¿Un
Borges desconocido?
Al
plantear esa pregunta en el título, imagino que algunos de los lectores se
responderán que para ellos la lectura del presente artículo no les sorprende;
pero creo que para muchos resultará una sorpresa. De eso se trata, no tanto de
sorprender como de informar, con el criterio que la gente conozca el
pensamiento, la filosofía de alguien tan importante en la cultura argentina y
universal, como fue Jorge Luis Borges.
Hubo
una época en que promisorias figuras del quehacer artístico, literario y
científico, preconizaban el anarquismo como la solución para terminar con las
desigualdades de la sociedad. Son paradigmáticos los casos de Macedonio
Fernández (médico que inclusive fundó una pequeña “colonia anarquista” en
Paraguay, fracasada) y de su amigo Jorge Guillermo Borges. Por estas
influencias el hijo de éste último, Jorge Luis, a temprana edad abraza esta
filosofía; que en realidad no lo abandonó nunca, siempre se consideró ácrata
teniendo en escasa consideración al Estado e inclusive a la democracia, de la que
alegaba era un abuso de la estadística, sin ningún valor.
Esa tendencia hace que en 1919, en el viaje
que la familia hizo a Europa, el joven Borges (h.) trabaje en Mallorca en 2
libros que nunca serán publicados: “Los
naipes del tahúr” y “Los ritmos rojos”;
éste último de poemas expresionistas en que exalta la Revolución Rusa. Pero
mejor, lean este discurso del escritor:
Borges en
el paraninfo de la Universidad de Barcelona (1980)
Borges vino a España para recibir el premio Cervantes
junto a Gerardo Diego. Posteriormente se trasladó a Barcelona donde dio una
Conferencia, y entre otras cosas dijo:
“Yo descreo de la política –dijo- no de
la ética. Nunca la política intervino en mi obra literaria, aunque no dudo que
este tipo de creencias puedan engrandecer una obra. Vean, si no, a Whitman, que
creyó en la democracia y así pudo escribir Leaves of Grass, o a Neruda, a quien
el comunismo convirtió en un gran poeta épico… Yo nunca he pertenecido a ningún
partido, ni soy el representante de ningún gobierno… Yo creo en el Individuo,
descreo del Estado. Quizás yo no sea más que un pacífico y silencioso anarquista que sueña con la
desaparición de los gobiernos… La idea de un máximo de Individuo y de un mínimo
de Estado es lo que desearía hoy…”
Más tarde precisaría en Cambio 16: “El
Individuo existe; el Estado es una ficción”.
Para finalizar dijo “Descreo de las
fronteras y de los países, ese mito tan peligroso –concluyó-. Sé que existen, y
espero que desaparezcan, las angustiosas diferencias en el reparto de la
riqueza. Y espero que alguna vez haya un mundo sin fronteras y sin
injusticias”.
Una ovación estalló
tras estas palabras.
Aporte de: CÉSAR TAMBORNI DUCA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORIFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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