salud Mental


LA SALUD, O LA EFICACIA FUNCIONAL DE UN CUERPO

La salud es un soplo penetrante,
laberinto de rosas y de espinos,
a veces, como ciertos pergaminos,
a veces, como cierto sol flamante.

La salud es belleza deslumbrante,
que se esparce por campos y caminos,
donde las aves vuelan, con sus trinos,
por el aire veloz y emocionante.

Besos de luz y de pasión sagradas
atesoro en mi esencia, con luceros
radiantes, que iluminan madrugadas.

Verdean las campiñas de sinceros
pulsos que vibran en las enramadas
gloriosas de los nuevos cancioneros.

©CARLOS BENÍTEZ VILLODRES, poeta y escritor español
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA                    


FÍLIDA, Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

Mujer joven desnuda frente al espejo

FÍLIDA


No, no soy como esos ñatos que hoy dicen una cosa y mañana otra. No soy un farabute,  esos tipos que con la misma cara, el mismo bigote y la misma energía afirman o niegan a la vez. No, ya se lo dije antes: no soy hipócrita ni peronista. Tengo defectos, pero no soy mala persona. Por favor, respéteme.
Lo cierto es -como le iba contando- la miraba con pasión, una locura de hembra. Se desnudaba a eso de las ocho de la noche, dos o tres veces por semana. La veía de espaldas, frente al espejo de su habitación. Se iba desnudando de una manera particular, me fascinaba. Al despertarme cerraba los ojos y la volvía a ver. Luego me di cuenta de su sensualidad; no, de entrada no. ¿Me sigue, entiende? Recuerdo el corpiño verde, lo arrojaba por el aire y caía sobre la cómoda. Descubrí que la cuarentena me había cambiado la vida, lo descubrí con ella; observándola, encontrando sus hombros, su cuello, su cabellera moviéndose al compás de su cabeza. Sus nalgas, sus caderas. ¿Me sigue? Seguro que escuchaba música. Quiero imaginarme que escuchaba a Ray Charles, un soul tocado en piano. O a Nat King Cole. Por cómo se movía no era Andrea Boccelli, qué joder. Lo cierto es que la había observado mucho tiempo antes de llegar a la cuarentena, una cuarentena interminable por otra parte. La primera vez la descubrí de casualidad. En el cuarto había un hombre grandote, desprolijo, de bigotes finitos y pelada incipiente. De unos cincuenta años. Lo pude ver bien, era una tarde húmeda, de sol. Desde la ventana observé los toldos bajos de ventanas vecinas.  No le di mucha importancia, no soy un voyeur. Miré la escena dos o tres veces en un mes, al regresar de la oficina. Luego la olvidé. Sí, a ella y al fulano.
 Hasta la cuarentena, allí cambió mi vida. Mi familia ni se enteró, hablaban de contagios, de hospitales, de barrios carenciados. Bueno, sigo con la historia. Estaba en ropa interior - la sorprendí una noche de mayo -,  la iluminaba un velador de la mesa de luz. No dudé, fui a buscar al ropero el binocular que mi padre solía llevar a San Isidro o a Palermo. Por suerte los pude encontrar. Mi mujer - parece que lo hace ex profeso sabiendo mi problema -cambia a cada rato las cosas de lugar. Lo cierto es que desde esa noche la miro. ¿Qué por qué le puse ese nombre? Bueno, estudié clásicas, son taras que uno tiene. No, nunca le saqué fotos.  Me enloquece cuando se pone un vestido negro, se viste para salir, como para ir a cenar o a un encuentro importante. Luego comienza a desvestirse, a quitarse una pulsera, una media, un zapato,   un collar, una calza bordó. Es allí donde enfoco el prismático con  respiración entrecortada. Me tiemblan las manos al ver sus ojos blancos, cuando parece desplomarse sobre la colcha azul. Créame, es algo inimaginable el silencio de la calle, el silencio de los departamentos…Le dije, vive en el edificio de enfrente, un tercer piso. La miro desde el cuarto piso, en diagonal. ¿No me cree? ¿Y qué piensa si le digo que soy ciego? Eh, ¿qué me dice, ahora? ¿Me cree o no me cree?
Buenos Aires, 23 de junio de 2020

©CARLOS PENELAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 




MUJER QUE TRABAJA, Teresinka Pereira, Ottawa, Canadá

Ministerio de Trabajo dispone asueto para las mujeres por su día ...

MUJER QUE TRABAJA


Trabajo día y noche,
principalmente en la noche.    
Ayer los sueños volvieron
repitiendo su nombre en mi pulso.

Mi hijo autista se queja:
¡ Todo se fue!
¡ Todos se fueron!
Primero mis hermanas,
después mi padre.
Entonces vino mi padrasto
con su aliento de tabaco,
sus cicatrices de sombras psicológicas
y sus miedos..."
Y también se fue.

Tuve un marido durante algún tiempo
y en las tardes, mis hijos reían
mientras yo trabajaba feliz...
Ahora, no! He perdido ambos,
mi empleo y mi marido.

Mi hijo limpia las hierbas
sobre la oscura tumba
y veo el nombre de un triste poeta
que ha sido expulsado
del paraíso terreste.
Y apago su memoria
de esta vez
en la carne de mi pecho.
................


MULHER QUE TRABALHA
               
Trabalho dia e noite,
principalmente à noite.
Ontem os sonhos voltaram
repetindo o nome dele no meu pulso.

Meu filho autista reclamou:
"Foi-se embora! Todos se foram!
Primeiro minhas irmãs,
depois meu pai.
Então veio meu padrasto
com seu álito de tabaco,
suas cicatrizes de sombras  psicológicas,
e seus medos..."

Por algum tempo tive um marido
e nas tardes meus filhos riam
enquanto eu trabalhava feliz...
Agora não: perdi tanto o meu emprego
como o meu marido.

Meu filho limpa as hervas
da escura tumba
e vejo o nome de um triste poeta
expulso deste paraiso terreno.

Então sepulto sua memoria
desta vez
na carne de meu peito.

©TERESINKA PEREIRA, poeta y escritora brasileña
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

sábado, 20 de junio de 2020

FELIZ DÍA DE LA BANDERA, ARGENTINOS! Norberto Pannone - Asolapo Argentina




FELIZ DÍA DE LA BANDERA, ARGENTINOS!

LA SILLA VACÍA, Norberto Pannone, Buenos Aires, Argentina

Teatro: La silla vacía | Agenda Sanmarquina | Universidad Nacional ...



LA SILLA VACÍA

Hoy hubiese deseado
que a mi mesa llegaras.
Que mis hijos dijeran
para vos dos palabras.

Hoy hubiese deseado
compartir con tu “mate”,
esa mesa temprana
que dejara mi madre.

Hoy hubiese deseado
repartir nuestro vino;
platicar con mis hijos;
del ayer, cuando niño.

Hoy hubiese deseado
no dejar estas flores
en la grama doliente,
ni llorar por la ausencia
que dejó tu partida;
ni advertir esa silla,
que has dejado vacía.


©NORBERTO PANNONE, poeta y escritor argentino.
Del libro “Por los Soles y Lunas de Abril”,
Ed. Buenos Aires2012, Argentina.
ISBN:978-987-33-1734-7


EL FUEGO, BIEN O MAL, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

Mundo Fusion: Sobre el "Bien" y el "Mal"...

EL FUEGO, BIEN O MAL


Estamos muy influenciados por dos conceptos: “El Bien y el Mal”. Tema sumamente importante en el devenir de la historia que aporta principalmente nuestra cultura que se la denomina “judeo-cristiana” y lo más sorprendente los matices y tendencias que cada religión le da y las subdivisiones con que nos encontramos.
Un ejemplo que nos podía llevar a una concreción, o por lo menos a abrir un camino de análisis sería el siguiente:
“EL FUEGO ES UN BIEN O UN MAL” Si voy por la sierra y tengo frio y encuentro a un grupo de personas calentándose en una fogata y me acerco y me caliento en el fuego, salvo la vida, aquí el fuego es un bien, pero si mi ropa se prende del fuego y me quemo, el fuego es un mal, pues puedo morir abrasada.
Así que podemos pensar que el bien y el mal lo son, según el uso que hacemos de él. Esto sería una deducción materialista, por supuesto, pero si entramos en el sentido religioso, las deducciones serian interminables y según que religión nunca llegaríamos a una deducción concreta.
Si es el hombre, que da su opinión y según a que religión pertenezca, nos dice  lo que  su Dios le ha dicho, ser que nadie ha visto, pero que muchos se otorgan su representatividad. 
“DOMINAR AL HOMBRE PARA ESCLAVIZARLO” y esta sería la esencia de una sociedad  estructurada piramidalmente, como lo son los ejércitos y las religiones.
El líder, o el jefe, el patrón, en fin el que manda. Se sitúa en la cúspide y al mando de cualquier estructura y va diciendo lo que se tiene que hacer.
Pero también han salido otras estructuras sociales, las HORIZONTALES, donde las obligaciones, las responsabilidades y los deberes se repartirían por igual, y así el mal es menos mal y el bien es más bien.
Pero necesitamos un líder que nos diga qué tenemos que hacer, dicen algunos, y si dice de ir a la guerra, a matar, ¿lo aceptamos? Sí, porque él sabe lo que hay que hacer, craso error, sabe lo que hay que hacer según su ego, interés económico y demás, pero nunca lo que le conviene al pueblo, porque para él, para el líder, el pueblo no significa absolutamente nada, así que apostamos a que cada cual sepa gobernarse a si mismo, sin líderes y uniéndose a los demás en un bien común.

©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

                                                                                                                                            


EXTRAÑO EN LA CIUDAD,Jaime Vélez Ramírez, Medellín, Colombia

Fondos de pantalla : ciudad, urbano, hombre, negro, difuminar ...


EXTRAÑO EN LA CIUDAD


Ya soy un extraño en mi ciudad,
ayer la caminé lenta y pausadamente
sin idea alguna preconcebida en mi mente;
solamente mirar sin ninguna ansiedad.

No había nada o casi nada de lo mío,
todo había muerto al morir el estío,
las cosas, los hechos y los hombres ya no estaban,
se habían ido al no encontrar lo que esperaban.

Vi semblantes adustos y semblantes sonrientes,
adiviné penas, enojos y angustias en todas estas  gentes;
pero de lo que si estoy irremediablemente cierto,
es que dentro de poco, todo será un pasado muerto.

Donde una vez con mi padre almorcé
ha muchos años, un día muy especial,
existe hoy un próspero centro comercial;
y mi padre, ya cansado, hace tiempo se fue.

Quedan aún, tal cual eran, algunas catedrales
a las cuales mi abuela me llevaba de niño,
y que conservo en mi memoria con sin igual cariño;
pero no se reza lo mismo y son otros cantares.

Mis compañeros de facultad en la carrera
después de arduo trabajar la medicina,
se han ido yendo detrás de la quimera
luego de cumplir su misión casi divina.

Sólo quedamos pocos para contar aquellos tiempos
que para nosotros fueron importantes momentos;
despertar sueños, anhelos y ambiciones
para enterrarlos luego cual malas tentaciones.

Mayo 29 de 2004


©JAIME VÉLEZ RAMÍREZ, poeta y escritor colombiano

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA