LA CALLE REPOSA
Las esferas dormitan
Por la calle vacía.
¡Tan larga y tan sola
esta calle mía,
con reflejos de ausencia
desde un charco sin agua!
Tétrico sonido que habitan las ranas.
La calle está muda
y no dice nada.
Por quedarse tan sola
se olvidó las palabras.
Corre tras los sueños
que al final no encuentra.
Hay una paloma
pugnando en la sombra
de esta rama vieja.
En el atrio espera
el quimérico mutis
que fingió la mañana.
Portal de congojas
y olor a madera
fenecida en supuestos.
Rezos que devuelven los ecos aquellos
de esta vieja ventana
que supuse mía.
Figura de hollín
y un reflejo que grita razones ahogadas
en el charco enfermizo de las prosas vanas.
Cuando llega la tarde;
el espacio inerte,
me rodea en su burla
como un tiempo obediente
de triunfal ironía.
Derechos reservados
NORBERTO PANNONE, Buenos Aires, Argentina
Las esferas dormitan
Por la calle vacía.
¡Tan larga y tan sola
esta calle mía,
con reflejos de ausencia
desde un charco sin agua!
Tétrico sonido que habitan las ranas.
La calle está muda
y no dice nada.
Por quedarse tan sola
se olvidó las palabras.
Corre tras los sueños
que al final no encuentra.
Hay una paloma
pugnando en la sombra
de esta rama vieja.
En el atrio espera
el quimérico mutis
que fingió la mañana.
Portal de congojas
y olor a madera
fenecida en supuestos.
Rezos que devuelven los ecos aquellos
de esta vieja ventana
que supuse mía.
Figura de hollín
y un reflejo que grita razones ahogadas
en el charco enfermizo de las prosas vanas.
Cuando llega la tarde;
el espacio inerte,
me rodea en su burla
como un tiempo obediente
de triunfal ironía.
Derechos reservados
NORBERTO PANNONE, Buenos Aires, Argentina
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