ARITMOMANÍA
A su primer
hijo, como correspondía, lo llamó Primo.
Al segundo,
Segundo. Al tercero, Tercio.
El problema
fue con el cuarto. Como no hallaba el nombre apropiado,
lo llamó
Marco (después de todo un marco tiene cuatro lados, pensó).
El quinto
fue Quintín. El sexto Sixto. Y el lobizón Septimio.
Fue entonces
cuando Octavia, su mujer, le confesó
que el
verdadero padre de sus siete hijos, era el Nono.
“Historias
sin vuelta de hoja” Ed. Ined, Bs. As.
2016 -
©LUIS ALPOSTA, poeta
y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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“ABUELITO” -tango-
Por CARLOS GARDEL
Un micruento de antología, estimado Luis.
ResponderEliminarEl final es impagable. Felicitaciones, amigo nuestro.