A HOMERO MOAVRO
Homero Moavro (1 enero
1922 - 17 octubre 2008)
Al Homero que no nació en Grecia, ni en Añatuya,
ni en Zárate, sino al que hizo su entrada al mundo por Villa Urquiza.
Al que ni bien se le vio el pelo
pasó a ser el “colorado” Homero para siempre.
Al que en el café El
Guaraní, siendo yo un pibe, lo escuché hablar de los presocráticos.
Al que le cantó a la infancia y
al barrio.
Al poeta.
A HOMERO
MOAVRO
Después de
leer su libro
“Recuerdos del
viejo de la
yeca”.
Nostalgias y emociones
del niño y el muchacho
de pelambre
rojiza
que aún viven en
Homero.
Evocaciones de un
mundo
que se ha ido,
que quizás sólo existe
en sus memorias.
La Siberia de entonces
y sus viejos amigos.
Su muy querido
barrio,
al que siempre regresa
a apuntalar nostalgias
y nombres
y recuerdos.
Un barrio
y otros tiempos
para ser evocados,
con sabor a uva chinche,
con olor a eucalipto
y aroma de glicinas.
Y el “colorado” Homero
regalándonos sueños y
palabras,
y haciéndonos saber
que todo el Universo
puede estar en el
barrio,
en una esquina,
en una cuadra,
y toda la felicidad en
un momento,
en un instante
que justifica toda una
larga vida
de rutas imperiales
de alpargatas.
Ahora, ¡viejo Homero!
te estoy leyendo
con los ojos del
muchacho
que hay en vos.
Y después... si Dios
quiere...
algún día de estos,
hablaremos de tangos y
sonetos
ante un vaso de vino,
o dando un paseo
por los alrededores
de la plaza de
Urquiza,
por los mismos lugares
donde un día,
no tan lejano como nos
parece,
compartimos amigos y
tertulias,
esperanzas y sueños.
21 / 01 / 2007
©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
ATARDECE - tango -
Letra de Homero Moavro - Música de Jorge Casal - canta Jorge Casal - Orquesta
de Leo Lipesker (18 de enero de 1963)
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