Tankas
desmesurados
Entre
nosotros, el cielo y el infierno
no
hay otra cosa que la vida,
que
es la más frágil de todas las cosas.
Pascal
1
La
canción de la muerte
puede
quitarte dulcemente la vida
con
su aliento cómplice…
Su
nombre es “Eutanasia”:
sinónimo
de agonía sin sufrimientos.
2
Engendro
agusanado,
que
surgió de la crisálida
del
poder más ostentoso:
Esa
es la soberbia divina...
La
que nos juzga y nos condena de por vida.
3
La
decisión de vivir en la luz
–desechando
la sombra de la parca-
constituye
nada más que una equivocación.
Es
que nos gusta, de última,
el
sabor de la sangre (y su cálido olor dulzón).
4
Sucede
que el mar nunca retorna
para
lamer las mismas playas…
Se
echa sobre la arena blanca,
sin
dejar más rastro
que
un collar de nácar…
5
El
rumor del oleaje
se
acostumbra a la voz humana
y guarda
la sombra de nuestros muertos,
aherrojando
su fiebre proteica
en
la oscuridad heterocroma del lecho.
6
Un
plato vacío aún sigue esperando
sobre
la mesa de la humanidad.
Debajo
de él, una nota dice,
con
letra temblorosa, casi desfalleciente :
…“Ayúdenme”.
7
¿Por
qué existen ciertas preguntas
que
deben ser respondidas, y otras, permanecer
como
estigmas, torturándonos por toda la eternidad?
¿Ese
será el precio de la duda?
¿Acaso
podremos soportarlas, sin herirnos?
8
Es
necesario que le demos
la
espalda a tantas dudas,
y poner
“manos a la obra”:
Recordemos
que los laberintos
tienen
siempre una salida hacia la luz.
9
El
tiempo es el fuego en el cual nos quemamos.
Pero
la pasión también es enemiga de la precisión.
En
cambio, el invierno, con su frío,
nos
encapsula, nos reconcentra,
volviéndonos
aún más egoístas.
10
Lograr
objetividad:
Ese
es el llamado “efecto cero”…
(¿No
se enfría la sangre tan sólo con pensarlo…?)
Si
embargo nunca es tarde para sorprendernos ante lo inesperado…
Siempre
debemos conservar una mente alerta.
11
Todos
los días vivimos ciegos,
Precipitándonos
vertiginosamente a tierra,
como
aves heridas de muerte…
El
destino es lo que ignoramos de nosotros mismos.
Y
lo que vivamos, revela nuestra propia naturaleza.
12
Lo
fundamental es tener ideas,
pero
no ser ideólogos.
Porque
las ideas son libres;
no
pueden ser encorsetadas
dentro
de estancos paradigmas finitos.
13
Insistir
siempre en cuestionar lo incuestionable…
Confié
en la sabiduría, seguí su consejo. …¡Y así me fue!
Por
eso odio las fechas definitivas:
Ellas
no nos permiten
deshacernos
de las obligaciones.
14
Paisaje
de silencios.
Inquieta
presencia se revela, sigilosa.
Algo
se agita, oculto en tus ojos:
Es
el recuerdo de un sueño
que
asomaba apenas, en las flores tempranas…
15
Hay
cosas que hierven dentro de uno…
Por
eso se hace necesario luchar con los fantasmas
que
duermen en el subconsciente…
para
descubrir la fuerza oculta
de
todos los sueños con los que Freud alucinaba.
©LIANA
FRIEDRICH, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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