Volver al tema que hoy nos acosa puede resultar cansino y no es
para menos, porque de momento no parece verse “la luz al final del túnel” como
solemos decir.
Hace casi tres meses que no he podido visitar a mi madre, estaba
interna en la casa de reposo Novaire de
Cocentaina, desde hace más de dos
años.
Me sorprendió que fuera ella la
que solicitara ingresar en el centro para la tercera edad, como solemos
llamarlos. Pero luego durante mis visitas, mis dudas y temores se
desvanecieron, estaba muy bien atendida con personal competente, educado y
amable, algo muy importante en las atenciones y cuidados de las personas
mayores.
Con el “taca-taca” recorría las
salas y hablaba con las demás personas, escuchaba las charlas y atendía a los
movimientos de gimnasia que se hacían, cuando yo llegaba, nos íbamos al jardín
donde charlábamos un rato conmemorando las viejas canciones que le cantaba su
padre: “Arrimat paca mi, que el llasol
es astret i en acaban no vages dient que ta fet patir fret “ “Tot aquell
home que te un bancal de cacahuets, si te la dona bonica ja pot dir que té pessetes” “alla baix en el
riu mare m´ha deixat les aspardenyes, mare no liu diga al pare que jo tornaré a
per elles” y un montón de otras muchas
poesías, así como tangos argentinos que fueron los primeros bailes de su
juventud, luego la llevaba a la sala donde cenaba y yo volvía a casa.
Pero todo esto termina cuando me
dicen que ya no puedo visitarla, queda confinada en su habitación, ya no habla
con nadie, yo la llamo y a través de una enfermera ya que esta sorda, puedo
comunicarme con ella, pero ella no entiende nada y no sabe a qué es debido esta
tan triste situación.
Me llama el doctor, muy
amablemente y me dice que mi madre quiere abandonarnos, no come, incluso escupe
la comida que pacientemente le da la enfermera y así incluso con las medicinas
intravenosas no hay nada que hacer. Es verdad nació en 1921, vivió años muy
difíciles, la guerra con casi quince años, posguerra con mucha hambre, miseria
y represión, con ese coraje que muchas mujeres de este país y de aquella
generación supieron soportar con entereza y valentía, siguió viviendo,
trabajando, cuidando de sus hijos y de su madre hasta este 13 de mayo del 2020
que después de unos años en la residencia, nos dejó para siempre y que con
mucho dolor le dimos nuestro adiós de despedida.
©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO
ARGENTINA
ASOLAPO ARGENTINA Y SU PRESIDENTE NORBERTO PANNONE, HACEN LLEGAR UN SENTIDO PÉSAME A LA QUERIDA ESCRITORA ESPAÑOLA SALOMÉ MOLTÓ POR EL DECESO DE SU QUERIDA MADRE.
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