Imagen de: Acuarelas Màrius Via
PASEO MATINAL
Por una vez en la
vida
nos sale el sol
desde adentro
y es en ese mismo
centro
donde se yergue
escondida
en la diminuta
herida
que no hemos aún
notado,
la esencia del
ser alado
que recorre
nuestras venas;
de pie, libre de
cadena
haciendo posible
el hado.
Cuando el sueño
alza su vuelo
por etéreos
horizontes,
se concretan los
aprontes,
se ausenta el
luto y el duelo.
La noche se
vuelve cielo
límpido sin
mínima nube,
y es entonces
cuando sube
por las ninfas
escoltado
el ser de gozo
bañado
en aliento de
querube.
Y es así cada
mañana
en que el día da
su inicio;
la luz que adorna
su juicio
embellece y
engalana
tapizando
soberana
la senda, camino
diario,
corazón
escapulario
con pendientes de
diamante,
coronándose al
instante
en cuentas de su
rosario.
Este consumir
aliento
de esperanza
asimilada,
incorpora a la mirada
nuevo brío en el
intento
de abrir corazón
sediento
por el rubor
coronado,
para que el
sendero hollado
por el paso
distendido,
se vuelva encanto
nacido
y por la luz
adornado.
En el sol de la
mañana
el rocío se ha
perdido,
el pájaro dejó el
nido
y su canto en la
ventana;
el paso que se
engalana
con la luz de
interno aliento,
en la suavidad
del viento
se vuelve tierna
caricia,
para dejar la
delicia
de este caminar
contento.
San Luis, 12-11-2018
©JERÓNIMO CASTILLO, poeta y
escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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