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sábado, 18 de diciembre de 2021

YO PROPONGO, Rodolfo Leiro, Buenos Aires, Argentina

 








YO PROPONGO


Yo propongo, en mi típica osadía,

visionario de utopías delirantes,

emisario de los verbos terebrantes,

mercader de solidaria antología;

 

yo propongo, con enérgica porfía

escindida de Vulcanos comediantes,

desprendida de fraternos caminantes,

atizada de afectuosa orfebrería,

 

yo propongo, en jovial algarabía

que se tiende sobre el párpado del día

a la sombra de mi lirica y mi verso:

 

levantemos nuestras palmas anhelantes

y brindemos en confines palpitantes

por la Unión y por la Paz del Universo!

 

©RODOLFO LEIRO, poeta y escritor argentino

MIEMBRO FUNDADOR DE ASOLAPO ARGENTINA


"...QUE TE SACARÁN LOS OJOS", Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 


En la voz del autor.   Click:                                                                                                                                        

https://www.youtube.com/watch?v=CPcmGWy7a1M&t=41s

 

LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

ANTES DE NACER , Elisa Barth, Mendoza, Argentina

 








ANTES DE NACER 

 

Estoy solo en mi morada, indefenso, 

y tú me estarás negando 

el derecho a volar, 

cortando mis deseos de vivir. 

¿Qué piensas madre? 

Soy como una estrella que late, 

y tú no sientes la dicha de seguir… 

La tortura más cruel, 

frente a un funesto interrumpir, 

ante la angustia antes del amanecer… 

Privar mi nacimiento, 

no suspendas mi camino 

sin la razón de todas las razones… 

Soy identidad, no me quites la vida. 

Madre, no seas amante de los demonios internos, 

sé orgullosa de tu esencia de mujer, 

por ser la cuna de la humanidad 

debes ser valiente sin igual ni precedentes. 

Parir la esperanza, pujar para que crezcan, 

aunque duela parir 

sin darle una historia más al cementerio 

por el fantasma del aborto, 

por truncar una inocente vida, 

fruto del vientre, dándole muerte, 

marcando mi destino con mucha crueldad 

Busca la luz en tu camino y, adelante. 

Muy agradecido te diré:¡Mamá! 

Tendrás tus ojos llenos de lágrimas de paz…

 

 ©Elisa Barth, poeta y escritora argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


CACHO DE BUENOS AIRES, Delia Checa, Mendoza, Argentina

 










CACHO DE BUENOS AIRES

 

Homenaje a Cacho Castaña.

 

Sos un cacho de tango,

porteño hasta los huesos.

 

Un silencio pesado va invadiendo

el viejo bar La Humedad

en la esquina más bohemia

de Buenos Aires

-esa ciudad… la mina más fiel

del morocho atorrante-.

 

En ese local,

ubicado en el cruce de callecitas

donde un farol entrega su luz mortecina

y la bruma se hace densa,

entre café y café

un tango traspasa el alma.

 

Una pareja infructuosamente

trata de hilvanar unos pasos

de un tango canyengue.

Inútil es contonearse,

cuando la tristeza aprieta

y congela el movimiento.

 

Los cristales lloran tu ausencia helada

afuera la lluvia cae lenta sobre la ciudad,

todo el paisaje es un llanto infinito.

Alguien arranca un lamento

tanguero a un bandoneón

y los viejos amigos

se miran consternados

mientras se les pianta un lagrimón.

 

Mendoza, Argentina - 2019

 

©DELIA CHECA, poeta y escritora argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

Glosario del lunfardo

Mina: mujer linda y atractiva

Atorrante: americanismo que significa vago

 

Canyengue: proveniente del lunfardo y giros de Argentina. Se aplica a aquello de baja condición social, ordinario, y a las prácticas (ej. el caminar del compadrito) y bailes (fundamentalmente al tango y la milonga) con muchos cortes provenientes del suburbio de Buenos Aires y Montevideo.

 

Pianta: del lunfardo, se le escapa de pronto.


Zarabanda de la lluvia, Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

 








Zarabanda de la lluvia

 

Parece huir en un sueño rumoroso, etérea,

ligeramente flotante, prematura de súplicas

como una danza de Häendel o una pintura de Schiaffino.

Llegaba con impaciente luz,

casi gozosa en ese ardor sensible

que el aire mueve en el lecho o el navío

sosteniendo la pluma y el cristal de las velas.

(¿Quería descender, la amada fantasmal, en esta voz

en esta vaguedad que toca sus caderas

con la mirada y el lenguaje de lo súbito?)

Dulcemente llegabas

en una suerte de alegría que atraviesa

el perezoso aliento del instante.

Llevaba el collar de la paloma

sin mirar la densidad que recoge el abandono.

Es entonces cuando me da su forma,

me da la belleza que desnuda la noche.

Desposesión y refugio

mientras la lluvia desordena la tierra.

 

©CARLOS PENELAS, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA    


Guerras, las de ayer, las de hoy y las de siempre. Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

 




En plena angustia de que estamos invadidos por un enemigo invisible, nuestra desorientación es total y nos perdemos “dando palos de ciego” hoy más que nunca Las imágenes que nos  transmitió la televisión  sobre las vejaciones monstruosas que los soldados invasores infligen  a los países que invaden, golpean nuestra sensibilidad y pensamos que la de toda persona bien nacida.

Lo que dudamos es, de saber cuánta gente no debe haber nacido normal o la educación recibida la ha transformado al punto de convertirla en un ser avieso. Recordamos con espanto la cara del soldado americano, que se mofaban del montón de iraquíes, desnudos y humillados, no hace tanto, no comprendíamos que un rostro aparentemente tan normal pudiese esconder un ser tan horrendo. Luego dicen siempre, que la responsabilidad es del grado superior que es quien manda y ordena lo que hay que hacer Esa ya fue la monserga que esgrimieron los acusados nazis en el juicio de Nuremberg, voluntarios para ejercer la represión y esquivos para aceptar cualquier responsabilidad

           Si la dinámica de toda guerra es la humillación, la represión y la muerte del vencido y muy a menudo  las víctimas de hoy, se convierten en los victimarios de mañana, como ocurre hoy en muchas partes del planeta, no podemos por menos de hacernos varias preguntas ¿Es el hombre bueno o malo? ¿Tiene éste conciencia del bien y del mal? ¿Se tiene una idea cabal de lo que es el  bien y el mal?

 El filósofo británico Hobbes, en el siglo XVII ya apuntó con su Leviatán, la maldad natural de hombre y la necesidad de un contrato social que restringiera su agresividad, Rousseau, el filósofo suizo al contrario, pensaba que el hombre nace bueno y que es la sociedad quien lo corrompe.

         La vida es mucho más compleja que estos dos conceptos por muy profundos y exactos que nos parezcan. Importantes en el momento que surgieron, vigentes al día de hoy, pero insuficientes para comprender el marasmo de una sociedad como la que vivimos y sufrimos en estos momentos de descontrol total. Muchas opiniones apuntan a que el hombre goza de libre albedrío, de unos derechos universales aceptados por todos los países y que si delinque, si desvía su conducta del “recto proceder”, es por voluntad propia y hay que aplicarle sanciones contundentes.  A parte de no saber con exactitud que es “el recto proceder”, como se nos apunta, pues deducimos con la expresión una carga de intereses partidistas, por no decir inconfesables, la demagogia barata  ha despertado siempre, nuestros resortes escépticos.

         Si cada hora tiene su afán, cada época sus problemas, sus trampas, sus inquietudes y sus guerras, y en el fondo el loable intento de hacer del hombre un ser libre y esas guerras son el ejemplo fehaciente de que no lo conseguimos. No hemos llegado a eliminar la esclavitud, la hemos puesto en nómina.

¿Tiene el hombre necesidad de someterse a una autoridad política, religiosa o económica? ¿Qué busca el hombre que se somete? ¿Protección? ¿La consigue o a sus   propios errores añade los del mando?

         Con su voluntad propia, el ser humano tiene dos puntos de apoyo: el razonamiento y la ciencia y su orientación más sublime el Amor universal, sólo falta que lo comprenda y se decida a emprender un camino justo para todos. Estamos convencidos de que las guerras, empezarían su declive. 

          

 ©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


LA AMADA DE KAFKA, Lola Benítez Molina, Málaga, España

 



LA AMADA DE KAFKA

 

De mirada dulce, sus ojos denotaron dolor ante una vida nada fácil. Milena Jesenska fue una periodista, escritora y traductora checa, nacida en Praga en 1896 y murió en 1944 en el campo de concentración de Ravensbrück, Alemania, por una insuficiencia renal. Nació en el seno de una familia aristocrática. Su padre fue cirujano y profesor de la Universidad de Praga, quien llegó a internar a su hija en un manicomio por no aceptar su relación y posterior matrimonio con el escritor austriaco, de origen judío, Ernst Pollak. Él autoritario y ella de espíritu rebelde, difícil conjunción. Pronto, Milena vería que esa unión era intolerable y, para poder encontrar la fuente del sosiego, se dedicó a dar clases de checo y a realizar traducciones para llenar esas horas baldías.

            Tras leer algunos cuentos de Kafka, le escribió con el motivo de obtener su autorización para poder traducirlos al checo. Este hecho dio lugar al inicio de una apasionada correspondencia entre ambos, que duraría dos años (1920-1922). En esos dos años solo se verían dos veces: cuatro días en Viena y un día en Gmünd. Kafka moriría dos años después. Un amor en la distancia. De él, Milena escribió: “suave, amable, visionario, demasiado sabio para vivir, demasiado débil para luchar, de los que se someten al vencedor y acaban por avergonzarlo”.

            Mujer adelantada a su época, feminista, se divorció de su primer marido y volvería a casarse con un arquitecto checo Jaromír Krejcar con el que tendría a su única hija, Jana.

            En 1939, aún sin ser judía, fue detenida por la Gestapo y llevada al campo de concentración de Ravensbrück, donde se hizo enfermera.

            Jana, su hija, en lo referente a su relación amorosa por Kafka, dijo que su amor vivió solo en las cartas. A él le sirvió para alejarlo del sentimiento de soledad que lo acompañaba, a ella para apaciguar el llanto de su alma. Eran dos espíritus sensibles que no pudieron dar rienda suelta a su amor, tal vez lo idealizaron.

            “Hoy llueve en mi corazón” es el título de la primera película dirigida por Francis Ford Coppola. Fueron muchas lluvias las que se desataron sobre los corazones de sus coetáneos. Sirva este pequeño recuerdo para que el sol impere sobre los nuestros y sus estrellas alumbren la noche.

            Por último, quiero mencionar una hermosa frase de Frida Kahlo: “Vive la vida con quien te dé la vida”.

 

©LOLA BENITEZ MOLINA, poeta y escritora española

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


MONO SAPIENS, Ángel Medina, Málaga, España

 



MONO SAPIENS

                                                                                                                                      

¿Qué ocurrirá al final de los tiempos?

El apocalipsis del mundo sobrevendrá, según lo explican los astrofísicos dentro de unos 5.000 millones de años, cuando nuestro sol, agotado el hidrógeno y el helio se convierta en una gigante roja, absorbiendo a todos los planetas del sistema. Hasta es posible que la vida inteligente haya evolucionado hacia otras formas. Algunos especulan incluso que mucho antes el ser humano tendrá otra apariencia, dotado de un cuerpo diminuto, rematado por una giba que hará las veces de acumulador para alimentarse por fotosíntesis, coronado por una gran cabeza capaz de albergar un cerebro mucho más desarrollado. Otros, aventuran y fantasean que no será necesario el esfuerzo para conocer, pues se le insertará un microchip en la testa con una cantidad enorme de datos, convirtiéndose así en una enciclopedia andante. Una suerte de ciencia infusa.

Imagina, lector, que ha llegado ese momento. El mundo está a punto de ser destruido y la vida llamada a su fin. Estás viéndolo. Al otro lado, en la infinita soledad se palpan los cuerpos celestes que van y vienen desandando sus órbitas; acá, los océanos se han desecados como gigantescos eriales y se oye el ulular del viento huracanado que sobrevuela la muerte, cobijando la tumba del inmenso cementerio que es todo el planeta. Allá, fuego, acullá, pavesa. Es el inicio del caos.

La oscuridad se interrumpe a sí misma con eructos intercalados del astro que otrora procuró la primera savia. Llamaradas infatigables que encienden el firmamento con su resplandor, anuncio del óbito de la estrella. Son los últimos vahídos de la existencia que fue y pronto no será. Para el mundo, ocaso. Aniquilación. Apocalipsis.

En tanto continúas vislumbrando tan dantesco espectáculo, asistes expectante a un   diálogo vehemente. Tenso debate, donde cuestionan su sino los personajes que representan el principio y el fin de la evolución.

Al fondo, presta a partir, se perfila la silueta de una mole apuntando hacia el cielo, escupiendo fuego por sus nalgas metálicas.

― Aunque no te aborrezca, no quiero reconocerte.

― No puedes hacerlo. Yo soy tú.

― En nada nos parecemos.

― No debes mirarme a mí, sino a ti mismo. Lo que se es no es producto de la apariencia, sino hija de la inteligencia.  Soy el resultado de tu involución. No conseguiste llegar a ser el que estabas destinado a ser y descendiste hasta mí. Yo te parí empujando de abajo hacia arriba, primero, y tú de arriba abajo, después. ¡Pero almacené el conocimiento! Lo que nos diferencia es que tú no has aprendido de tus errores y yo me miro mucho en ellos para no imitarte.

― ¡Deseo que conste mi protesta! ¡Yo soy mi libertad!

― ¡Libertad! ¿Y cómo la has empleado? Has sido para ti la única referencia, sin saber buscar una instancia superior que te sirviese de guía. Un espejo en el cual mirarte. ¡Mira la estela dejada desde el cainismo! Es esto lo que te ha llevado a convertirte en el que ahora contemplas.  Te traicionó la suficiencia y tuviste que esconderte tras un taparrabos. Tu mayor pecado ha sido permanecer en la “hýbris” que ya reflejaba el mundo griego. La arrogante autosuficiencia para desechar la divinidad y así poder ser un dios para ti mismo, a fin de vivir sin Ley y ser el dueño de tu destino.  Quisiste meter dentro de tu cabeza lo que no cabía en ella. ¿Acaso crees que, aunque la gota proceda del infinito océano, puede abarcarlo en su inmensidad?  ¿O tal vez que sólo existe lo que puede medirse y saberse? De aquellos polvos los presentes lodos. ¡Además, siempre fuiste un depredador!

― No obstante, abrí con la ganzúa de la razón el Libro de la Ciencia y el progreso.

― ¿Y adónde te ha llevado eso? Es verdad que conseguiste desintegrar el átomo. Pero, sin embargo, no te has llegado a conocer.  Eres el gran desconocido de ti mismo. Por eso, soy yo tu metamorfosis. Tuviste al alcance de tu mano el cielo y te hiciste acreedor del infierno. Ibas para más que ángel… ¡y mira en lo que has quedado!

― ¡Ilusión! Tú, todavía no eres yo.

― No sé cuál de los dos será menos animal. Pero, tú perdiste tu naturaleza. Con todo, tratasteis de acreditaros, gritando:” Humano, demasiado humano, para así justificar las insuficiencias y los desmanes. ¿Dónde sitúas, pues, eso que llamas libertad de la conciencia responsable? De cualquier manera, la sensibilidad acarrea debilidad ¡Por si acaso, yo he tomado mis precauciones!

― ¿Qué es lo que quieres decir?

― El tiempo se agota. Se necesitarían aún muchas generaciones para que volviese a germinar de nuevo y por completo mi semilla en el árbol terrenal. Tantas como fueron precisas de ti para mí. Pero, olvidemos toda metafísica. Lo que es incuestionable es que he sabido enmendarte la plana y conseguiremos perpetuarnos. Es cierto que la criatura que he engendrado carece de cualquier vestigio tuyo, y por tanto también de sentimientos ni ánima que puedan elevar su condición o arrastrarla a los abismos más profundos, ignorando cuál es su procedencia y destino, pero sí que está dotada de un saber superior al nuestro, tanto como fuisteis capaces de almacenar a lo largo del curso de la Historia. Ella no sufrirá ni tampoco hará sufrir. No esperará la recompensa de un cielo ni el castigo de un infierno, aunque al no llevar consigo la primera culpa con la que inseminaste al mundo, no se propagará el mal. Será el alumbramiento de una nueva especie. Nosotros somos el alfa y el omega, y estamos a punto de caducar, pero ella será la continuidad. El después de nuestro antes.

En aquel momento resonaron unas pesadas pisadas, al tiempo que el Universo volvía a conmoverse vomitando fuego, dando lugar a un espantoso estruendo que resonó por encima de sus cabezas, haciendo que retrocedieran nuevamente las tinieblas. Aquel instante les bastó para que pudieran despedirse antes del fin, mirándose cara a cara.

Uno era el último hombre, y por todo ropaje llevaba una modesta telita con la que ponía a recaudo su pudor. El otro un mono que caminaba erguido y vestía un impecable traje, y el recién llegado un autómata.

 

― Te presento, hijo de Adán, a tu nieto, mi vástago y sucesor. Nuestra descendencia. Una máquina producto de la cibernética más avanzada. Ya nada causará aflicción, allá donde vaya. El dolor y la culpa no habitarán en él al carecer de conciencia. Es la criatura perfecta.  No supiste encontrar tu esencia, que es la del alma, en este tu tiempo en el mundo y yo he tenido que crear a un ser sin ella para que nos sobreviva.


 

©ÁNGEL MEDINA, poeta y escritor español

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

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Nostalgias, Graciela Brizuela, Tucumán, Argentina

 







Nostalgias


Esta nostalgia que siempre vuelve

y se refugia en los recuerdos,

regresa desde la lejanía 

de las ausencias de otro tiempo...

un patio amplio con sol

con perfumes de azahares

y glicinas,

una pelota que rueda,

gritos de gol

y un olor a mandarinas.

Los recuerdos fluyen

pero tropiezan con el olvido.

Aparecen, el silencio

obstinado y opresivo,

y la cotidiana soledad...

la nada misma.

Inexorable sentir añoranzas,

inevitable caminar del tiempo,

rápido...a pasos largos,

atropellando los pasos lentos.

Es queda esta nostalgia

de las cosas breves, 

de los instantes efímeros...

de lo que ya no es.

 

 

©GRACIELA BRIZUELA, poeta y escritora argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

LA INTEGRIDAD, Elías Galati, Buenos Aires, Argentina

 


LA INTEGRIDAD

 

La integridad o calidad de íntegro, es el estado de aquello que no le falta ninguna de sus partes, que está completo, incorruptible, recto.

En otra acepción es aquel desinteresado, probo.

Corresponde a un estado de pureza y conservación en el que está garantizada evitar su alteración.

Como valor moral es la cualidad de la persona, que procede correcta y ordenadamente, según su deber y que por ninguna circunstancia altera su conducta ante situaciones de conveniencia, favores o dificultades.

Asimilar la integridad a la probidad significa resaltar la bondad, la rectitud de ánimo, la hombría de bien, la honradez en el obrar.

Como tantas otras cosas, la integridad es una actitud ante la vida.

Es la posición desde su interior, que el hombre adopta para enfrentar la existencia.

El principio de identidad esta asociado a otros principios éticos, en especial con el valor de la honestidad, el respeto, la armonía, el desinterés y la transparencia en las relaciones humanas.

La persona íntegra amolda su conducta a sus sentimientos y sus valores, siempre en relación con el mayor bien, y considerando su comportamiento desde el rol que le corresponde en su grupo social y en la humanidad, poniendo en primer lugar el bien común, y la armonía universal.

Sus valores se relacionan con la honestidad, la honradez, la lealtad y la verdad, y tiene respeto por los demás como por sí misma y controla sus emociones.

Es bien conocido el texto de Aristóteles, sobre su maestro Platón, por la crítica a su doctrina filosófica “soy amigo de Platón, pero más amigo soy de la verdad”.

Esta cualidad faculta al individuo para decidir por sí mismo, sobre su comportamiento y creencias, sabiendo que hará lo correcto y no perjudicará a otros.

La falta de integridad nos conduce a una doble moral; nuestros dichos son opuestos a nuestra conducta, o aun peor, exigimos a los demás conductas que jamás realizamos nosotros.

Decia Groucho Marx “Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros”.

Lamentablemente en la sociedad actual, hay tantos ejemplos de comportamientos de doble moral, en ambos sentidos.

En enseñar una conducta y practicar otra o la opuesta, y la de acomodar sus principios y valores, a la conveniencia, al poder de turno, a quien más me da, o a favorecer amigos o compañeros.

La integridad es un camino y un esfuerzo diario, constantemente hay que esmerarse por ser mejor persona, por corregir errores, por implicar la conducta a la integración, la paz, la igualdad y la felicidad de todos los hombres sin distinción.

Es una tarea que se debe asumir, aceptando nuestras falencias, pidiendo perdón constantemente por nuestros errores, y tratando en lo posible de reparar los daños cometidos.

Como resultado, el esforzarse por conseguir la integridad moral, te hace confiable a los demás, te permite tener una conciencia tranquila, transitar la existencia hacia objetivos seguros, y lograr la armonía y la paz interior que hará irradiar la misma hacia nuestros semejantes.

Seremos vistos y considerados como íntegros y lograremos junto con nuestros semejantes que se han propuesto el mismo camino, la construcción de una persona mejor, nosotros mismos, y de un mundo mejor, el que vivimos.

En última instancia parte de la convicción que hay un principio superior que es el cumplimiento de nuestro deber.

Un viejo proverbio oriental señala que nunca tu deseo supere a tu deber.

Es cierto que el deseo es el motor de la conducta humana, pero el hombre íntegro sabe discernir cual es el deseo correcto, y cual el incorrecto.

Que es lo que debe hacer, y que lo que no debería hacer, y como puede su comportamiento ayudar a mejorar la vida de los hombres, o complicar y perjudicar a los otros.

Miremos a nuestro interior, y juzguemos con honestidad si nos consideramos íntegros, si nuestra conducta esta marcada por nuestro deber y por el sentimiento de ser realmente íntegros, probos y servidores de la verdad.

 

Elías D. Galati, Buenos Aires, Argentina


domingo, 12 de diciembre de 2021

¿Deseas que te amen?, Edgar Allan Poe

 







¿Deseas que te amen?

 

¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,

el rumbo de tu corazón.

Solo aquello que eres has de ser

y aquello que no eres, no.

 

Así, en el mundo, tu modo sutil,

tu gracia, tu bellísimo ser,

serán objeto de elogio sin fin

y el amor… un sencillo deber.

 

 

Edgar Allan Poe