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sábado, 11 de julio de 2020

DE LOS VIEJOS, PARA LOS DEMÁS, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

Los abogados reclaman que el ingreso en geriátricos se haga con autori

DE LOS VIEJOS, PARA LOS DEMÁS


Muchas veces nos llegan noticias que no llegamos a comprender  por lo absurdas que son y de momento te acuerdas que ya fueron emitidas en un momento dado y es bueno suponer que es una de las maniobras de control y manipulación social que esos, llamados poderes fácticos (¿se les llama así?) están llevando a cabo con sus habituales manipulaciones.
La noticia es ésta: “Que los viejos/as deberían morirse más jóvenes para así descargar el presupuesto de los Estados” y claro, habrían más recursos para atender otros menesteres, ¡demencial! Y parece que eso lo han dicho, un político americano, uno japones y la señora de Lagarde (¿) directora del fondo monetario internacional; si ya se dijo hace un tiempo, está claro que se trata de una “bomba” psicológica.
No hace tanto esos poderes que nos gobiernan y mandan, tanto en directo como en diferido, lo hacían con armas, mercenarios y estrategias mil, pero ahora ya no quedan países a quien atacar, son demasiado pobres y los medios de enriquecimiento (minas, tecnologías diversas ya las tienen todas en su poder), ahora está en plena práctica la guerra psicológica y se supone los miles de mercenarios sentados delante de la tecnología sacando balances de hasta donde ha llegado esta sutil estrategia.
Aunque la verdad sea dicha, que nada nos sorprende. El tercer Reich se preparaba para el imperio de los mil años y se preocupó de adiestrar a su juventud para hacer verdaderos guerreros que iban a ejercer una represión brutal. También se hicieron los geriátricos, o sea casas para los ancianos más modernas y confortables, así el soldado alemán, que partía al frente se quedaba contento de dejar a sus padres en unas residencias modernas y de gran calidad, sólo que aquellos “viejos”  pues sólo disfrutaban de sus nuevas estancias y servicios, sanitarios y asistenciales, muy pocos meses, ¿por qué? !caray! Se morían así sin más, porque sencillamente los eliminaban, ¡ah eso sí! Sin violencia, con toda dulzura.
Sabemos muy bien que cada jubilado ha estado cuarenta años o más, aportando su cotización a la S. Social, o sea ingresando su cuota reglamentaria, ¿qué hacía la Administración con esas aportaciones?, una persona mayor tiene, por edad y circunstancias, muy limitados sus gastos, pero no obstante, aporta riqueza al país, pues mantiene a médicos, enfermeras, centros de asistencia a la dicha 3a Edad, asistentas a domicilio etc. O sea que un viejo o vieja aporta riqueza a la sociedad y sólo nos queda a decirle a esas personas que estando emplazadas en, digamos la estratosfera, no ven la realidad de las personas y se permiten decir, estupideces, muy lamentable, sobre todo, cuando esta doliente situación, a esos viejos enclaustrados, no podemos verlos ni darles un beso de despedida, solo llorar de dolor delante de su féretro cuando los van a enterrar.
                                                                          
©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA                                      




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