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sábado, 20 de junio de 2020

EL FUEGO, BIEN O MAL, Salomé Moltó, Alcoy, Alicante, España

Mundo Fusion: Sobre el "Bien" y el "Mal"...

EL FUEGO, BIEN O MAL


Estamos muy influenciados por dos conceptos: “El Bien y el Mal”. Tema sumamente importante en el devenir de la historia que aporta principalmente nuestra cultura que se la denomina “judeo-cristiana” y lo más sorprendente los matices y tendencias que cada religión le da y las subdivisiones con que nos encontramos.
Un ejemplo que nos podía llevar a una concreción, o por lo menos a abrir un camino de análisis sería el siguiente:
“EL FUEGO ES UN BIEN O UN MAL” Si voy por la sierra y tengo frio y encuentro a un grupo de personas calentándose en una fogata y me acerco y me caliento en el fuego, salvo la vida, aquí el fuego es un bien, pero si mi ropa se prende del fuego y me quemo, el fuego es un mal, pues puedo morir abrasada.
Así que podemos pensar que el bien y el mal lo son, según el uso que hacemos de él. Esto sería una deducción materialista, por supuesto, pero si entramos en el sentido religioso, las deducciones serian interminables y según que religión nunca llegaríamos a una deducción concreta.
Si es el hombre, que da su opinión y según a que religión pertenezca, nos dice  lo que  su Dios le ha dicho, ser que nadie ha visto, pero que muchos se otorgan su representatividad. 
“DOMINAR AL HOMBRE PARA ESCLAVIZARLO” y esta sería la esencia de una sociedad  estructurada piramidalmente, como lo son los ejércitos y las religiones.
El líder, o el jefe, el patrón, en fin el que manda. Se sitúa en la cúspide y al mando de cualquier estructura y va diciendo lo que se tiene que hacer.
Pero también han salido otras estructuras sociales, las HORIZONTALES, donde las obligaciones, las responsabilidades y los deberes se repartirían por igual, y así el mal es menos mal y el bien es más bien.
Pero necesitamos un líder que nos diga qué tenemos que hacer, dicen algunos, y si dice de ir a la guerra, a matar, ¿lo aceptamos? Sí, porque él sabe lo que hay que hacer, craso error, sabe lo que hay que hacer según su ego, interés económico y demás, pero nunca lo que le conviene al pueblo, porque para él, para el líder, el pueblo no significa absolutamente nada, así que apostamos a que cada cual sepa gobernarse a si mismo, sin líderes y uniéndose a los demás en un bien común.

©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

                                                                                                                                            


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