PICASSO
Desde la
certidumbre de la imagen
socava y
se hunde en
ella.
Y se
entrega
descartando lo
visible,
lo manifiesto.
Su pincel
tensa la realidad,
la deforma,
la hiere
y la recrea,
como si por
última vez
se bebiese
el tiempo.
Y deja
atrás los rosas,
los azules,
los verdes
y los rojos.
Y es
cuando una llama,
en la
más completa oscuridad,
se instala
en el centro
de un gran
lienzo
y lo
ilumina.
©LUIS ALPOSTA, poeta y
escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO
DE ASOLAPO ARGENTINA
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