EXTRAÑO EN LA CIUDAD
Ya soy
un extraño en mi ciudad,
ayer la
caminé lenta y pausadamente
sin idea
alguna preconcebida en mi mente;
solamente
mirar sin ninguna ansiedad.
No había
nada o casi nada de lo mío,
todo
había muerto al morir el estío,
las
cosas, los hechos y los hombres ya no estaban,
se
habían ido al no encontrar lo que esperaban.
Vi
semblantes adustos y semblantes sonrientes,
adiviné
penas, enojos y angustias en todas estas
gentes;
pero de
lo que si estoy irremediablemente cierto,
es que
dentro de poco, todo será un pasado muerto.
Donde
una vez con mi padre almorcé
ha
muchos años, un día muy especial,
existe
hoy un próspero centro comercial;
y mi
padre, ya cansado, hace tiempo se fue.
Quedan
aún, tal cual eran, algunas catedrales
a las
cuales mi abuela me llevaba de niño,
y que
conservo en mi memoria con sin igual cariño;
pero no
se reza lo mismo y son otros cantares.
Mis
compañeros de facultad en la carrera
después
de arduo trabajar la medicina,
se han
ido yendo detrás de la quimera
luego de
cumplir su misión casi divina.
Sólo
quedamos pocos para contar aquellos tiempos
que para
nosotros fueron importantes momentos;
despertar
sueños, anhelos y ambiciones
para
enterrarlos luego cual malas tentaciones.
Mayo 29
de 2004
©JAIME VÉLEZ RAMÍREZ, poeta y escritor colombiano
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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