El amor en la Literatura, tiempos de cuarentena.
Tiempo
atrás hubiera sido difícil imaginar cómo sería el amor en tiempo de cuarentena,
ese amor en soledad en la búsqueda incansable por achicar distancias, pero muy
bien lo describe la obra que en el diario nación su redactora Jazmin Carbonell
respecto a la nueva obra sobre los excelentes textos de Loza, perfila un cúmulo
de sensaciones que se irá despertando en canciones, fotos, audios, durante las
semanas que dure, donde se van recibiendo diferentes tipos de archivos , la
inmensa mayoría audios con anécdotas cotidianas, llegaran canciones , fotos con
amaneceres y atardeceres y hasta silencio, el silencio del otro que llega como
un regalo para suspender por algunos segundos el día. No hay escapatoria en el
mutismo del aislamiento, los sonidos despertarán todo lo que está encerrado y
entonces se escribirán novelas, teatro, y hasta poemas ilusorios a esta huella
que nos dejará el tiempo como un antes y un después en todas las relaciones
humanas.
Seguro que
la Literatura, que pasó por la ficción y los relatos fantásticos narrará
instancias de enamoramiento virtual en tiempos de un virus mundial, donde la
seducción, los abrazos amorosos y la contención espiritual es virtual y me
pregunto ¿cómo reaccionará nuestra psiquis a esa falta de contacto físico que
da lugar a la separación antes que a la unión? . He observado hace tiempo, más
precisamente desde marzo de este año que todos huimos de lo que nos acerca y
sostenemos una pantalla para comunicarnos, entonces angustia ese maltrato a la
humanidad empezando por mencionar los internados que se despiden por un móvil
antes de partir. Hubo un tiempo de miedo, hay un tiempo de contemplación,
incertidumbre, y más violencia en cuanto al destrato vivencial, los lazos
amorosos hay ido cambiando al transcurrir las décadas, los alejamientos, quedan
muchos que se abrazan y cuidan por internet sin saber cuándo volverán a verse y
de ocurrir esto se miraran con otros ojos, llenos de nostalgia, temerosos,
ansiosos, precavidos, distantes y es por eso que el silencio tan real y los
recuerdos tan presentes abrigan un futuro desconocido.
¿Volveremos
al amor del Medioevo? donde en el encierro y la distancia idealizan a la mujer,
el romance, como lo hizo la literatura en los sonetos de Dante y Petrarca, así
la fantasía creó esas figuras femeninas de Laura y Beatriz, perfectas pero
inalcanzables, intocables o tal vez como en la época de Shakespeare donde el
amor se convierte en una enfermedad de la que uno podía recuperarse. En la
antigüedad el sentimiento amoroso se lo relacionaba con una dolencia, en el Renacimiento
se distingue por un sentimiento nuevo: la melancolía y posteriormente las
grandes parejas aparecen en la nobleza y en las novelas de los de clase humilde
se veían como personajes cómicos.
Mucho
después en la época de la ilustración del siglo XVIII se toma conocimiento de
que el amor no pertenecía a clases sino que era una cualidad interior para la
cual están capacitados los seres humanos. Pero la duración del amor es otro
tema, así como ahora no nos imaginábamos el amor virtual, hace 250 años atrás
no se imaginaba la idea de matrimonio, de todas maneras prevaleció la idea del
amor romántico como un sentimiento donde uno no es amado solamente por ser
bello, rico, noble o estar disponible, sino porque uno es precisamente como es.
Se ama al otro como ser completo incluyendo sus defectos; solo a partir de ese
concepto puede tomarse al amor como base de relación duradera.
Hoy en dia
todo está permitido, el que desee puede practicar abstinencia, idolatrar a una
estrella de cine, o puede coleccionar conquista tras conquista como lo era en
la corte de Luis XIV.
El amor en
la Literatura es un preanuncio de como considerar el amor según sus huellas y
como este espacio silencioso actual nos hace recrear relaciones nuevas o
pasadas con un enfoque diferente y hasta desconocido.
Obras como
Tristán e Isolda (Gottfried von Strassburg-1210), Romeo y Julieta (William
Shakespeare 1595). Las amistades peligrosas (Choderlos de Laclos 1782), Julia o
la nueva Eloísa .(Jean J Rousseau 1761) Orgullo y prejuicio.(Jane Austen
1813)Rojo y Negro. (Stendhal 1830) Las afinidades electivas.( Johann W. Goethe
1809) Madame Bovary (Gustave Flaubert 1857) Ana Karenina (Leon Tolstoi
1875-1877) Effi Briest .Theodor Fontane 1894-1895), Lolita. Vladimir Nabokov
(1955), nos indican que el amor jamás estará ausente, es cambiante según las
épocas, historias o geografías pero que existió desde épocas remotas hasta la
actualidad con sus distintos disfraces e interpretaciones pero si es un tiempo
en que debemos estar preparados para recibirlo de una manera diferente porque
son tiempos diferentes. Con toda su debilidad, caducidad o permanencia, el
amor, es esa sintonía eterna en todas sus manifestaciones y alternancias que
nos dice que vale la pena seguir vivos.
Copyright-Susana Roberts.23.7.2020.
SUSANA ROBERTS, poeta y escritora argentina
EMBAJADORA CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA EN CHUBUT
Comparto tu ilustrativo artículo querida Susana.
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