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domingo, 27 de febrero de 2022

En un nuevo aniversario del nacimiento de José de San Martín (25 de febrero de 1778), Antonio Las Heras, Buenos Aires, Argentina

 


En un nuevo aniversario del nacimiento de José de San Martín (25 de febrero de 1778), el historiador Antonio Las Heras nos cuenta su poco conocida vida masónica .

 

José de San Martín fue iniciado miembro de la Masonería durante 1808, en Cádiz (España), cuando ingresó a la Logia Integridad Nº 7 cuyo Venerable Maestro (presidente) era el general Francisco María Solano, marqués del Socorro; de quien –precisamente – San Martín era su edecán.

Se trataba, en esos tiempos, de la orden secreta y esotérica más importante de Occidente. Una sociedad cuyos orígenes legendarios se remontan al Egipto faraónico y, aún antes, a la Atlántida misma. Mientras que los antecedentes históricos datan de la Edad Media.

Para octubre de 1811, los documentos prueban que San Martín era cofundador de la Logia Los Caballeros Racionales, que se reunía en Londres.

Una logia es el sitio donde se reúnen a hacer sus trabajos un grupo de masones; pero no cualquier masón puede participar de la fundación de la misma. Para ello es necesario haber alcanzado el grado de “maestro”. Si San Martín fue cofundador de Los Caballeros Racionales es porque había llegado a ese grado mayor – como mínimo – algún tiempo antes.

Fue en Londres donde con la ayuda de masones – entre ellos su gran amigo el Conde de Fife – San Martín hizo los arreglos necesarios para llegar a Buenos Aires.

Llegó al Río de la Plata en la fragata George Canning junto con otros iniciados en diversas logias europeas. Entre otros, Alvear, Zapiola y Chilavert.

Aquí los esperaba el doctor Julián B. Álvarez entonces presidente de la porteña Logia Independencia. Fue Álvarez quien les proveyó los elementos rituales necesarios para formar la primer Logia Lautaro que tuvo a Alvear como primer presidente.

No hubo – como bien lo ha demostrado el historiador masónico Emilio J. Corbiere – una sola Logia Lautaro, sino una serie de “logias lautarinas” cuyo objetivo era que las tierras de esta parte de América consiguieran independizarse de España para formar un gobierno autónomo. San Martín integró la Logia Lautaro de Buenos Aires y luego formó otras. También su compañero de batallas y hermano masón, el invencible Gral. Juan Gregorio de Las Heras, habría de fundar e integrar logias que llevaron el nombre de Lautaro.

Durante su estadía en Córdoba, San Martín – aún enfermo – convocó a un grupo de patriotas de su confianza iniciándolos en la Masonería tras lo cual recién dispuso confiándoles sus proyectos de liberación de Chile. Y el 24 de mayo de 1814 constituyó una Logia Lautaro en la ciudad de Córdoba. Que la fecha haya sido la indicada obviamente no es una mera coincidencia… Al tiempo que San Martín asume el cargo de intendente de Cuyo (6 de setiembre de 1814) surge una Logia Lautaro en Mendoza.

El Congreso de Tucumán (9 de julio de 1816) recibe intervención directa de muchos integrantes de logias lautarinas aunados por San Martín y Manuel Belgrano.

San Martín es designado general en jefe del Ejercito de los Andes el 1º de agosto de 1816. Enseguida funda y asume la presidencia de la “Logia del Ejercito de los Andes.”

En 1822 – por intervención de San Martín – nace en Lima, Perú, la “Logia Paz y Perfecta Unión” que aún hoy en día continúa su labor y está registrada con el Nº 1 en la Gran Logia del Perú.

Residiendo ya en 1824 el Libertador en Londres y retirado de la vida militar para siempre se hospeda por cierto tiempo en el castillo del ya mencionado Conde de Fife situado en Banff, Escocia. Allí San Martín trabajó regularmente en las logias San Andrés y San Juan Operativo de la jurisdicción de la Gran Logia de Escocia, todo lo cual consta en los libros de actas y firmas que se encuentran en archivos masónicos.

Cabe aclarar que el Conde de Fife fue hasta 1848 Gran Maestre de la Gran Logia Provincial de Banffshire, del Oriente de la Gran Logia de Escocia.

San Martín viaja, después, a Bruselas y se incorpora a la Logia La Perfecta Amistad la que en su honor hizo acuñar – por Jean Henri Simón, uno de los mayores expertos de entonces, quien también era masón y para el cual San Martín aceptó posar – una medalla de plata con su rostro de perfil. Se trata de una de las dos únicas efigies hechas en vida del Libertador y por la cual podemos conocer, realmente, cuales eran sus rasgos. La restante fue hecha por otra sociedad iniciática y esotérica: el Capitulo Rosa Cruz Los Amigos Filántropos de Bruselas. En el Museo Mitre de la Ciudad de Buenos Aires hay un ejemplar.

Al radicarse en Francia, San Martín se reencontró con Alejandro Aguado, Marques de las Marismas, a quien lo unía una fraternal amistad pues ambos habían pertenecido – en la juventud – a la Logia Integridad de Cádiz. San Martín decidió radicarse en el Bourg, cerca de París, precisamente porque Aguado vivía allí cerca. Las firmas de los dos figuran en el libro de asistencia a las tenidas masónicas de la Logia de Evry.

 

Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social, filósofo y escritor. Su más reciente libro se titula “Belgrano y la Masonería.” e mail: alasheras@hotmail.com

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


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