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sábado, 26 de septiembre de 2020

JUAN DIA, Darío Columbich, Venado Tuerto, Santa Fe, Argentina

 









JUAN DIA

Resulta el señor Juan Día era uno de los más valientes del maliciosamente llamado clan de los Día, su fortuna, una considerable cantidad de clientes, su desventura, una considerable cantidad de enemigos declarados. Fue declarado culpable por el Sr. Juez y su comitiva del delito de Vida el mismo día en que nació su hijo primogénito. Pero no fue una bolsa de plomo atada a su cuello el veredicto, no, al contrario, más fuerza e ímpetu, más vitalidad en su vida se hubo de apreciar:



Cercenado de espíritu

un dios pagano desea

sentenciar, más no habrá

más pena en esta

vida que tu seda dulce

alejada...

de mi corazón en pena

por palabras diestras

atacando mi paz,

cercenado de espíritu

un dios pagano desea

sentenciar ¡ Éste sea

un día bendito

con sol y mar !

Que esa playa

ilumine y el sol...

descanse en paz.

 

©DARÍO COLUMBICH, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

 


MUJER, Martha Inés Vélez de Valencia, Medellín, Colombia

 









MUJER

 

(Dedicada a las mujeres de todos los tiempos y pueblos de la tierra).


Soy hija de las entrañas de la tierra negra de Kenia,

tatuada por el sol,

de la Eva mitocondrial que en el exilio,

ha parido mil noches de dolor.

Soy de Sierra Leona, del  llano de la Orinoquia

de las tibias arenas del desierto de Omán

de los glaciales fiordos de Noruega

de las dunas que emigran, en la pampa austral.

Del agreste paisaje de Tanzania

de la tarde amarilla de la China

de las míticas noches del Japón

de la sacralidad del rio Ganges,

que unge las cenizas de perdón.

Del lago Victoria por la gracia de Osiris,

en la fecundidad del Nilo, que es un don.

De la cosmogonía del viento del septentrión.

Soy hija de la lluvia, del río, del monzón,

de los arreboles que se pintan de luna

en las noches eslavas de tímido pudor.

Soy lirio de los campos o pájaro cantor,

aurora boreal detenida en Siberia,

en las noches blancas de San Petersburgo,

o qué sé yo…

Soy sonrisa de sándalo, en la eterna mirada del amor.

Empapada de lluvia y de crepúsculo,

soy eco de mi voz.

Soy grito milenario que pregunta…

si soy sal de la tierra

ancla de vida

milagro de creación

espiga, claridad, urdimbre,

esencia, palabra, corazón.

¿Por qué tanto dolor…?

¿Por qué lo anacrónico del tiempo,

 me quita el privilegio de ser yo…?

                                                                                                                   

4 de agosto de 2014

 

©MARTHA INÉS VÉLEZ DE VALENCIA, poeta y escritora colombiana

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA                                                       

 

 


ANTIMITOMANÍA, Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 











ANTIMITOMANÍA

 

Bajo el Arco Iris

estoy leyendo un poemario.

Alguien me lo ha cambiado

por el diario

donde leo que el espectáculo

de la revista está en su gente

y que los temas del hombre

son luna sin azogue,

sin tiempo,

personajes reclamando

un escenario.

Mientras tanto,

Fernanda, la horrible,

ha iniciado una nueva

cruzada literaria,

desde una nueva

tribuna literaria

con juicio de insanía.

Los poemas

comienzan a zumbar

como rayos del sur

buscando otros enfoques

en hojas que caminen reunidas.

Inmediatamente

se crea un Ateneo

para enviar un mensaje

a un grupo de editores

que ha recibido

una herida generacional.

Ellos contestan en clave:

“La cebra está dormida

y un ángel es poca noticia.”

 

©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 Del libro "Entelequias", poemas de L. A.. Ed. Torres Agüero, Buenos Aires, 1994.

En 1982, este libro, entonces inédito, recibió una mención especial en el VI Concurso Literario Gemma, Aranguren (Vizcaya, España).

 


EN BUSCA DEL AMOR, Héctor Polizzi, Buenos Aires, Argentina

 








EN BUSCA DEL AMOR

 

Corro por campos fríos y sedientos

y ciudades mudas como oscilantes,

cubriendo soledades, por instantes,

en donde se albergan mis sentimientos.

 

En busca del amor, son mis intentos,

viviendo con paisajes vacilantes,

palpitares efímeros, constantes,

estando con mis reflejos atentos.

 

Deseando una bella relación,

llegaste tú, mi suspiro de vida,

siendo la luz en mi alma deseosa.

 

Mis sentidos giran, con tentación

y al verte, tierna, dulce y atrevida,

bebo miel de tu boca generosa.

 

©HECTOR POLIZZI, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

 


DE NO VIVIR... , Favio Ceballos, Baigorria, Santa Fe, Argentina

 











DE NO VIVIR...

 

hasta que el obside de tu altar ofrezca el sexo angelical

que se florece con el amanecer. Cabalgaremos hasta que el sol muestre su faz.

Y sólo por hoy

juraremos no repetirlo.

Tu me miras 

y en el espejo de tus ojos

la ansiedad se corporiza 

exigiendo el abrazo diluvial 

que nos trasciende.

Un día llegó el amor

que construyó en nuestros ojos 

una red infinita de silencios 

que lo dicen todo.

Y nos cubrió con su manto emancipado de argucias y absurdo

para quedarse eternamente.

Otra vez la letra pone la distancia

en la quietud de tu espalda 

que lo recibe todo

vuelvo a escribir con el dedo

un poema de piel en la penumbra.

Ya es tarde 

y las copas están vacías.

En poco tiempo amanecerá...

las primeras nubes coloreadas 

tampoco se arrepienten.

Nos llevaremos el dulce cansancio

y la poesía,

que se humedece en tu cintura,

es la respuesta que nos devuelve

al verdadero amor

codificado en el rocío dulce de nuestra mirada del encuentro.

 

©FAVIO CEBALLOS, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

 


TODOS HACEN TODO MAL, Roberto Alifano, Buenos Aires, Argentina








TODOS HACEN TODO MAL

 

No hay, es cierto, figuras políticas impolutas o que escapen totalmente a la consideración crítica. Si nos limitamos a las carreras políticas, excluidos los monstruos que pervirtieron el quehacer público, nos quedamos con un puñado de hombres y mujeres que merecen el honor del tiempo. Winston Churchill, por su solitaria resistencia británica al triunfo avasallador de los nazis. Charles de Gaulle, por la fe en la “Francia Libre”, y más tarde, junto con Konrad Adenauer, en solidificar la alianza franco-germana como base de una Europa libre y en paz. Tampoco podemos obviar a Mijaíl Gorbachov, arquitecto de la perestroika y el glasnost, que enterraron la tiranía comunista en Europa y pusieron fin a la guerra fría en el mundo. Quizá Tito, Nasser y Nehru con sus denodados esfuerzo por afirmar una vía independiente frente al condominio norteamericano-soviético, se puedan sumar a la lista.

Yo suelo preguntar y preguntarme: ¿sería posible en un país como la Argentina una figura como Churchill, de Gaulle o Adenauer; es decir, un aclamado líder que, a su vez, fuera un sensato estadista? Me parece que no. El patrioterismo y el personalismo, unido a la excluyente partidocracia y a un horizonte localista, son una melancólica cosa despavorida que está siempre a merced de un epigrama casual, denomínense con la aporía de los gobernantes circunstanciales, que aparecen como cabecillas de bandas e incluyen a Menem, al matrimonio Kirchner, Macri y ahora el circunstancial presidente Alberto Fernández.

De tal forma y bajo estos caudillajes de la política argentina vivimos pugnando por competir con las peores del mundo. Durante esta severa pandemia que nos castiga, nunca los políticos argentinos resignaron ingresos como gesto simbólico de solidaridad. Nadie en las altas esferas se recortó el sueldo. El Gobierno, en un principio con iniciativas elogiables, huye ahora como puede de una situación que si en algún momento le dio rédito ahora lo desnuda. Es mejor acomodar la Justicia a los intereses propios, leer un mediático discurso económico al presentar el presupuesto, romper puentes entre ellos, sacarle una tajada al cómplice devenido en amenaza y disimular la falta de estrategia; en este caso prolongando una cuarentena que ya resulta hipócrita e insufrible.

Los funcionarios se enojan ante las críticas y expresan rabia si los pone ante el espejo del desasosiego. Un recurso agónico, cuando la palabra de la ciudadanía, aún enfática y vacía, no es escuchada; aunque sí utilizada para sumarles votos que eligen siempre a los mismos. Todo esto se vuelve banal ante una cruda realidad ya casi insostenible; las crónicas periodísticas describen con veracidad la situación y los argumentos para enfrentarla resultan insuficientes o vacuos ante las evidencias. La cruda realidad es que en los hospitales, se registran por noche entre tres o cuatro fallecidos por Covid 19. Pacientes que llegan con dificultad para respirar, mueren a las pocas horas y no pueden ser despedidos por sus familiares. Acto seguido, los pondrán dentro de una bolsas de plástico, que será sellada y rociada con un poderoso desinfectante; de allí a la morgue y de la morgue al ataúd en absoluto anonimato y aislamiento. Una escena afín al cine de horror de George Romero, Roman Polanski o Stephen King.

Pero hay más. Se agregan enfermeras que trabajan en dos sitios catorce horas al día y duermen apenas cuatro; médicos y terapistas que se enferman o viven aislados de su familia por temor a contagiarla. La mayoría de estos trabajadores de la salud ganan sueldos irrisorios que los obligan al pluriempleo, y se resignan sin hacer aprietes como la policía bonaerense que se le retobó al Gobierno para que les aumente los sueldos. Para tener una idea, un médico de guardia de cualquier hospital público obtiene un magro sueldo que apenas alcanza para sobrevivir. Sería una ridícula comparación mostrar los ingresos de un político o cualquier funcionario de alto rango con los de estos abnegados profesionales. Hay algo, todavía, que no cierra en una sociedad que retribuye en forma tan desigual a sus profesionales.

En el afán de hablar, cuando la situación aconseja un prudente silencio, el Presidente se permitió exponer un argumento que desató la controversia: -Nos hicieron creer que el desarrollo dependía del mérito, pero bien sabemos que no es tan así. La comparación es que el más tonto de los ricos tiene más probabilidades de progresar que el más inteligente de los pobres-.
Muchos liberales se rasgaron las vestiduras defendiendo la meritocracia, sin advertir las razones del doctor Fernández (¡vaya descuido!). Para comprobarlo, basta echar una mirada a los médicos proletarizados: están entre los más inteligentes de los pobres, pero no podrán progresar. Están condenados tal vez por saecula saeculorum. Lo que permanece en la opacidad, es quiénes son los más tontos de los ricos.

Así, de un modo absurdo se sigue generando una lamentable fisura. Vemos una sociedad separada entre los que sufren y los que se desentienden. Por un lado, los afectados por la peste sumando enfermos terminales, con familias enteras que se contagian y algunos mueren, junto a médicos y auxiliares; los que perdieron el trabajo; los que no pudieron sostener su pequeña empresa y se arruinaron; los pobres y los hambrientos, que ocupan tierras instalando una carpa para protegerse de las inclemencias del tiempo y suelen ser manipulados por delincuentes. Del otro lado, aquellos que quieren disfrutar de la vida o seguir con sus actividades y negocios mirando para otro lado, con mucha o total indiferencia, como si nada estuviera sucediendo. Intelectuales, militantes y periodistas que siguen cavando una grieta enmascarados en los atuendos de neo liberales o populistas para seguir representando una obra teatral que si antes era vana ahora es menos absurda que patética. Y trágica.

 Las clases medias, aunque no puedan hacerlo, sueñan otra vez con emigrar. Se desilusionan con un país que cada día se desbarranca un poco más; intentan escapar de la frustrante desilusión. Hay algunos, los más acomodados, que cruzan el Río de la Plata y huyen al Uruguay. Por otro lado, la cuarentena, que ya no existe porque nadie la cumple, acaba de extenderse. El anuncio, a través de un video, fue breve y despersonalizado; la enjundia presidencial del comienzo se ha desdibujado, mientras que hace poco era un acontecimiento presidido por las más altas autoridad de provincia y capital, que suscitaban la atención de la sociedad y otorgaban cierta confianza. La caída del liderazgo lleva fatalmente al desamparo. Y esto ocurre en el peor momento, cuando pareciera que las palabras empiezan a agotarse y las excusas se vuelven oportunistas y ridículas.

 Los de arriba están otra vez descolocados ante la debacle; las clases populares atravesadas por un momento dramático; a la vez que manipuladas por mafias y apenas contenidas por subsidios y movimientos sociales que ya empiezan a desbordarse. El principal factor de desaliento es que las medidas de intervencionismo cambiario conocidas suponen un retroceso que ya está llevando a la Argentina a sufrir algunas de las mismas consecuencias que se hubieran producido si se confirmaba un default como el que se evitó hace apenas un mes, con la renegociación de la deuda pública.

En efecto, ya empieza a peligrar el crédito internacional para las empresas privadas; sobre todo porque se han terminado los dólares para pagar los insumos importados y el crédito local para prefinanciar exportaciones. Las tarjetas de crédito argentinas ya son casi inservibles en el extranjero y cada vez más compañías internacionales proyectan irse del país. En tanto la inflación sigue y para ir tirando se imprime moneda desmesuradamente a lo loco, sin respaldo financiero. El peso argentino ya ni en el Uruguay es aceptado. Toda esta situación se proyecta sobre una endeble economía. Los bancos y los banqueros; en fin, todo el aparato financiero cada día prevalece más sobre el productivo.

 No hay que buscar culpables ahora ni tampoco quejarse por los anteriores; en la Argentina todo lo que vienen resta y “lo malo es superado por lo peor”. El enojoso asunto viene de lejos, de muy lejos. Doce años de kirchnerismo y cuatro de macrismo -los más recientes- no acomodaron nada; sino todo lo contrario. Ahora bien, ¿esta política puede ayudar a resolver una crisis ética, moral y económica como la que tenemos, la cual se inscribe en un problema de ya muy larga duración; vale decir, de demasiados años de estancamiento que ya tristemente prometen ser infinitos? De unidad nacional no se habla, el objetivo de unos y otros, de tirios y troyanos, es un profundizar una grieta que ya es abismal. Y cada día más.

 

©ROBERTO ALIFANO, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA 

 


AJUSTANDO LA CONDUCTA, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

 












AJUSTANDO LA CONDUCTA

 

 

Decir a estas alturas que estamos en crisis o que la crisis económica esta poniéndonos en un estado de alarma y de desazón total, que nos tememos que este “Estado del bienestar” (?), que dicen algunos, se nos puede ir al diablo, no es decir nada nuevo, empezar a estudiar estrategias de conducta y de acciones a determinar, ya es harina de otro costal.

      Pienso sinceramente, que en estos momentos, tenemos más que nunca, que empezar a observar nuestra conducta, y preguntarnos si nuestra forma de actuar es la correcta y la más oportuna, sobre todo,  con nuestros  compañeros, porque muchas veces, incapaces de  enfrentarnos con el verdadero enemigo, que suele ser el Poder, derrochamos infinidad de nuestras energías yendo a la caza del que calificamos de opositor, vigilando su conducta e intentando ver algo censurable en donde no hay más que error por falta de práctica o por, a veces lamentablemente, un ego exacerbado como solemos tener todos.

      Luis Andrés Edo, en su reciente libro abogaba por potenciar las asambleas, dónde podemos ajustar nuestra conducta y medir nuestra estrategia con una finalidad óptima para todos y por cierto, tenía toda la razón del mundo. Esta democracia ha adulterado la conducta de la juventud hasta el punto de que incluso los más avispados actúan de forma poco racional. El mecanismo de la reunión asamblearia, la forma y manera de cómo debemos actuar, no solo, porque tenemos todo el derecho del mundo a mantener y exponer nuestro criterio, sino además, a escuchar noblemente el criterio de nuestro opositor, a no interpretar nunca que alguien que nos contradice es nuestro enemigo, a saber valorar no solo al que dice, sino lo que dice, y cómo lo dice. Y cuando algo se tenga que censurar, porque creemos que tenemos no solo el derecho de hacerlo, sino, también el deber, censuremos, corrijamos el hecho y dejemos con nobleza de atacar al agresor, al equivocado, al empecinado, porque entraremos en el justo debate de hacer valer nuestros conceptos, que por algo los creemos óptimos, y además aprenderemos a valorar los de los demás.

      De tal modo que nos sobran los “iluminados” que hacen cincuenta “revoluciones” al minuto sin tener absolutamente nada en cuenta la sociedad en que vivimos, en sus valores, en sus contradicciones, en sus complejidades

      Nos dice Chateaubriand en su libro “Memoires d'Outre-tombes”, que “Toda opinión muere impotente o frenética, si no queda alojada en una asamblea que la haga fuerte, la colme de voluntad, la provea de una lengua  y de un brazo Y  es y será siempre de los cuerpos legales u ilegales, de dónde llegarán las revoluciones”. Así que la asamblea nutrirá todo proyecto, sea más o menos revolucionario, porque la asamblea le dará el valor y la dimensión pertinente.

      Por todo ello nos sobran también los “positivistas” que creen que con los poderes políticos pueden llegar ¿a? … todavía no sabemos a qué, y eso suponiendo que sean honestos o diríamos mejor, cándidos, porque al poder político o le sirves o te absorbe o te destruye. En cuanto al juego de especular pensando sacar “tajada”, no entremos, porque eso deprime; ya no estamos en el mundo de idealistas, estamos en el de los especuladores y no se casa bien alguien que quiera una sociedad mejor con el que trabaja sólo para el provecho propio, nos lo pinte como quiera.

      Y de otra parte también nos sobran, quizás menos, los ideólogos que a guisa de caballeros medievales blandiendo espada en mano, vayan a enmendar los atropellos y los abusos, de esta índole pues estamos cansados de ver a mucha gente que se ha ahogado en un mar de demagogia y ésta a quien bien sirve, es a la reacción.

      Por todo lo expuesto pensamos en lo útil que es el mecanismos asamblearío y a mejor, la asamblea, en la que reine el orden, la tolerancia y la profundidad en las ideas y sobretodo, la honestidad y no solo como motor de arranque, también como actitud permanente.

 

Sept 2020

 

©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA