bienvenidos

bienvenidos

sábado, 28 de mayo de 2022

EL SUICIDA, Norberto Pannone, Buenos Aires, Argentina.











EL SUICIDA

 

Se marchó sin saludarme.

Se fue por el ojal del plexo profanado

mostrando la burla de una risa,

noble gesto a la parca agradecida.

Atravesó el espejo

clavando las espinas de su vida

en el muro vacío de los miedos;

absurda y cárdena su herida.

Se marchó sin saludarme,

deshonrando al silencio, sin el grito.

Y me dejó la mirada del suicida

tamizada del plomo de los tiempos.

Se fue sin saludar siquiera;

sin muestra de dolor, ni suplicante;

deslucida la pólvora agridulce

cual grieta de espanto en la pechera.

 

Norberto Pannone, Buenos Aires, Argentina.

De su libro: “Estampas de miedo”. ©2017



SONETO, Luis Alposta - Buenos Aires - Argentina



 









SONETO

 

Un soneto me pide el amor propio

y en mi vida me he visto en tal apuro.

Si cuatro versos ya me dan laburo,

antes de los catorce será un opio.

 

De las formas no quiero ser esclavo.

Además, sobre el tema ya se ha escrito.

En el séptimo verso lo medito

y no sé si plantarme en el octavo.

 

¿Seguir o no seguir? Esa es mi duda.

Pues la cosa se me hace peliaguda

al tratarse de historia tan junada.

 

Pero ya falta poco, y lo importante,

es ahora encontrar la consonante

y dar esta cuestión por terminada.

 

Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

23 de junio de 1977

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

SONETO DE REPENTE – Lope de Vega – España (En el espacio de los Maestros)– Madrid 25 de noviembre de 1562 – 27 de agosto de 1635



 








SONETO DE REPENTE

 

Un soneto me manda hacer Violante;

en mi vida me he visto en tal aprieto,

catorce versos dicen que es soneto,

burla burlando van los tres delante.

 

Yo pensé que no hallara consonante

y estoy a la mitad de otro cuarteto;

mas si me veo en el primer terceto,

no hay cosa en los cuartetos que me espante.

 

Por el primer terceto voy entrando,

y aún parece que entré con pie derecho,

pues fin con este verso le voy dando.

 

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho

que estoy los trece versos acabando:

contad si son catorce, y está hecho.

 

Lope de Vega,– España – Madrid 25 de noviembre de 1562 – 27 de agosto de 1635


Y YA NO FUE ABELARDO , Xiul Lasopat - Buenos Aires - Argentina

 




 




Y YA NO FUE ABELARDO

 

En su vejez por dentro

sin dejar de pensar en su Eloísa,

mientras otros se amaban y engendraban,

el éxtasis, su éxtasis:

un fatídico eco;

tan sólo una tristeza;

el gemido de un pájaro

en la doliente hiedra.

Intercambio de cartas... 

un amor... los recuerdos...

Y ya no fue Abelardo.

Sí su espectro.

 

Xiul Lasopat, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE SOLAPO ARGENTINA


CUADRILLA – Carlos Drummond de Andrade – Brasil - (Itabira, Minas Gerais, 31 de octubre de 1902 – Río de Janeiro, 17 de agosto de 1987.



 







Carlos Drummond de Andrade

 

CUADRILLA

 

Juan amaba a Teresa que amaba a Raimundo

que amaba a María que amaba a Joaquín que amaba a Lilí

que no amaba a nadie.

 

Juan fue a Estados Unidos, Teresa al convento,

Raimundo murió en un accidente, María quedó para tía,

Joaquín se suicidó y Lilí se casó con J. Pinto Fernández

que no había entrado en la historia.

 

Carlos Drummond de Andrade,  – Brasil - (Itabira, Minas Gerais, 31 de octubre de 1902 – Río de Janeiro, 17 de agosto de 1987.

 


MISCELANEAS DEL SER, Ángel Medina, Málaga, España

 



MISCELANEAS DEL SER              

“Corta y triste es la vida. No hay remedio en la vida del hombre. Ni se sabe de nada que le libre del Hades. Por azar llegamos a la existencia. Y luego seremos como si nunca hubiéramos sido”. (Sab. 2)

Breve y dolorosa, sí. No obstante, resignarse a que ha de ser forzosamente así significa renunciar a toda esperanza y abrazarse a la aflicción, o a lo sumo posdatar el encuentro con la confianza radical que sea capaz de responder a este caos. El Hades o inframundo no hay que situarlo en el infierno desconocido del más allá, sino en el acá, aquel que Bonhoeffer retrató contando el horror de un campo de exterminio en el que fue ahorcado un niño, y como respuesta a la pregunta: ¿” Dónde está Dios”, replicó: “En ese niño”. Si a esto añadimos que es la casualidad lo que rige al hombre, mejor sería no haber nacido. ¿Pues, para qué si el destino último ha de ser el no ser?

El Libro de la Sabiduría es la experiencia del Pueblo liberado. Y si ésta es su liberación, grito existencial, ¿qué le queda entonces al hombre?

“La capacidad de atención del hombre es limitada y debe ser espoleada por la provocación” (Albert Camús)

Si hiciésemos la pregunta a un individuo, posiblemente nos miraría con pasmo e incluso correríamos el riesgo de que nos tomase por antigualla, pues, para sus adentros se diría: ¡Pero, ¿qué me está usted diciendo, buen hombre?!  ¿Qué yo, hombre ilustrado en la modernidad, hijo del conocimiento, he de pensar quién soy? ¡Pues quién voy a ser, sino yo! ¡Yo mismo! ¡Véalo usted! ¡Esta gente que piensa no discurre!”

¡Ay, ése “yo”! ¿Conoce acaso todo lo que contiene su yoidad? Mas, si tuviésemos el temple de aguantar la cornada y traducir su expresión en lenguaje coloquial, trataríamos de dar un nuevo pase (quiero decir “paso”) ― pues en esto de escribir, fácilmente se incurre en herir susceptibilidades y conviene dejar claro que la poesía expresa antes que dice―  Y el paso― tal vez zancada― vendría a poner a nuestro oyente en estado de alarma, ya que podría inquietar a la gente preguntas como: ¿y quién es usted? Al límite de su paciencia bien habría de responder: “Pues, fulano de tal. Tengo tantos años y soy” … (esto es muy común: confundir la profesión con la persona―… Claro, que podríamos argüir: “Me está diciendo lo que hace o lo que tiene, pero no lo que es”. Mas, dejemos este diálogo de berzoteo.

Y no digamos si rematamos la puntilla. “¿Se ha preguntado alguna vez la razón de haber venido a este perro mundo, sin que usted haya tenido parte en ello?”.

“¡Ahí va! ¡Si ya lo decía…mira qué preocuparse por el mañana, con lo que cuesta vivir el hoy!”

Ciertamente, el hombre moderno no tiene tiempo para pensarse. Habrá que insistirle.

” El pasado no nos dirá lo que debemos hacer, pero sí lo que deberíamos evitar” (Ortega Gasset)

Se dice que el burro tropieza dos veces con la misma piedra. ¡Ahimé! ¿Cuántas tropiezo yo, hombre hijo de la ilustración? ¿Para qué ha servido cambiar el teocentrismo por el antropocentrismo? Sí; me siento dueño de mí mismo. Pero, ¿realmente soy capaz de aprender de los errores? ¿Cómo acertar si todo en la vida de un hombre está des- iluminado por la duda razonable? Dicho así, no sabré cómo acertar. Y el miedo a equivocarse es hijo del error. Porque no hay peor enemigo de la verdad que el temor a conocerla. Y para conocer algo, ha de arriesgarse. ¿Cómo aprendemos a nadar, sino venciendo el recelo y echándonos al agua, `pensando y sabiendo que nos podemos hundir? Pues eso: a base de tragar agua. Y así todo. Sólo de los desaciertos se puede acertar. Pero no nos decidimos a arriesgar y preferimos quedarnos con las soluciones que nos recetan los otros para mantener nuestras seguridades. Y es que― como decía el poeta― no hay caminos, sino que hay que hacerlos al andar. ¡Y ojo! Al hablar de camino, decimos del nuestro propio.

 “La vida es sueño” (Calderón de la Barca)

¡Con qué afán se vive sin saberse que lo importante es vivirse! Pues, tener tenemos todos. Hacer, también. Pero, es el “ser” lo que nos distingue de los demás. Esto es, la identidad. Y es que, si no es así, no vivimos la vida, sino es la vida la que nos vive a nosotros. Porque, lo que se dice vivir, vive una planta. Y también una afanosa hormiguita u otros animales cuadrúpedos y bípedos. Pero ignoran para qué. Se limitan a arrastrar su existencia sin preguntarse nada. El hombre, por contra tiene la posibilidad de soñar. Lo malo es que su vigilia se convierta en sueño, y creyendo soñar despierto se duerma en su ensoñación. ¿A qué habrá de despertar el hombre dormido, que cree estar despierto y se complace en aquello que conspira a tener, pero no a ser? Ser implica tomar consciencia de sí mismo. Pues, en tanto que no se enfrente a sus miedos, en un soliloquio sincero para decidirse entre la confianza razonable en la vida y el endiosamiento de la razón, que no le responde por su instinto nato de sobrevivir, viéndose tan solo en el espejo que le devuelve la imagen de su fatuidad, estará soñando dormido, creyendo estar despierto.

 “La esperanza es el sueño del hombre despierto” (Aristóteles)

Bastaría un grano de insignificante mostaza de fe para mover una montaña. Mas, ¿cómo renunciar el hombre moderno a la cultura de la suficiencia y arriesgar su confianza en lo que no es capaz de ver? Añadamos: los sentidos no siempre ofrecen la visión de la realidad. Piénsese en un espejismo. En ocasiones pueden existir cosas que no son capaces de verse con los ojos. Si dijésemos: deme un kilo de esperanza, ¿cómo pesarla? Así, el hombre, saciado de tragar el barro de cada día, necesita pensar― al menos meditarlo― dónde encontrar un agua que pueda ayudar a saciar su sed incrédula. Y como el mundo no puede ofrecérsela― al menos a la altura de su deseo― habrá de esperarla. Este hombre no sueña dormido, sino que espera despierto. Aunque, sería bueno entender que aquello que se espera o confía comienza por la decisión de la voluntad en el acto del libre albedrío. Es la exigencia para que pueda salir al encuentro de esa certidumbre.

 “El hombre es algo que tenemos que encontrar todavía. No sabemos aun lo que somos, y no somos todavía lo que seremos”. (Ernest Bloch)

Decir así por las buenas que somos la evolución de un bicho puede resultar hasta incómodo. Decir que no sabemos lo que somos, es tanto como pensarnos desde ese mono. Pero, añadir que hemos de “ser otra cosa”, cuando menos es desconcertante. Porque, entonces, ¿quién somos? ¿Somos tan solo la imagen que nos devuelve el cristal en el que nos admiramos? Vanidad de vanidades que los años vienen a demostrar cuán equivocado estábamos. ¿Se referirá a ese cambio externo en el que la apostura cede a la torpeza, el vigor a la senectud, los cantos de sirenas con los que nos dejábamos embaucar, a mejor hacer― por no entender― convertidos en la decrepitud de las ideas, cuando la vida toda se orienta hacia el desistimiento? ¿O a qué?

Pues, ¿qué es un hombre? ¿Aquel que no espera sino el fin, viniendo a tenerse por lo insensible― la piedra― lo sensible inanimado, como los animalitos― O aquel que pasa su existencia ― fiel diagnóstico de los Beatles― diciéndose: “Qué hace un chico como yo en un sitio como este”?

 “El hombre es posible” (Paul Ricoeur)

Será por eso de que lo último que se pierde es la esperanza por lo que no queda otra salida sino la de confiar. Cansado de lo que le brindan los humanismos― demasiado deshumanizados en ocasiones― el hombre bien podría dejar de mantener gacha la mirada, contemplando el polvo que causa la aflicción de su pesar y elevarla hacia lo alto. Asirse al hilo que no deja de interpelarle, gritándole aquello de “bestia si, evolucionada también, con albedrío para poner tu existencia más allá de tu insignificancia, por supuesto”. Para eso ha de hacerse entender la futilidad de su propia razón― el error humano es creer lo limitado como lo decisivo― y abandonar la caverna de su indigencia suficiente. Se ha conformado con lo que tiene a su alcance, porque ciertamente a lo largo del tiempo vivido su espíritu ha venido a estrecharse. Ha preferido permanecer acomodado en la incomodidad de su estrecha madriguera y le cuesta arriesgarse a dejarla por lo desconocido. Prefiere agarrarse a lo conocido pero limitado, corriendo en un laberinto donde su propia velocidad lo confunde. Tal vez ha vislumbrado una sombra en su cueva, pero para comprobar de qué se trata habrá de salir fuera. Fuera de sí.

Llegado hasta aquí ronronean ideas en el interior de mi testa.  Ponderaciones que vienen a decirme que el hombre es una pasión inútil por sí mismo, que existe la posibilidad de reencontrarse consigo y que puede hacerlo, entendiendo la imposibilidad de su autosuficiencia, aplicando la voluntad.

Ciertamente, la vida es breve. Pero es el tiempo de que dispone el hombre para conocerse. Y conocerse implica buscar el sentido por el que vive. Y puesto que se vive de manera más visceral que reflexiva, tendrá que enfrentar la razón con la esperanza, y no habrá otro camino que el de hurgar en la consciencia del ser. Entonces, es posible que advirtamos dos cosas. Una, que no debemos quedarnos caídos tras sufrir el traspié, sino levantarnos y extraer la experiencia. No desesperar del límite de aquello que dijo el filósofo acerca del hombre: “Humano, demasiado humano”. La segunda, que el hombre es un proyecto de sí mismo. No es lo que se palpa a primera vista, pero tampoco el que ha de ser. Un paso adelante en la evolución de su especie. De animal a animado. De mera materia a hombre con espíritu, o alma, o conciencia, si se prefiere.

Todo esto aboca a la posibilidad de ser hombre, es decir, responder a la evolución interior a la que es retado, que cubre el abanico que comprende del hombre ― en minúsculas― al Hombre― en mayúsculas. Aquello que el gran pensador y antropólogo que fue Teilhard de Chardín decía sobre el inicio de lo humano como Alfa y su realización como Omega. Porque, el anhelo del hombre es dual: de una parte, realizar su sentido humanista y del otro trascenderse. Inmanencia trascendente.

Si repasamos la Historia veremos que los humanismos- humanos no han conseguido liberar al hombre de sus limitaciones. Y es que este hombre necesita, siente, palpita en él su deseo de no terminarse. El esfuerzo con que cada cosa trata de perseverar en su ser no es sino la esencia actual de la cosa misma. El de cada hombre, el esfuerzo que ha de poner en seguir siendo hombre, en no morir. Y aun muriendo a la vida, no acabar en la nada su existir.

Algo que sólo ha logrado en el transcurso del tiempo Aquel que por decirle al mundo cómo es un hombre y enfrentarse con los poderes que lo sometían trajo con él la respuesta a su ansia de ser hombre y de no acabarse, y tras ser colgado del madero se convirtió en escándalo para unos y en locura para otros, abriendo con la ganzúa de su muerte la puerta de la esperanza de escapar de la limitación del tiempo y poder vivirse.

 

Ángel Medina, Málaga, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

Blog <autor:    https://www.facebook.com/novelapoesiayensayo

  • Últimas publicaciones autor
  • https://www.amazon.es/Vaticano-III-Rustica-ANGEL-MEDINA/dp/8416611912
  • https://www.amazon.es/EL-HOMBRE-QUE-PENSABA-MISMO-ebook/dp/B0859M82YW

Abanico de versos, Olga Hernández Osorio Medellín, Colombia

 









Abanico de versos

 

Abanico de versos que nacen del corazón,

encierran recuerdos, nostalgias y añoranzas

guardados en cofres de lejanías y pasión,

episodios tristes de dichas y esperanzas.

 

Abanico de versos que reviven el amor,

sonata de canciones, alegran el corazón,

versos perfumados, versos de grato sabor,

horneados, adornados, llenos de mucha sazón.

 

Cada verso es una flor, una bella oración,

un pensamiento alegre siempre evocador

que agoniza por las tardes como un arrebol,

renace con el alba, el sol y su esplendor.

 

Abanico de versos, amores y pasiones

cubriendo nuestro cuerpo de una loca ansiedad,

en noches azuladas de nubes y crespones,

a todos nos invitan, es la única verdad.

 

Abanico de mares, manantiales, oleajes,

abanico de versos, cántale a tu gente,

engalana sus vidas con diferentes trajes

en forma sencilla, así, amorosamente

 

Olga Hernández Osorio

Medellín, Colombia, febrero 21 de 2020

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

PUGNA, PELEA. CONFLICTO., Rafael Mérida Cruz-Lascano, Guatemala C. A.

 








PUGNA, PELEA. CONFLICTO.

Espinela en tríptico Acróstico.

 

Paz. En su natural orden

Ucrania aún, no, no ha muerto

guerra, es un sonido incierto

negociando  con transborden.

Alevosía  y desorden.

--o—

 Pelea, lid soberana

enfrenta patria ucraniana

libertad soberanía

enfrenta sin cobardía

armado de valor, gana.

 

Conflicto espera victoria

obscura, lid de una mente

misma un regio combatiente

presto defiende su historia

reserva su independencia

opuesto  golpe feroz

mal pensar que triunfe la HOZ,

incomoda al invasor

sumido con todo honor

otro episodio, ALTA VOZ.

.

Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

Embajador de la Paz.

cercle universel des ambassadeurs de la paix France/Suisse. https://ww.cuap.fr

Hombre de Maíz, 2009, Guatemala C. A.

Premio Iberoamericano 2010, USA.

Premio SELAE, Italia, 2011


LLORAR LA CARTA Y/O HACER EL VERSO, César Tamborini Duca, León, España

 



LLORAR  LA  CARTA  Y/O  HACER  EL  VERSO

 

El METAVERSO y su simbología lingüística

Creo que desde el punto de vista lingüístico se realizó una conjunción o acople de dos palabras, que si las separamos alcanzarían una comprensión más fácil para los lectores. Veamos: META VERSO. Entonces lo que nos queda, es averiguar lo que significa un “verso” aunque no en el sentido poético. Claro que debemos contemplar también el posible error (por solamente una letra) en la escritura, siendo MEGAVERSO lo que nos quisieron transmitir. Veamos en qué consiste “hacer el verso”, muy emparentado con “llorar la carta”:

LLORAR LA CARTA (o… HACER EL VERSO)

Cuando en la R. Argentina utilizamos la expresión “hacer el verso” no estamos señalando una posibilidad poética que integraría una estrofa, mas bien se está indicando una actitud similar a “llorar la carta”. Pero ¿qué significa?

Consiste en utilizar una excusa, mas o menos pueril, para obtener un beneficio o liberarse de una obligación. En realidad es fácil imaginar ejemplos de “hacer el verso”

Nos enteramos que el Profesor tomará un examen para el que no estamos preparados, lo esperamos en la puerta para abordarlo antes de su entrada al aula y le exponemos que, porque estuvimos enfermos o lo está alguien en la casa se produjo una situación que nos impidió prepararnos, por eso solicitamos que nos permita postergar el examen.

Está el caso del obrero o empleado, al que observan sus compañeros que está hablando con su Jefe en la oficina y comentan entre ellos: Perico “le está haciendo el verso” al Jefe, le está pidiendo un aumento con la excusa del nacimiento de un nuevo vástago que le supone incrementar sus gastos. O aquél que para liberarse del esfuerzo que significa descargar a hombros de un camión bolsas de escayola (yeso), argumenta al capataz una reciente cirugía que le impide hacer ese trabajo.

Otro caso sería el de un Empresario dirigiéndose al Director de la Sucursal Bancaria para que le aumente su crédito, o la posibilidad de girar en descubierto dada la apremiante situación de la industria y el comercio a causa de una crisis, como ocurrió con la crisis financiera del año 2008, o posteriormente con la del Covid 19. También el cliente del almacén del barrio donde compra fiado, y le pide al dueño lo espere una semana más porque aún no cobró su sueldo; y un largo etcétera.

¿Y el “METAVERSO”? Ah, es muy de actualidad desde que Mark Zuckerberg cambió el nombre de “Facebook” por “Meta”. Para seguir haciéndonos el verso, digamos. La cuestión es que se venden terrenos virtuales y hasta mansiones digitales. En qué consiste es muy difícil de comprender, pero mi opinión personal, es un verson  (es decir: verso a la enésima potencia ¡cuidado!). Tal vez se trata de un error lingüístico, en una sola letra; es posible se pretendiera denominar “megaverso” ¿Y cuál puede resultar un “megaverso”? Sí señores, posiblemente lo que están pensando: el mercado de las “CRIPTOMONEDAS”.

En eso del “metaverso” también debemos tener en cuenta el verso que nos hacen sobre la seguridad de lo que escribimos en nuestro PC. Porque lo hacemos muy confiados que no nos espían por sobre el hombro; craso error y ¡qué cosa extraordinaria! Escribía a un amigo, y entre otras cosas le decía “te adjunto el soneto que me envió fulano” y se lo escribí a continuación.

El sistema “leyó”, se enteró que yo le adjuntaba. Y como no había un adjunto al uso (de internet) me dijo en una de sus famosas y fastidiantes ventanitas: “Está por enviarlo sin agregar el adjunto”. ¿Esto no les dice nada?

Y el mismo día, editando para mi Revista el artículo en lunfardo enviado por un amigo, y que por tal motivo contenía palabras en italiano, mientras lo preparaba apareció una ventana en la que me advertían esa circunstancia, por si debía realizar la traducción.

¡Qué me Contursi! O ¿Quí-mi-cointas? Utilizando porteñas exclamaciones tangueras, o de los paisanos de Gerchunoff. Estamos totalmente controlados en todos nuestros movimientos.

En realidad por culpa del METAVERSO me fui por las ramas de lo que fue mi intención original, dar a conocer el significado de “llorar la carta” o “hacer el verso”. Me disculpo y ahora doy término a lo que había explicado al principio.

El tango no podía estar ausente en estas vivencias, y tenemos un par de ejemplos (en realidad, hay muchos): Esa mujer que en el trance de ser abandonada por su compañero le expone todo lo que ella hizo por él, ablandando su corazón hasta hacerlo “llorar como una mujer” (tango “Lloró como una mujer” cuya letra pertenece a Celedonio Flores). El tango “Recordándote” de José Pedro de Grandis lo menciona explícitamente en uno de sus versos: …”se acabaron las verseadas de mi numen peregrino”…

Otro tango se llama precisamente “Llorando la carta” y su letra y música pertenece a Juan Fulginiti: ...”Al amigo y al extraño fui mostrándole la hilacha, / les lloré tanta miseria sin hacerles comprender / que pedía por el hecho de quebrar la mala racha / que a mi lado la desgracia te hizo un día conocer”... Podemos escucharlo en la voz de Enrique Campos con la orquesta de Francisco Rotundo:

https://www.youtube.com/watch?v=o76aaCCTevc

También está la versión ¡excelente!  de Julio Sosa

La cuestión ahora para mí, consiste en cómo llorar la carta (o hacer el verso) a mis lectores para darles un ejemplo personal. ¡Ah, ya sé!:

Queridos lectores, les ruego me disculpen si cometo faltas gramaticales u ortográficas, tengan en cuenta que con los años disminuyó mi capacidad visual y eso me obliga a una mayor concentración en el teclado que me desconcentra y me hace cometer errores al teclear.

 

César J. Tamborini Duca, León, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


“EL LIBERTADOR”, CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS POETA Y ESCRITOR SALVADOREÑO

 

“EL LIBERTADOR”

 

(DEDICADO A TODA LA POBLACION. ADULTO MAYOR DESAMPARADA)

“SON TODOS LOS ANCIANOS MENDIGOS QUE DEAMBULAN POR EL PARQUE LIBERTAD EN SAN SALVADOR”

 

                        LETRAS SALVADOREÑAS

 

Yo camino por los senderos impacientes del mundo

Y voy buscando la respuesta que me persigue

Y lloro por los menesterosos de mi tierra,

Y cunado llego al parque libertad

Laureles y honra, libertadores de la esclavitud,

Miro el hambre galopante de sus ojos

Y la tristeza rota de sus bolsillos, y sus despojos,

Y el pesar en la agonía de sus manos

Y la amargura que lamentan sus labios

Y los suspiros, que alientan los leones de marfil,

Y la majestuosidad de sus memorias confundidas.

Asi, veo a mi gente pujar en el alma de sus corazones

¿Quien apagara el ardiente fuego de su boca

¿Quién llorara el recuerdo de sus años hermosos?

¿Quién mirara el vacío que aquejan sus vientres moribundos?

No, es la mano peluda donde yace la muerte silenciosa

Y los surcos de sus rostros conformes con el viento pordiosero,

También veo los autos que devoran su indiferencia

Y olvidan que pronto serán ancianos

Por que no tienen la capacidad de sentir sus voces

Porque no caminan los senderos de la necesidad

Porque no les importa el roto cristal de su juventud

Ni los pecados imperecederos de sus locuras

Ellos andan en el fango de sus borrosas ilusiones

¿Donde están las mentiras que anidan en su pecho?

¿Donde está el cielo de sus cristalinos mares?

¿Como podré remediar la miseria de sus dedos?

¿Como detendré el sol que arde en sus espeluznantes rostros?

¿Como viviré en el desierto en la multitudes de sus penas?

Y en el lamento de sus alondras disecadas

Y en la faz que atormentan sus gargantas

Creí que Gerardo Barrios los alimentaba

Y Francisco Morazán rompería sus cadenas

Y la bella libertadora péndula de su pregonera “PAZ” perenne

Le guardaría el sueño que se disipa en la noche fría,

Ellos pasan horas esperando una esperanza

Ellos no hablan por miedo a un milagro,

Nadie se preocupa para resolverles la vida

Siguen esperando el maná del cielo…

 

CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS

POETA Y ESCRITOR SALVADOREÑO

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA