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domingo, 28 de abril de 2019

A UNA SOMBRA DEL 1500, Luis Alposta, Buenos Aires, Argentina






















A UNA SOMBRA DEL 1500

      (la de Benvenuto Cellini)

En la ciudad en que la flor del lirio
es emblema y el Arno la atraviesa,
creo ver una inmensa fortaleza
concebida entre el arte y el delirio.

Allí perdió el infierno su secreto
y Boccaccio escribió el Decamerón.
Y sabe Dios al pie de qué balcón
Petrarca a Laura le leyó un soneto.

Es en esa ciudad, cuando oscurece,
que sobre el Ponte Vecchio me parece
ver entre sombras la crispada mano.

Pero el día me vuelve a la certeza.
El buril o el cincel ya no interesa
y hay un puñal que está aguardando en vano.

Florencia, 1975.-

 ©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA               

AHORA CANTA LA DEMARE, Antonio Las Heras, Buenos Aires, Argentina


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AHORA CANTA LA DEMARE

Para María José Demare.

Es un sentimiento, arrullado desde tanto tiempo,
en los laberintos que habitan en mi alma
recordando su figura, su actitud desafiante,
esos cabellos revueltos que me hablan.
Un sentimiento, fuerte; muy fuerte, permanente
ya que el tiempo pasa, y la vivencia crece, fortalece.
En cada noticia con que de ella me encuentro
se vigoriza y emerge el recuerdo en la mirada.
También las dudas que desde el primer momento
me acompañan. Sobre qué hacer y no haber hecho,
las palabras nunca dichas, apenas unos gestos
posponiendo las acciones nunca iniciadas.
Aquí, ante el papel blanco donde plasmaré el poema,
cuando pensando en ella todo mi ser se agita
recuerdo aquel día de asombro desencadenado
cuando el locutor dijo: “Ahora canta la Demare.”

El Castillo, Ciudad de Buenos Aires, 10 de febrero de 2019.

©ANTONIO LAS HERAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO ASESOR DE ASOLAPO ARGENTINA  



ORACIÓN DEL GÓLGOTA, Irene Mercedes Aguirre, Buenos Aires, Argentina




















Imagen provista por el autor

ORACIÓN DEL GÓLGOTA

Señor, a tu costado,
recorro  los  senderos polvorientos
con la inspirada   túnica de siglos,
trenzada al corazón   en sus intentos.

Caminos temblorosos,
territorios  de mi alma, con tu lumbre,
territorios  celestes, voz del cielo,
reflejos  de  la humana incertidumbre.

Señor, por todas partes,
orillo de los tiempos, esperanza,
estás inmerso en todo lo que existe,
alcázar de ternura y  de confianza.

El viento se desliza y abre paso,
mientras tu cruz avanza , Jesús mío,
la pena que me invade  y me carcome,
conjuga con la tuya, sin desvío.

El hombre, en algún punto de su rumbo
vacila  y se interroga. El sentimiento
se desboca  en el péndulo  de Cronos
¡Nuestro tormento asido a tu tormento!


©IRENE MERCEDES AGUIRRE, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA




“MI MADRE”, Carlos Rodolfo Ascencio Barillas, El Salvador

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Imagen de: Wikipedia

“MI  MADRE”


Después que los años se han ido,
y el recuerdo es flama inexpugnable de breve espera
y como ave fénix vuelan tus almos encantos,
y con los manantiales de tu amor me bañado,
en el deleite exuberante de tus brazos,
imperecederos  arreboles esperanzas de mi ocaso. 
Hoy veo el jardín de rosas 
en el argento impoluto de tus sempiternos equinoccios
y en los hermosos árboles paradisíacos                                                                                                              
de tus fragantes montañas
con tu bella voz que se une en el alma mía.
Yo sé recordar los tristes lamentos
pero el viento llora tu ausencia
y una leve brisa pasa por mis suspiros
entre el  comprender y sollozar,
extraña sensación que invade mi soledad.                                                                                      
Yo no puedo, ni debo renunciar a ti,
junto a mis lejanos pesares
y recibe el amplexo de mis besos,
y usted sabe, Madre del alma mía,
el gran cariño, y  los días que se marcharon
con los otoños y caminos afanosos del mundo
muy pronto vendrá el frío invierno
que acobijo el Hécate  de tu luz fúlgida soñadora
y tus ojos son dos lumbreras en mis amaneceres,
déjame despertar en la cuna de tus desvelos
permítame volver al hogar de mis ilusiones
y crecer con la hierba de tus llanuras
y refrescar mi garganta con tu rocío
entonces, le gritare a los mares, tú belleza
asombro Hebe  de los montes y las selvas
allá  en mi tierra, su linda tierra
donde nace el río cristalino que brota de tu pecho
y donde la lluvia acaricia mi regazo
y el prístino sol baja con mi llanto
y los furtivos olores en los desfiladeros
y el bello fulgor de tu silueta escandinava
y en la tarde azul que viste el horizonte
y el empíreo soñar con madreselvas de tu aliento
así, te quiero, con toda el alma mía,
después de mucho tiempo, te seguiré amando
hasta el último suspiro de mi vida,
para estar más cerca del acendrado cielo
y gima  el clamo aparecer de tu resplandeciente aposento.
¡Cuánto te sueño madre, madre del alma mía!
Eres, mi sueño, mi estrella y mi anhelo;
madre de amor, de infinita bondad…

©CARLOS RODOLFO ASCENCIO BARILLAS, poeta y escritor salvadoreño
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


DÍA DE LA TIERRA: CONCIENCIA DE AMOR, PROTECCIÓN I CONSERVACIÓN DE LA PACHAMAMA, Luz Samanez Paz, Cusco, Perú

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DÍA DE LA TIERRA: 
CONCIENCIA DE AMOR, PROTECCIÓN I CONSERVACIÓN DE LA PACHAMAMA

Es de suma importancia el rol que les toca a los medios masivos, particularmente a los periodistas, respecto a la Educación del Hombre en general i en especial a tener amor i respeto por la TIERRA, fuente fundamental para dar al hombre una alimentación i un estado de salud, para que no pongan su vida en peligro. Existen ejemplos alarmantes de esos elementos, los cuales se agravarán, si no se toma en forma urgente e inmediata las medidas más adecuadas. Ejemplo de lo expuesto, constituye la erosión  que en la zona del Cusco sufren las TIERRAS, como consecuencia de la "quema" incontrolada de los campos de la sierra i de la selva, en las épocas de sequía. Con esa práctica al erosionarse la TIERRA, se reducen los campos de cultivo, al mismo tiempo que se atenta contra el equilibrio de nuestros ecosistemas, con la desaparición de la flora i de la fauna.
Allí, junto con las labores de Educación  que realizan los ministerios de Educación i Agricultura, casi siempre con resultados limitados, deben intervenir los medios de comunicación, sobre todo aquellos que van dirigidos al ambiente rural, para lograr que los campesinos se den cuenta que esa costumbre ancestral es negativa i está determinando que estemos consumiendo nuestras reservas ecológicas, con grave peligro para la vida  i la salud de la población.
La TIERRA i el Medio Ambiente, tienen una relación directa. Para nadie es un secreto que a medida que avanza el mundo, con una población creciente se multiplican en la misma proporción los problemas de alimentación, salud i otros. Esto sucede sin que nuestros gobernantes, autoridades i sobre todo el pueblo mismo, se den cuenta de lo negativo que resulta el afrontar ese crecimiento, generalmente desmedido i descontrolado, sin la puesta en marcha  de una política tenaz i agresiva que tienda a lograr una "conciencia" de amor i respeto por la PACHAMAMA, vale decir una política que cuide i proteja nuestra TIERRA.
Asimismo, los medios de comunicación  deben insistir en sus comentarios i recomendaciones, sobre la necesidad de no contaminar  los ríos, fuente fundamental para el diario vivir i que nos permite para hacer fructificar la PACHAMAMA. Recordemos que en la época de los INCAS, cuidaban celosamente i le ofrecían despachos o alcanzos a la MAMAPACHA.
En nuestro medio, como en gran parte del mundo, el hombre es el gran "contaminador" por antonomasia, se encarga de depredar nuestros recursos naturales, considerando que un 25% de la humanidad consume el 75% de los recursos naturales del planeta i al mismo tiempo origina el 90% de la "contaminación".
Estas estadísticas tendrán que empeorar, si no respetamos, defendemos i protegemos nuestra TIERRA, como algo fundamental, de lo contrario, asistiremos en un futuro a una pobreza generalizada i por qué no decirlo, para hablar apocalípticamente, a la extinción de la humanidad.   

 LA PACHAMAMA 
Hace muchos siglos,
aguardaba la Pachamama al hombre
i le abrió sus brazos i le dio su cuerpo.

Sacó de su vientre muchos frutos
i poco a poco su cabellera azul de río,
le obsequió plateados peces
i le dio la luna para que soñara.

Pasaron los años, pasaron los siglos,
los árboles crecieron como manos verdes
acariciando el aire lleno de pajarillos
i su piel florecía en jardines i lagunas.

Luego el hombre construyó edificios
i poco a poco se fue olvidando de la Pachamama.
Pronto sonaron cañones i metralletas
i lentamente se fue desfigurando.

I llorando de pena gritó la Madre Tierra:
¿Qué es lo que deseas hacer de mí?
llenarme de ríos negros,
donde pasean las sombras,
¿por qué quieres extinguirme?

No inventes más torturas,
eres el culpable de tantos cambios
mientras yo soy el amor,
soy la vida, no me castigues.

Soy la Pachamama, la Madre Tierra,
que ama al hombre, que ama a los niños,
no Caín, que creó el odio i la guerra.

Luego inventaste el humo del progreso,
destrozaste mis pulmones
me fuiste matando...
depredaste mi cuerpo,
lo hiciste feo.

¡Estás loco! ¿Por qué no me quieres?
has girado tanto que perdiste la razón,
¿Cuándo el poeta volverá a cantar
a mis ríos, a mis árboles con ansias de cielo?

Infectaste mis aguas tranquilas,
destruiste campos , mares i aire,
quisiste ser malo i lo has conseguido,
pero DIOS que gira en el Universo
está cansado de tu albedrío.

Tal vez un día me dejes en paz,
junto a los niños que aprecian mi belleza.
Vete hombre malo, que en nombre del odio
sigues destruyendo a niños i ancianos,
que no te hacen nada.

Por favor,
deja que mi cuerpo vuelva al comienzo,
a florecer con los arados,
con los árboles, los ríos i los niños.
Hombre, ya no tienes derecho
de habitar cerca de mi corazón.

©LUZ SAMANEZ PAZ, poeta y escritora peruana
PRESIDENTE DE ASOLAPO INTERNACIONAL




A LIZ LUZ, Favio Caballos, Granadero Baigorria, Santa Fe, Argentina

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lasendadebaraka.blogspot.com

A LIZ LUZ


        Volví y no soy la misma...  
                           ahora soy yo.
                   Liz Colman


¿Con quién hablaba cuando hablamos.
Quién miraba a los ojos desde dónde?
En la sombra del día luz se esconde
y el silencio se escapa si pensamos.

Al resumen del día le sumamos
Un destino lunar por donde ronde
la luz, que tiene voz y nos responde
En el gesto sublime cuando amamos

Escribimos poemas y sabemos
escondidos recursos de la altura
y del bello soñar del alma humana

Los misterios más grandes, los veremos
con el pago en monedas de ternura
a Caronte en su río, poeta hermana.


©FAVIO ANDRÉS CEBALLOS, poeta y escritor argentino.
 MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

Desde Baigorria Ciudad de Poetas sobre el río Paraná provincia de Santa Fe Argentina.


¿QUÉ CABE ESPERAR AHORA?, Roberto Alifano, Buenos Aires, Argentina


TRIBUNA - EL IMPARCIAL
¿Qué cabe esperar ahora?
Lunes 22 de abril de 2019, 19:56h

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Roberto Alifano
Escritor y periodista

Aunque quizá la mayoría de las personas tienen poca conciencia del tiempo y algunos pretenden eludirlo, todos luchamos con el tiempo; y el tiempo, sucesivo e inexorable, acaba venciéndonos, luego nos olvida y al final, de manera implacable, nos elimina. Con esa proyección abrazadora y concluyente, su presencia se proyecta constante sin considerar nada ni a nadie y sobre todas las cosas. También en esta siempre tragicómica alternancia de sociedad que se llama política (“un juego sucio entre matones”, la descalificó Azorín) el tiempo trabaja de manera implacable poniendo al descubierto las melancólicas falacias de mejoras económicas y sociales formuladas en campañas electorales por sus corifeos.
Este constante devenir inapelable, suele desgastar o descalificar a sus cultores más pintados. Sucede en los países más desarrollados y también en los emergentes como la Argentina. Así, a menos de un año de finalizar el mandato del gobierno de Cambiemos, con una economía en caída casi libre que suma desocupación, pérdidas en el consumo, altísima inflación, hundimiento del PBI y el más alto riesgo país de la historia, parece dejar de a pie a quienes asumieron exultantes y prodigando futuro con un presente por demás hostil.
No le fue mal en las últimas elecciones parlamentarias. Dueño aún de un tiempo verbal que le era propicio, como en 2015, cuando triunfó sobre el kirchnerismo, seguía augurando prosperidad a través de fuertes inversiones que lloverían desde el exterior para bendecir a la castigada Nación. Nada ocurrió. Pero tampoco nada impide al oficialismo seguir usando esas ensoñaciones de campaña; junto, claro está al recurso del pasado, esa suerte de recurrente monstruo amenazador con apariencias de Frankenstein.
Los efectos, sin proyección de bienestar sobre la población resultan de tal modo nulos. Pocos creen, ni sus mismos instrumentadores, en las pretéritas medidas desesperadas de controles de precio y el futuro de la coalición se torna definitivamente incierto. Las próximas elecciones, que acontecerán en pocos meses, versan sobre qué se puede hacer para salvar aunque sea la ropa, o lo qué quedará del endeudado país en los próximos años; sobre todo sabiendo que el futuro tampoco promete a nivel mundial. Sino, tal vez, todo lo contrario. Eso hace que, con vocación colonial, algunos dirigentes espantosamente superficiales, atados al indolente pasado, supongan que el mundo los respeta sin asumir, por ejemplo, que los ignora de manera olímpica. Mientras tanto el tiempo pasa y los muestra desmantelados.
Nadie ignora que hay un porvenir que no espera y que en ese mañana las causas carecen de posibilidades de cambios positivos. “El presente no es nada para aquellos que creen que el tiempo solo existe en la conciencia”, conjeturaba el santo Agustín de Hipona. Para nuestro más cercano don José Ortega y Gasset, el tiempo, que contiene al futuro, es más importante que el mismo futuro: “No es el presente o el pasado lo primero que vivimos -argumentaba el filósofo-; pues no; la vida es una actividad que se ejecuta hacia adelante y nunca se deja de hacer. El presente o el pasado se descubren después, en relación con ese futuro. La vida, por consiguiente, es lo que aún no es”.
El problema político que enfrenta hoy Macri en esta Argentina preelectoral es que al comienzo de su mandato lo que primero sufrió la sociedad fue el futuro y recién tiempo después, cuando aquel futuro se ha convertido en este hoy, se infiere que lo que fue presente en un menos cercano que remoto pasado, es un fracaso, no por lo que sucedía internamente o en el mundo, sino porque no nos llevó al futuro deseado. O sea, que el futuro de nuestro pasado (aquel presente de ayer) fue otro. Y cada vez se pierde más en el olvido por el dramatismo cotidiano; hoy, el futuro de nuestro presente actual es juzgado en función de esa experiencia, haciendo inverosímil aún no solo lo posible que Macri pueda predicar, sino hasta también lo probable.
Es así que (ojalá lo sea) y hasta es probable, que hasta el amenazante y determinante dólar pueda ser controlado por la buena cantidad de reservas con que cuenta el Banco Central; en especial si, llegado el caso de necesidad, se decidiera usarlas, con o sin el visto bueno del FMI, que en este asunto no se lo tendrá en cuenta, ya que necesidad (o nobleza) obliga. Pero a quien no se le cree es al enunciador de ese porvenir y no a las causas que son condicionantes del futuro. Por empezar, no existe un país posible que funcione excluyendo un 30 por ciento de sus habitantes. Sin embargo, como todo es repetición y eterno retorno, algunas imágenes publicadas ahora en los diarios evocan el fatídico año 1989, cuando la situación arrinconaba al primer gobierno de la democracia, que sucedía a los militares en retirada, sin retaguardia posible. Además, en aquella vertiginosa Semana Santa, los complejos días del entonces presidente Alfonsín se enfrentaban a una hiperinflación que de la noche a la mañana desquició todo.
Por ese entonces, políticos y analistas catalogaban que los que ganaban la calle solo eran minorías organizadas; lo cual, como ahora sucede, equivale a no reconocer que esa gente padecía y sigue padeciendo (se repite la película) una situación insostenible. Los pobres no se movilizan porque les gusta pasear por las calles; son ciudadanos que no se alimentan con excusas de contención del dólar ni con magros aumentos de subsidios, menos aún con ampulosos discursos que prometen un mañana de claveles y orquídeas. Viven en estado de urgencia y de necesidad. Y en tales condiciones, la política es desplazada por la reivindicación directa e inmediata. Se dirá que los movimientos de base impulsan esos métodos. Tal vez tengan razón, pero tales afirmaciones solo sirven para desplazar responsabilidades, en lugar de admitir los propios errores e incongruencias. Con otra excusa, dentro de la misma variante, el Gobierno invoca la capacidad de los dirigentes de base, como si estos tuvieran un poder enceguecedor para convencer a gente bien alimentada y contenta para que se estacione a la intemperie y armen protestas con humeantes ollas populares que inquietan y escandalizan a los puristas del periodismo y la política.
Es así como muchas organizaciones de base, contrarias al Gobierno, participan activamente de estas movilizaciones, pero para regentearlas es necesario que previamente exista ese suelo de descontento, de frustración, de inseguridad y, lo que es más atroz, de hambre. Por consiguiente, para que las organizaciones sociales muevan una columna tienen que haber muchos hombres, mujeres y niños en situación de necesidad. No cabe otra ni hay variante posible. Aún para el horror de los desprevenidos automovilistas que sufren los cortes de calles.
No obstante, en sus elementales excusas, los ministros responsables, parafraseando al jefe del ejecutivo, insisten en que “hay un solo modelo y un único camino”; el que pretenden imponer ellos, obviamente, a capa y juvenil entusiasmo, carente de toda realidad, favorable a ciertos inversores financieros que excluyen a los productivos. Vienen después los adversarios y ahí nomás, a la vuelta de la esquina, las elecciones, que el oficialismo pretende reducirlas a un mero acto administrativo.
Creemos, por nuestra parte, que el riego es grave. Los problemas se multiplican y no encuentran posibles salidas. Todas las encuestas señalan la dificultad que da oxígeno y rearma un antecedente que se frota las manos, y todo le es servido en bandejas. Hasta los oscuros y risueños estrategas, que eligieron la guerra con la señora Kirchner como único destino político para el Gobierno, inician su retirada intentando justificar el extravío de sus asesorados; otro tanto sucede con los aliados. La mayoría del radicalismo no sabe para dónde disparar. De manera que cuesta entender que estos limitados dirigentes, sigan eligiendo desafiar el pasado mientras se transita la más cruel impotencia de mejorar el presente y convertir la esperanza en un espejismo que cándidamente denominan aún “brotes verdes” o “próximo semestre”.
La rudimentaria estrategia de los que gobiernan a la Argentina se basa en un fanático desprestigio o demonización del adversario, que no se cayó y, todo lo contrario, es alimentado para escalar hasta la cúspide. Esto con una liviandad que asombra por su ineficacia, como si fuera compartida por las mayorías más perjudicadas. De esta forma los ciudadanos se ven dañados por tan incorregibles errores que han llevado la inflación a índices que superan el 50 por ciento anual en los alimentos. Ubican, además, de esta manera a la casi segura derrota en el sitio de la tragedia y, al hacerlo, expresan su menos discutible que endeble vocación democrática. El argumento, montado es la consabida e indolente frase “el Estado somos nosotros, todo lo demás es corrupción”. Negando así, con una ingenuidad asombrosa que los pone en la misma pista de sus irremediables fracasos, una posibilidad de asumir la casi segura derrota electoral que, como un aluvión o tsunami, se les viene encima. Para colmo de males implementan ahora medidas aleatorias de controles de precios que son probadamente ineficaces.
Por más que se busquen argumentos no quedan dudas, el Gobierno de Cambiemos fracasó a toda orquesta; más aún, al elegir a su adversario como enemigo y a la confrontación como única propuesta, cayendo en la enfermedad que prometió superar. Hay un tiempo límite para el alarido de los elegantes explicando: “La culpa la tuvo el otro”, un tiempo que de sobra se ha ido gastando, a la vez que enriqueciendo bancos, piratas financieros internacionales y empresas de servicios; y, por supuesto, empobreciendo millones de ciudadanos y destruyendo buena parte de la estructura productiva del país.
En el áspero momento que se viven en la Argentina, hay dos datos que alarman: la atroz negación del riesgo de perder las elecciones y el fanatismo con el que intentan echarle la culpa de todos los males habidos y por haber al aún confuso peronismo. Se los oye todo el tiempo, con el presidente a la cabeza, denunciando culpables y negando riesgos de derrota. Intentan, de esa grotesca y modesta manera, justificar la falta de talento con la desmesurada corrupción ajena; como si también negaran la obviedad de lo lejos que están ellos de ser un dechado de trasparencia, mientras nadan en sus propios negociados.
Pero ahora, en el mientras tanto, ¿en qué se ha convertido la Argentina? Somos un indefenso país empobrecido, gobernado por bancos y empresas de servicios, invadidos por capitales golondrinas y acreedores extranjeros, esencialmente por intermediarios desesperados. Se apostó a los defectos del enemigo, impotentes de dialogar con adversarios, sin asumir que la dimensión de todos esos errores serían incapaces de revalorizar la convocatoria a la demencia que intentaron remedar. Tuvieron todo en sus manos para ser exitosos y hasta casi les resultaba más complejo el error que el acierto.
“Con el campo no nos va mal. Cuando se liquiden las exportaciones se equilibra la balanza”, dicen algunos ingenuos optimistas; otra falacia lamentable. Por otro lado, es bien sabido que el campo da poco trabajo y los productores más favorecidos (un pequeño grupo que maneja también las exportaciones), le liquidarán al Gobierno cuando el dólar los favorezca, ya que no son zonzos y han sido beneficiados por un paquete de medidas que les permiten preservar en el exterior esas ganancias.
En cuanto a las paliativas medidas que acaban de tomar, tan populistas y maniqueas como las del mejor peronismo, pretenden justificarlas diciendo que “han sido concebidas como alivio ante la presión económica”, como si a un cáncer terminal se lo pretendiera curar con aspirinas. Tremenda irresponsabilidad que nos lleva a preguntarnos: “¿y después qué”. Más de lo mismo siempre y el regreso triunfal de los que ayer se fueron humillados por la corrupción y los horrores cometidos. Dejarán deuda per secula secularom al pueblo argentino, más pobreza, quiebras y, lo peor, la amenaza de retorno de aquel gobierno que juntos, en las elecciones de 2015, intentamos eliminar definitivamente. Eso es lo terrible de los mediocres, suelen convocar todo aquello que se propusieron eliminar. Esa es la foto del presente que solo ellos se niegan a asumir.
Mientras tanto, el tiempo sucede sin dejarnos entrever ni siquiera un crepúsculo luminoso. Aterra el presente de la Argentina. “Malgasté el tiempo. Ahora el tiempo me malgasta a mí”, dice abrumado uno de los emblemáticos personajes de William Shakespeare.

©ROBERTO ALIFANO, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


sábado, 20 de abril de 2019

UNA HOJA EN EL ROCÍO, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España


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UNA HOJA EN EL ROCÍO

Una hoja vuela al viento
avanza y retrocede
da vueltas sin parar
y rígida por el frio
sopla con angustia
su eterno desesperar

Vendrán a recogerla
quizás la acaricien
tal y como hizo la niña
con el pájaro caído

Pero quizás, también la pisen
así sin más
y la escoba del barrendero
termine con la esperanza
que aún en una simple hoja
siempre la ternura,
nos  suele aguarda.

©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


Presencia de la lengua castellana, Carlos Penelas, Buenos Aires, Argentina

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Presencia de la lengua castellana


 En un reportaje a Wislawa Szymborska le preguntaron qué poeta contemporáneo le recomendaría leer a un joven. La poeta polaca respondió: Ovidio. La gran literatura siempre adquiere una actualidad renovada a la luz de las nuevas generaciones. Si utilizamos - como nos enseñó el profesor Héctor Ciocchini - las temáticas y métodos propuestos por Aby Warburg, para desentrañar las raíces de nuestra herencia hispánica y sobre todo comprender la naturaleza del acto de creación, entendemos con claridad la respuesta de Szymborska. 

Quiero rendir homenaje a dos espíritus supremos que tanto hicieron por la educación, enseñando el lenguaje en el lenguaje mismo así como Hegel afirmaba que se debe enseñar a nadar nadando. Me refiero a Pedro Henríquez Ureña, el humanista dominicano y a nuestro querido ensayista, crítico y poeta, don Arturo Marasso. 
Leer y estudiar el ámbito de ciertas lecturas hicieron de mí un lector atento y particularmente lírico. En mi poética hay dos vertientes. Me confieso nieto de Quevedo y de la lírica gallega.           
En Poesía Española, ensayo de métodos y límites estilísticos dice Dámaso Alonso cuando habla del hipérbaton: “Hay que tener en cuenta la enorme polisemia de la posición ‘de’, y no escandalizarnos por asociar como ejemplos valores muy diferentes: ‘de los sus ojos... llorando’, ‘de largos reinos... señor’ (Poema del Cid). Y en el otro extremo: ‘de tu balcón sus nidos a colgar’ (Bécquer); ‘del limonero entre el follaje oscuro’ (A. Machado)”.
En este ejemplo Dámaso Alonso nos demuestra que la violencia del lenguaje usual no es esencialmente distinta de las más osadas de Góngora. Pero más allá del análisis crítico nos sirve para admitir la divinidad de un verso, la fina sensibilidad, la cultura auténtica expresada con delicada espiritualidad.
¿Qué queremos decir? Que la literatura española, y fundamentalmente su poesía, está dentro de la gran poesía de la humanidad. Su intensidad, sus altas metas, su variedad, prueban también el núcleo lírico popular en la tradición hispana, el inmenso tesoro de su poesía.
Debemos señalar para aquellos que supuestamente están en el camino del arte contemporáneo buscando originalidades, giros sorprendentes, estructuras distintas, analizando o partiendo de versos casi indescifrables, queremos decir, repito, que tanto Garcilaso como Quevedo son poetas modernos. Y que sus literaturas tienen una inalienable unicidad, alma de la obra y de lengua. 
Las lecturas de juventud son por un lado poco provechosas pues hay impaciencia, distracción y falta de método. Por otro lado está la pasión, la propuesta de modelos. Cuando llegamos a la vida adulta nos damos cuenta de ello. Así como nosotros vamos cambiando, leemos por primera vez un libro releído, sucede con frecuencia, a los textos que nos aguardan les sucede lo mismo.
Partimos de una base. Se leen los clásicos por amor. No por obligación o por respeto. Y a los clásicos castellanos los leemos con amor, con devoción. Y además debemos saber desde donde leemos. Ni la obra ni nosotros somos intemporales. 
Mi aproximación a la poesía castellana fue a través del Arcipreste, de Garcilaso, de Fray Luis, de San Juan de la Cruz, de Góngora, de Lope, de Quevedo, pero me emocionó a partir de Jorge Manrique. Más acá comprendí y amé a los clásicos contemporáneos: Machado, Hernández, Lorca, León Felipe, Jorge Guillén, Cernuda y tantos otros. Pero también a nuestros clásicos: Neruda, Vallejo, Borges, Franco, Molinari, Darío, Lugones, Girondo. Y naturalmente a los narradores latinoamericanos que tanto aportaron a la evolución de la lengua.
Sostengo, como afirmó Borges, que “sólo la palabra escrita tiene plena realidad ontológica”. La literatura presupone entonces también un problema moral, en todas sus alternativas se presenta valor y vileza, corrupción y virtud, la violencia del poderoso y la sufrida. Hay búsqueda de la verdad a partir de una estética. El valor de la palabra escrita se vincula con lo vivido, es siempre emblemática o conceptual. No deja de ser paradójico lo que nos enseña el arte. Siglos y siglos de los primitivos textos y sólo el presente vale. Sólo hoy y aquí ocurren los hechos. Infinitos signos a través de la lectura son celebrados con emoción y afecto en el presente. Decía el maestro Pedro Henríquez Ureña: “Donde termina la gramática empieza el arte”. 
Un espíritu universal debe detestar todo provincialismo. Pero tampoco vale hablar de un universalismo genérico ni de tonterías abstractas, sino del aliento poético que convierte al lector y a los hombres a partir de su condición humana, de su curruncho. Por eso nos molesta tanto ciertos intelectuales o políticos que proclaman una cultura popular. Aquí haremos una breve digresión. La creación artística de ningún modo es una ceremonia religiosa o mística. Tiene sus propias leyes, sus propias reglas y métodos. Pero sobre todo la creación artística -que utiliza un lenguaje- lleva implícita un fuerte proceso del subconsciente. Y el arte se crea sobre la base de una interacción permanente entre la clase y los artistas, tanto en la vida cotidiana como en la cultural y la ideológica.

El descubrimiento de Fray Luis nos remite a detenernos en cada matiz, en cada palabra, estudiar un campo semántico. La lírica universal de Garcilaso, que tal vez es la síntesis del Siglo de Oro si advertimos en su obra la ascensión por la música, la palabra interior que busca el rimo permanente.
En su estudio sobre Boscán  nos dice Arturo Marasso al que sitúa “entre la expresión todavía no lograda y la palabra interior que busca el ritmo permanente”.
En los textos de la poesía española del siglo XV vemos la espiritualidad latina, la aristocracia de cada palabra, los metros más adecuados. Iniciamos un itinerario donde depuramos la pasión, el movimiento del alma. De allí la necesidad de ciertos intérpretes para analizar y comprender la creación literaria en todo su misterio y complejidad. 
España no sólo trajo libros o una cultura de letras. Trajo Romances, sanciones, juegos, bailes. Nos advierte Pedro Henríquez Ureña: “España es el primer pueblo conquistador que discute la conquista, como Grecia es el primer pueblo que discute la esclavitud.”
Encontramos en una visión panorámica varias lecturas de una lengua. En el lenguaje mismo, en la arquitectura, en la pintura. La arquitectura y la pintura se suman a la alta calidad de la escultura española, la de la piedra y la de la madera pintada. Un sólo nombre: Berruguete.

En un ensayo sobre crítica y estilo el profesor Ciocchini nos dice: "...el aspecto greco-morisco y judío, la España oriental, no ha sido aún suficientemente estudiada - y esta labor parte de una trabajo textual y estilístico que requeriría largos años. Un análisis crítico, una nueva mentalidad crítica, ediciones anotadas de autores como el Rabí Sem Tob, Don Enrique de Villena, Juan de Mal Lara, manifiestan un tesoro de aspectos nuevos e iluminan la lengua con facetas que escapan al retoricismo, a la apariencia de chatura y uniformidad que afecta a las letras españolas por falta de depuración en las concepciones críticas". El lenguaje va de lo coloquial a lo formal, de lo erudito a lo cotidiano. 
A fines del siglo XVIII, don Vicente de los Ríos, emparejó a Cervantes en su Juicio crítico del Quijote, con los grandes épicos de la antigüedad clásica, fundamentalmente con Virgilio: “La morada de don Quijote en casa de los Duques corresponde perfectamente a la detención de Eneas en Cartago. El extraño suceso de la Trifaldi y su continuación son también un espectáculo tan divertido como la relación del saco de Troya; la aparición del Clavileño aligero no es menos oportuna ni agradable que la descripción del paladín troyano, y los amores de Altisidora son comparables en su línea con la pasión de Dido”. Esta obra cumbre de la literatura mundial es siempre una catarsis para nuestra alma. Como dijo Jorge Nicolai: “Cervantes como genuino precursor del nuevo tiempo, ha superado el pasado y se ríe del fetiche de ayer”. He aquí un ejemplo: “Ventuoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo”. 
Para un poeta el problema de la poesía es el de la belleza. Este camino milagroso es la creación del hombre. El propósito de un poema es enfrentarse a los grandes temas. La poesía castellana lo cristalizó en uno de los poemas que más he admirado desde mi temprana juventud. Estoy haciendo referencia a Coplas a la muerte de un padre de Jorge Manrique. La lectura de los grandes escritores medievales españoles son herederos de la tradición que fue capaz de engendrar la poesía más hermosa de su tiempo, me refiero a los romances viejos.
Para finalizar vale recordar que a mitad del siglo XV un judío de Baena ofrece al rey Don Juan una compilación de “cantigas muy dulces e graciosamente sasonadas, de muchas e diversas artes”. El Cancionero de Juan Alfonso Baena –nos dice Pedro Salinas–  “aunque contenga poesía de otra especie, significa en buena parte la castellanización de la lírica cortesana provenzal”.
Buenos Aires, marzo de 2018

©CARLOS PENELAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA