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domingo, 26 de noviembre de 2023

POEMAS PARA LEER EN CLAVE DE PAZ - Marián Muiños, España

 


















POEMAS PARA LEER EN CLAVE DE PAZ


Nos debatimos entre las antípodas
-más próximos al mal que al bien
sin vislumbrar la sima ni la cúspide
Pronunciamos
masticamos,
degustamos
(si tenemos suerte)
un bocado de Paz.
Enarbolamos sus fonemas
en himnos, en cánticos y en odas.
Y luego los perdemos en el trajín
de las pequeñeces de la existencia.
Sin embargo,
el grito interior es más fuerte,
y desde nuestros propios escombros
reconstruimos una y otra vez
                                      la esperanza.


Del libro “De paso por el mundo”,Ed. 2023


MARIÁN MUIÑOS
, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

ANÉCDOTA ANTIGUA - Antón Chéjov - Rusia

 












ANÉCDOTA ANTIGUA

 

En tiempos de antaño, en Inglaterra, los criminales condenados a la pena de muerte gozaban del derecho a vender en vida sus cadáveres a los anatomistas y los fisiólogos. El dinero recibido de esta forma ellos se lo daban a sus familias o se lo bebían. Uno de ellos, atrapado en un crimen horrible, llamó a su lugar a un científico médico y, tras negociar con este hasta el hartazgo, le vendió su propia persona por dos guineas. Pero, al recibir el dinero, de pronto se empezó a carcajear…

—¿De qué se ríe? —se asombró el médico.

—¡Usted me compró a mí como un hombre que debe ser colgado —dijo el criminal, riéndose a carcajadas—, pero yo lo timé a usted! ¡Yo voy a ser quemado! ¡Ja, ja!

 

ANTÓN CHÉJOV

Antón Pávlovich Chéjov ​ fue un cuentista, dramaturgo y médico ruso. Encuadrado en las corrientes literarias del realismo y el naturalismo, fue un maestro del relato corto, y es considerado uno de los más importantes autores del género en la historia de la literatura.​ Wikipedia
Nacimiento: 29 de enero de 1860, Taganrog, Rusia
Fallecimiento: 15 de julio de 1904, Badenweiler, Alemania

MUFA - Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina

 


Pintura al pastel, año 1967 - Autor: Luis Alposta


LUIS ALPOSTA, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

RESURRECCIÓN - Liana Friedrich, Rafaela, Santa Fe, Argentina














RESURRECCIÓN


Volveré, lo prometo,
a reiterar insomnios y vigilias,
desde el ángulo del sueño,
ensimismando las noches
con oscuros ramalazos de recuerdos
En secreto renaceré, sí,
para recomponer tristezas y alegrías.
Sumaré equinoccios olvidados
floreciendo soles en los días
para reencontrarte así,
prisionero en tu abandono,
junto a mi orilla de silencios
Circundada de eternidad,
volveré, lo prometo,
a encadenar las horas,
más allá del espanto fugaz
de cada muerte programada,
con la fidelidad del surco y de la espiga:
¡profuso devenir de milagros!



LIANA FRIEDRICH, Rafaela, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

FRAGMENTOS - Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

 


FRAGMENTOS


A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.

Lope de Vega

Foto: Henri Cartier-Bresson


Apenas una línea sobre el aire.
Una leve línea invisible
que roza la mirada
en el parque deshabitado.
………………………………………………

El sueño se dispersó en silencio.
Sin palabras me encuentro
en soledad perfecta.
El destino es un intento sin voz.
………………………………………………

En la niñez el mundo era mío.
Luego vinieron ecos del poema.
Hoy la sombra es mutismo, espera.
………………………………………………

Aún siento el pasmo, la ficción de la alcoba,
lo fugitivo de la llama, la devoción.
La mesura y la secreta diversidad.
Pero no recuerdo la lluvia ni la ausencia.
………………………………………………

Es la avidez del sol,
la herencia rememora
una mano azuzando la fuga.
Y un batel nómade, errante.
……………………………………………

Una vez aludí al tiempo,
susurré el nombre de una mujer,
evoqué el mirador de una aldea gallega,
hablé del amor, de la fantasía del amor.
Supe de mis padres, de mis hijos.
Estoy en el balcón de una casona y miro.
………………………………………………

Voy insomne y desnudo
en éste huir de lo inmóvil, distraído
de cielos y de días. Estoy mirando,
desentendido, la voces reclinadas
de otra barca, de otra orilla.
……………………………………………

Una vez el mundo supo ser irreal.
La fantasía era el reino de lo venturoso,
del azar, de la íntima epopeya.
La quimera: una capelina azul
en el fervor del desvarío.
Es recóndito aquello que soñamos.
………………………………………………

Perdura esta despedida
como un espejismo de una raíz secreta.
Sé que es un instante,
un vestigio del hechizo y la marea
en el desorden de un jardín sin mito.
………………………………………………

Hay un estremecimiento, destellos y reliquias.
Los espectros rondan el mantel de mi mesa.
………………………………………………

La palabra es parte de la intemperie;
ilusoria y real busca la avidez de la vida,
mientras la conjuro me conmueve.
Desde lo insomne escribo lo sutil, lo vano.
Cuando no sabíamos hablar
era el silencio y el eco de las aves.

La vida es un ciervo herido
que las flechas le dan alas
Góngora


BY CARLOS PENELAS - DOMINGO, NOVIEMBRE 05, 2023

CARLOS PENELAS, Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

POEMA CONJETURAL - Jorge Luis Borges, Buenos Aires, Argentina

 









POEMA CONJETURAL

El doctor Francisco Laprida, asesinado el día 23 de septiembre de 1829 
por los montoneros de Aldao, piensa antes de morir:

 

Zumban las balas en la tarde última.
Hay viento y hay cenizas en el viento,
se dispersan el día y la batalla
deforme, y la victoria es de los otros.
Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.
Yo, que estudié las leyes y los cánones,
yo, Francisco Narciso de Laprida,
cuya voz declaró la independencia
de estas crueles provincias, derrotado,
de sangre y de sudor manchado el rostro,
sin esperanza ni temor, perdido,
huyo hacia el Sur por arrabales últimos.

Como aquel capitán del Purgatorio
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. Hoy es el término.
La noche lateral de los pantanos
me asecha y me demora. Oigo los cascos
de mi caliente muerte que me busca
con jinetes, con belfos y con lanzas.

Yo que anhelé ser otro, ser un hombre
de sentencias, de libros, de dictámenes,
a cielo abierto yaceré entre ciénagas;
pero me endiosa el pecho inexplicable
un júbilo secreto. Al fin me encuentro
con mi destino sudamericano.
A esta ruinosa tarde me llevaba
el laberinto múltiple de pasos
que mis días tejieron desde un día
de la niñez. Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.
En el espejo de esta noche alcanzo
mi insospechado rostro eterno. El círculo
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.

Pisan mis pies la sombra de las lanzas
que me buscan. Las befas de mi muerte,
los jinetes, las crines, los caballos,
se ciernen sobre mí… Ya el primer golpe,
ya el duro hierro que me raja el pecho,

el íntimo cuchillo en la garganta.

 

JORGE LUIS BORGES, Buenos Aires, Argentina


SOY CRIOLLO - Martín Acuña, Buenos Aires, Argentina

 












SOY CRIOLLO


Soy criollo porque siento
El gemir de nuestra patria
Soy criollo porque escucho
Las penas de los que cantan
El llorar de los que nacen
El reír de los que halagan.
Soy criollo porque oigo
El hablar de nuestra pampa,
Porque el viento al soplar
Me trae palabras de tatas,
De relinchos de potros
Corcoveando por las playas,
Me trae una vida nueva
Llena de amor y esperanza
Soy criollo porque traigo
En el corazón la patria,
Porque quiero a nuestra tierra
Y siento dentro del pecho
La tradición que se aparta
Pero creo necesario
El progreso que taladra.
Porque veo reflejado
En nuestro estandarte patrio
Un dios que es el verdadero,
Un amor que se agiganta
Un luchar de las familias
Una tierra que da plantas
Una chica a la que quiero
La tradición que me habla
Desde lejos a distancia,
Con un bravo sapukay
Acompañados de espuelas
En las paletas de un pampa
Porque siento desde cerca,
Un tractor el cual trabaja,
Una espiga que da frutos
Una familia que labra.
Por eso me digo criollo,
Porque yo tengo una patria,
Porque patria hay una sola
Porque me siento contento
Cuando mi garganta canta
Repitiendo en mi canción...
La Argentina… la argentina
Es nuestra patria.


MARTIN ACUÑA, del libro “Tras la Senda”, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

Martin Acuña, escritor y editor argentino. Nació en CABA en el año 1952. Poeta de reconocida trayectoria. Integró la Comisión Directiva de SADE central (2002-2008). Participó en la Fundación del Libro. Entre sus obras: El interior del ser en Poesía-2°Edic. Trote a Trote por la vida. El grito de la palabra. El día en que los Payasos-2°Edic. (Cuento). El Hombre le Dijo al Hombre. La Araña (novela). Tras la Senda (poesía gauchesca). Más allá de las sombras. Actualmente integra la comisión SADEI Mercedes.

LA DUDA - Ángel Medina, Málaga, España

 

LA DUDA                                         

Hay quien tiene miedo a pensar por si acaso se le mueven las ideas. Ante lo incierto de tantas cosas se opta por mantener la mano en el arado y echar la mirada hacia atrás. Esto es, la duda. Sobre todo, si se remite a la duda existencial que traspasa sus propios límites para dar de bruces con la eternidad o la nada.

Hay dos novelasa buen seguro que son muchas más en las que se aborda este problema en la figura de sendos protagonistas que a priori se suponen que son paradigmas de la fe que proclaman.

“San Manuel Bueno mártir” es un breve e intenso relato de Unamuno, en la cual se reflejan algunos pensamientos del autorya lo dijo nuestro gran Antonio Machado en su obra “Juan de Mairena”, aquel diletante cuyas enseñanzas se correspondían con el pensamiento de su prosista y que pone en boca de su principal personaje, el sacerdote tenido por santo en el pueblo. El otro responde al pomposo título de la novela “Vaticano III” que nada tiene que ver con la saga Da Vinci y pertenece a este humilde escribidor. En la primera, el sacerdote, varón venerado entre sus parroquianos acaba revelando que en el fondo él también duda de lo que llamamos vida eterna. Y preguntado por qué entonces proclama esa fe en la resurrección confiesa que debe velar por mantener la felicidad última entre los hombres para que puedan tener una existencia dichosa en el aquí y ahora. Después, ¿quién sabe? En la segunda, se trata de un franciscano que mantiene unidos a los que son explotados por un patrón sin escrúpulos, el cual, siendo asesinado por aquel confiesa en último extremo que siempre actuó movido por el deseo de mantener anudados a los trabajadores con la promesa de una vida mejor. En ambos, la vacilación es el leit motiv de las narraciones.

La duda forma parte del hombre. Nada es seguro para él. Confiar en alguienincluso en las relaciones de pareja es siempre una espada de Damocles que se alza sobre la cabeza del pensante (eso si concedemos que se ejerza el acto de la inteligencia, que es tratar de esforzarse en aras del entendimiento de algo). Y así todo.  ¿Quién puede tener la seguridad de que no va a morir en un instante? ¿O por qué la confianza en los componentes de un medicamento que le sirve para restituirle la salud? Toma y daca. No se tienen credulidad, y sin embargo es necesario cierta dosis de esperanza. Quien crea que humanamente es posible la certeza se sitúa al filo de la navaja. Una afilada hoja que corta por el lado en que nos inclinemos.

Ya lo dijo el viejo Descartes: hay que dudar de todo. Y también de aquello que se cuestiona. Dudar de la duda. Y es que, si se piensa, entenderemos que la naturaleza humana tiende a lo incierto en tanto que todo le es confiado a su razonamiento. En el fondo, aquella postura de santo Tomás, cuando dijo que necesitaba ver para creer, cuando menos es comprensible. Y hay más. Tampoco es fiable por completo el sentido en el que más se confía, que es el de ver. Si contemplamos el cielo estrellado allá donde pueda ser observado alguna estrella titilante que parece hacernos guiños con su temblor, resulta inexistente, pues el astro desapareció hace mucho tiempo y lo que nos llega es su luz. Pero estar ya no está. Otro tanto podría decirse del espejismo en un desierto.

La vida es una sucesión de hechos para los que no se tiene de antemano respuesta. Por ello, el hombre ha de mantener abierta una puerta a la esperanza. Confiar por encima de todo. Confiar, sí y no de manera ingenua, creyendo que por creer se solucionará automáticamente cualquier circunstancia o problemaDe alguna manera, esto puede ser entendido como fe. Y fenos dice el viejo catecismoes creer en lo que no se ve.  Y “ver”, lo que se dice ver no es tan fácil. Por eso hace faltaa pesar de todo una cierta dosis de osadía para situarse a las puertas de la certidumbre. Una credulidad que es necesidad, sí, pero igualmente entrega confiada a ella.

Tal vez, porque aun en la duda, se tiene la convicción de que el “no” nihilista se coloca a los pies de los caballos, rechazando al Autor de la vida y dejando el sino del hombre a la fatalidad del albur. ¿Qué humanismo está en condiciones de responder por sí mismo más allá de lo meramente material y palpable? Ya se sabe lo que han dado de sí los paradigmas sociales del comunismo y el capitalismo: esclavitud y desigualdades. ¿Habremos de reducir al hombre a pura materialidad? ¿Es tan solo el hombre la agrupación de un paquete de células que no poseen consciencia de lo que unidas constituyen?

Ciertamente, el hombre al parecer procede del mono, pero si no quiere regresar a la chimpanificación originaria habrá de esforzarse en entender qué es un hombre. Escalar y no descender. Desarrollar su potencialidad y buscar para sí una respuesta que no puede darle el mundo. Y es que el mundo puede ofrecerle cosas, pero no perpetuarlo en su ser. Vida que comienza tras el fracaso de vivir.

Hay cosas de difícil comprensión. Sencillamente porque no pueden ser en sí mismas alcanzadas por la razón; sería tanto como pretender meter en un hoyo toda el agua del mar. Esto sería el filosofar teológico. Una teología positiva. Pero también es posible abordar esa idea rodeándola desde la teología negativa. Esto es, que la razón vislumbre, no ya acerca de una verdad externa al hombre, sino más bien en cómo se recompone ese hombre a sí mismo mejor, si aceptando esa verdad o rechazándola.

¿Qué es un hombre sino un ser en proyecto, pero que sabe que dispone de un tiempo limitado para la vida? ¿Y qué ser humano no desea vivirse para siempre? Mas, llegado hasta aquí, ¿puede el hombre prolongar de alguna manera su vida, más aún, por la eternidad? ¿Y no late en el interior de cada uno ese deseo de no acabarse nunca?

Todo esto es difícil de meter en la testa, pues no cabe en ella. Por eso, si se quiere aceptar la sugerencia, al hombreaun siendo una máquina pensante como Unamuno, a pesar de su duda razonable se le ofrece la posibilidad de abrirse a lo sagrado desde su profanidad. Sólo necesita dos cosas. La primera consiste en reconocer su pequeñez. Si observamos a un hombre elevándonos sobre su cabeza acabaremos por no distinguirlo del suelo, y más tarde será el mundo que en ocasiones quiere ponerse por montera un puntito perdido en el espacio. ¿De qué sirve al hombre tenerlo todo si ignora la esencia de lo que es? ¿Y para qué quiere al mundo si ha de costarle el alma? La segunda invocar al que es el Alfa y el Omega de todo. Permanecer atento a la escucha. Sólo así podrá experimentarse a sí mismo.

¡Que dudas! ¿Y quién no? Pero, si una verdad no puede ser demostrada, mostradme a dónde conduce la contraria Ahora sí la razón está en condiciones de poder dialogar sin complejos con lo sagrado en busca de encontrar respuesta a aquella pregunta que como el eco repetía nuestro Unamuno mirando a Michelet, aquel que contemplaba la Historia como un combate extremo entre la libertad y la fatalidad, deseoso de mantener su identidad sin fin, incluso a la hora en la cual el hombre ha de entregar su “yo” al fin de sus días.

El Unamuno poeta nos dice en su obra “El Cristo de Velázquez” (cap. VIII. 214) ¿“Será el Padre sordo no siendo mudo”? ¿El que todo lo hizo por su Palabra habrá de no escuchar la aflicción última? ¿Habrá de ser estéril el grito del Crucificado, que es el grito de la humanidad, cuando exclamó con todas sus fuerzas aquello de “¿Por qué me has abandonado?” Y, cuando todo parecía haber sucumbido en el abandono, el silencio se hizo promesa de vida eterna.

La Verdad Suprema va infinitamente   más allá que la razón humana.

 

ÁNGEL MEDINA, Málaga, España

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EL CÍRCULO - Adrián Néstor Escudero, Santa Fe, Argentina

 

EL CÍRCULO

"El Círculo es perfecto" (E. A. Pesante, l932-1988, in memoriam)  

 

“Gracias quiero dar al divino / laberinto de los efectos y de las causas / por la diversidad de las criaturas / que forman este singular universo, / por la razón, que no cesará de soñar / con un plano del laberinto (…)”               (“Otro Poema de los Dones” - Jorge Luis Borges).


     Hubo un momento en que el Círculo fue el acoplamiento sistémico de esmeriladas y esféricas espirales concéntricas… Como esas enigmáticas galaxias, arracimadas en forma cuántica, que no solo hacían suponer sino que demostraban, palmariamente, la infinitud de un Universo…
     Un Universo emboscado, a su vez, por un continuo movimiento, ora parabólico, ora sinuoso o, asimismo, perfectamente circular…
     Un Universo tan geométrico como aquel bellísimo y tornasolado Círculo del que formaba parte, girando, girando y girando
hasta un sitio ignoto del Metaverso que parecía, al mismo tiempo y espacio, punto de partida y llegada…

     Pero, de hecho, tampoco supo cuándo se vislumbró, en aquella gigantesca rueda giratoria, como un ser consiente y consciente de su presencia hecha de aquellas, como sustancias organizadas tras una sinuosa columna a la que llamó huesos, como pudo haberla nombrado con cualquier otra vibración acústica a la que, a su vez, nombró palabra…
     … En tanto que, a todo aquel encapsulado organismo semejante a una suerte de gelatinoso conglomerado, llamó cuerpo, y a la patina envolvente y suave -a la que tuvo por piel- compuesta de una delicada sustancia a la denominó carne…

     El Hijo del Círculo observó, no obstante, y con otros de sus fantásticos miembros membranosos (eran dos y se llamarían ojos), que un extraño lazo lo conectaba, en una cavidad acuosa de la que era parte…
     Luego de otro tiempo espacio que no supo ni pudo calcular, sintió como de súbito todo lo que para él era cuerpo, abría aquel Agujero Negro raramente enrojecido y se asomaba, con una chillante bocanada, a otro Universo que pareció estallar como un enorme sol galáctico, y… nació. Alguien le llamaría a aquello "vida" también, aunque para él la vida había sido, hasta entonces, una espejada realidad mansa y etérea aunque, y de igual modo, sustancial...
     Pero no supo que lo había hecho. Que había nacido… Y que estaba vivo en aquella dimensión extraña contenida en el Círculo… Pues solo después de cuatro giros alrededor de la estrella de aquel planeta (así lo llamaban Ellos) donde había estrenado su nuevo estado existencial, lo sabría… Una etapa que cobraría materialidad compartiendo más adelante imágenes (foto-videográficas) de esa, su estrenada niñez…

     Así, y al paso lento pero inexorable del nuevo espacio tiempo que lo contenía, entendería por qué había sido concebido tras una nueva palabra que no registrara en ningún sitio del Círculo de dónde provenía… Y que de tanto escucharla con aquel específico sentido orgánico llamado, por Ellos, oído, se supo hijo de Hombre, y Hombre varón y se auto percibió también como hijo de la Luz, hijo de la Alborada de aquella particular Realidad llamada vida… Luego, también comprendería que, aquellos otros miembros que lo acunaban con notable suavidad y esmero, serían de otro Hombre, pero sexuado mujer…
     Sería esta, ahora y como jamás lo había experimentado, la primera de las Cuatro Estaciones Planetarias de un astro, de otro Círculo azulado -terrestre, marítimo y nuboso-, que habría de transitar hasta treinta y tres años circunvalantes, como un fugaz Eternauta de la Materia; ello, antes de regresar -con su espiritual Alma trascendente- al seno del Círculo Creacional del que había sido esencialmente sustraído, y a fin de alcanzar a comprender (in situ) el Origen Humano de un paterno, Arcano Sueño existencial…

No tuvo miedo por ello: su Padre velaría por Él y unos seres difuminados llamados ángeles custodios, lo servirían en su -ahora- homeostática Presencia y, en especial, al cabo de los primeros cuatro años de extraña incubación encarnada; tiempo en el que, Abba, comenzaría a revelarle, paso a paso, el sentido mesiánico de la enigmática extrapolación sensorial a la que había sido expuesto, y que le sería revelada como crucial y salvífica Misión en bien del Círculo: la de redimir del pecado, la ignorancia y el error, al Universo Material todo.

 

ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, Santa Fe, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA   



A VECES, EL OLVIDO - Guillermo Fernández del Carpio, Arequipa, Perú

 



A VECES, EL OLVIDO

A   mis abuelos Guillermo y María y a mi Madre, a quienes nunca puedo olvidar

 

Ya no se acuerda con lucidez de su niñez, de sus amigos cercanos, de los dos viajes a Europa-uno a Italia y el otro a España-, ni de los consejos de Mamá Josefina, ni los nombres de los personajes del Quijote, pero recuerda la trama. Ha borrado de la mente casi todas las clases magistrales de literatura dictadas con pasión en la Universidad Nacional de San Agustín y en la Mayor de San Marcos. Cuenta el tiempo de un modo peculiar; el alba y el ocaso son las claves para entender dos tiempos del mismo día, y en las noches, sabe con certeza que despertará, lo que no sabe aún es si algún recuerdo podrá navegar en su mente sabia.

Ha olvidado la Lotería de Babilonia pero admira la pluma y el universo de Borges, ha olvidado al Consejero de la Guerra del Fin del Mundo sin eludir la crítica a Vargas Llosa, ya no se acuerda de los principios liberales de la Riqueza de las Naciones; sin embargo, su mente reconoce a Pitágoras como creador de la Economía y no a Adam Smith.

Permanece en él, el concepto central del indigenismo y sabe que existe diferencia con la postura indigenista. Puede ver una foto de Arguedas y detrás de ella, puede imaginarse algún paisaje andino o reconocer el sonido de un zumbayllu. Es que el olvido parece ser que tiene en sí una sinrazón; donde el concepto y la experiencia permanecen, más no los detalles o circunstancias precisas.

César Díaz es el nombre que por momentos ha olvidado pronunciar. El olvido es una constante en su vida. Tiene aún cientos de lectores, a los cuales apasiona su poesía y su acertada crítica a la realidad del país, plasmada en varios artículos y en un ensayo llamado Perú: Realidad y Futuro.

Cada día transcurre entre un desayuno ligero, un abrazo de su esposa, una llamada de su hija Sofía que muchas veces es breve; porque César percibe la tristeza de ella, cuando lo escucha tartamudear para recordar.

Un día a la semana por la tarde lo visita Octavio Aréstegui, un alumno suyo de la San Agustín. César en sus ochenta y cuatro años y Octavio un asiduo lector.  Ambos, entablan un diálogo, acompañados de un café. Uno de esos diálogos…

Don César. ¿Cree usted que debe uno tenerle miedo al olvido?

No. Nadie es un Funes Memorioso. Prefiero tenerle miedo al miedo, eso es más controlable. Simplemente se vive con lo que uno tiene en su mente.

Díaz se pregunta: ¿Cómo llenar el olvido? Le es lógico que en la mente se produce un vacío y ante las interrogantes familiares hace un esfuerzo por recordar. Cuando no hay éxito en tal intento, la angustia y la ansiedad lo atormentan. Desea recordar las primeras travesuras y complicidades con su hermano Augusto, pero se queda con una emoción en el alma y la tristeza que genera el olvido. Anhela recordar los primeros pasos de la pequeña Sofía para reírse por momentos, pero se queda con la emoción paternal y una lágrima que irónicamente lo apacigua. Desea recordar el patio del colegio, los almuerzos dominicales con picante arequipeño, los abrazos con su Madre, …desea evocar varios momentos; porque César Díaz es poeta y los poetas desean muchas cosas en el alma, son persistentes, su voluntad espiritual es mayor que la del hombre que es víctima de la rutina y del tiempo que le toca vivir.

El olvido es esa memoria perdida. Todos tenemos algo del olvido. El alzheimer   es despertar al compás del alba con pocos recuerdos, los sentimientos prevalecen. Se pierde aparentemente lo vivido, pero los recuerdos en algún momento regresan, el olvido no es absoluto. Hay un desafío entre el pasado y el presente.

Debe ser difícil vivir con el olvido, porque se intenta regresar al ayer para obtener un recuerdo que nos ayude a seguir viviendo. Las remembranzas pueden despertar al mirar un objeto, una imagen o al escuchar una palabra.

Díaz es uno de los mejores poetas que esta vida efímera me ha permitido conocer. Tiene un libro llamado La belleza de la infancia. Lo escribió poco antes de padecer su enfermedad. Lo lee continuamente para recordar un trozo del ayer. De ese modo es que pasa sus días. Esas líneas son su inspiración para seguir escribiendo. El olvido hoy, irónicamente lo motiva a pensar en versos. Nunca ha dejado de escribir. El olvido no lo ha vencido.

Conocí a César Díaz una tarde que no he olvidado hace algunos años atrás. Hoy, tengo en mi mente sucesos cortos que he empezado a olvidar.

GUILLERMO FERNÁNDEZ DEL CARPIO, Arequipa, Perú

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINO 


sábado, 18 de noviembre de 2023

ARROYO - Jerónimo Castillo, San Luis, Argentina

 


JERÓNIMO CASTILLO, San Luis, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

MIEDO - Gabriela Mistral, Santiago, Chile

 











MIEDO


Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan;
se hunde volando en el Cielo
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan.
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan.

Yo no quiero que a mi niña l
a vayan a hacer princesa.
Con zapatitos de oro
¿cómo juega en las praderas?
Y cuando llegue la noche
a mi lado no se acuesta…
Yo no quiero que a mi niña
la vayan a hacer princesa.

Y menos quiero que un día
me la vayan a hacer reina.
La subirían al trono
a donde mis pies no llegan.
Cuando viniese la noche
yo no podría mecerla…
¡Yo no quiero que a mi niña
me la vayan a hacer reina!


GABRIELA MISTRAL, Chile


Nacimiento: 7 de abril de 1889, Vicuña, Chile
Fallecimiento: 10 de enero de 1957, Hempstead, Nueva York, Estados Unidos
Premios: Premio Nobel de Literatura, Premio Nacional de Literatura de Chile

BOCA A BOCA - Delmira Agustini, Uruguay

 


















BOCA A BOCA


Copa de vino donde quiero y sueño
beber la muerte con fruición sombría,
surco de fuego donde logra ensueño
fuertes semillas de melancolía.

Boca que besas a distancia y llamas
en silencio, pastilla de locura,
color de sed y húmeda de llamas…
¡Verja de abismos es tu dentadura!

Sexo de un alma triste de gloriosa;
el placer unges de dolor; tu beso,
puñal de fuego en vaina de embeleso,
me come en sueños como un cáncer rosa…

Joya de sangre y luna, vaso pleno
de rosas de silencio y de armonía,
nectario de su miel y su veneno,
vampiro vuelto mariposa al día.

Tijera ardiente de glaciales lirios,
panal de besos, ánfora viviente
donde brindan delicias y delirios
fresas de aurora en vino de poniente…

Estuche de encendidos terciopelos
en que su voz es fúlgida presea,
alas del verbo amenazando vuelos,
cáliz en donde el corazón flamea.

Pico rojo del buitre del deseo
que hubiste sangre y alma entre mi boca,
de tu largo y sonante picoteo
brotó una llaga como flor de roca.

Inaccesible… Si otra vez mi vida
cruzas, dando a la tierra removida
siembra de oro tu verbo fecundo,
tú curarás la misteriosa herida:
lirio de muerte, cóndor de vida,
¡flor de tu beso que perfuma al mundo!


DELMIRA AGUSTINI, Uruguay

Nacimiento: 24 de octubre de 1886, Montevideo, Uruguay
Fallecimiento: 6 de julio de 1914, Montevideo, Uruguay

TESTIMONIO - Antonio Las Heras, Buenos Aires, Argentina

 












Imágen: Microcambios



TESTIMONIO


Mujer enigmática.
Extraña, silenciosa.
Mujer profunda.
Profunda mirada.
Mirada lúcida.
Lúcida templanza.
Templanza vívida.
Nostalgia cegada.
Cegada ternura.
Ternura dispuesta.
Dispuesta respuesta.
Respuesta alucinada.
Mujer enigmática,
seductora, trascendente.
Infinita eres.



ANTONIO LAS HERAS, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA

ACERCA DEL SONETO LUNFARDO – Luis Alposta – Buenos Aires, Argentina

 



ACERCA DEL SONETO LUNFARDO 


El soneto es una forma estrófica que consta de catorce versos, de once sílabas cada uno, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos.

El más antiguo, del que se tenga noticia, fue escrito alrededor del mil doscientos por Jacopo de Lentini. 

Esta singular combinación métrica, tal vez por “sonar bien” - según su sentido etimológico - no tardó en difundirse en Europa y, entre nosotros fue su primer cultor quien coincidentemente fuera también nuestro primer poeta: el cordobés Luis José de Tejeda y Guzmán, muerto en 1680. Éste permaneció ignorado hasta 1916, año en que Ricardo Rojas descubrió en la Biblioteca Nacional el manuscrito de sus obras. En esos días, Felipe Fernández “Yacaré” publicó su libro “Versos rantifusos”, en el que habría de mostrarse, también, como el primero, pero el primero en sonetear en lunfardo. 

Medio siglo después, Edmundo Rivero, al musicalizar sonetos lunfas, lograría vincularlos indisolublemente con el tango. 

Y ahora, por mi parte, recordando que el lunfardo es también “un aire”: 


SONETO

 

Un soneto me pide el amor propio
y en mi vida me he visto en tal apuro.
Si cuatro versos ya me dan laburo,
antes de los catorce será un opio.

De las formas no quiero ser esclavo.
Además, sobre el tema ya se ha escrito.
En el séptimo verso lo medito
y no sé si plantarme en el octavo.

¿Seguir o no seguir? Esa es mi duda.
Pues la cosa se me hace peliaguda
al tratarse de historia tan junada.

Pero ya falta poco, y lo importante,
es ahora encontrar la consonante
y dar esta cuestión por terminada.

 

LUIS ALPOSTA, Buenos Aires, Argentina

MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA


SANTOS VEGA - Fragmento - Rafael Obligado, Buenos Aires, Argentina

 

















SANTOS VEGA


Fragmento


Cuando la tarde se inclina
sollozando al occidente,
corre una sombra doliente
sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina
con luz brillante y serena
del ancho campo la escena,
la melancólica sombra
huye besando su alfombra
con el afán de la pena.

Cuentan los criollos del suelo
que, en tibia noche de luna,
en solitaria laguna
para la sombra su vuelo;
que allí se ensancha, y un velo
va sobre el agua formando,
mientras se goza escuchando
por singular beneficio
el incesante bullicio
que hacen las olas rodando.

Dicen que, en noche nublada,
si su guitarra algún mozo
en el crucero del pozo
deja de intento colgada,
llega la sombra callada
y, al envolverla en su manto,
suena el preludio de un canto
entre las cuerdas dormidas,
cuerdas que vibran heridas
como por gotas de llanto.

Cuentan que en noche
de aquellas en que la Pampa
se abisma en la extensión
de sí misma sin su corona
de estrellas, sobre las lomas
más bellas, donde hay más trébol risueño,
luce una antorcha sin dueño
entre una niebla indecisa,
para que temple la brisa
las blandas alas del sueño.

……………………………………………………..



“EL ALMA DEL PAYADOR”

RAFAEL OBLIGADO,
Argentina

27 de enero de 1851, Buenos Aires / 8 de marzo de 1920, Mendoza

FRAGMENTOS - Graciela Brizuela, Tucumán, Argentina

 













FRAGMENTOS



Abrir puertas,
dejar pasar el viento,
olor a tormenta.
Un rumor en el silencio.
Si lloviera esta noche
dejaría entrar la lluvia
por la ventana,
claustro de luciérnagas,
desvarío de gotas
en el inquieto río
de mis escombros.
Fragmentos de espejos
en el cielo de la mañana.



GRACIELA BRIZUELA, Tucumán, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

RESCATE O FIANZA DEL ABISMO? - Favio Andrés Ceballos, Baigorria, Santa Fe, Argentina












Imagen: Javier Panzano - Al borde del abismo


RESCATE O FIANZA DEL ABISMO?


Quien te salva
de los precipicios cotidianos,
te sujeta fuerte y te despierta
a golpes si es necesario.
Los que desean arrojarte al vacío,
te acompañan dulcemente,
fortalecen tus distracciones,
engordan tus miedos,
festejan tu ignorancia del camino
y te dejan solo
en tu último paso hacia el abismo.
No esperes
que a quién te sujeta de la mano
se le agoten sus fuerzas...
sube con él.



FAVIO ANDRÉS CEBALLOS, Baigorria, Santa Fe, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA