38. DIÁLOGOS
APÓCRIFOS (XXXVIII). Lenguaje tecnológico vs. Lenguaje oral y escrito
-Santiago,
hace pocos días el médico valenciano Carlos San Juan, casi octogenario, lanzó
una campaña titulada “Soy mayor, pero no
idiota” que recogió más de 350.000 firmas en la plataforma digital
Change.org con la intención de lograr atención personal en las entidades
bancarias.
-Eso
está muy bien. Pero en realidad el problema no solo afecta a los bancos y
financieras sino que se encuentra presente en muchos otros estratos de la
sociedad, donde hay que tener aptitudes tecnológicas para lograr un objetivo
determinado como puede ser un simple billete de tren o autobús para poder
viajar; o en una llamada telefónica para conseguir cita de vacunación donde
todo marcha bien hasta que un “robot” pide “su
nº de código” (¿)… “Lo siento, si no nos da el nº requerido no podemos darle su
cita” continúa el robot ante el obligado silencio.
-Las
nuevas generaciones que nacieron y/o se criaron con las tecnologías digitales y
su lenguaje no entienden que la mayoría de los mayores no podemos (o rechazamos
en algún caso) manejarnos en el ámbito digital y quedamos expuestos a una exclusión
comunitaria.
-César,
el día 23 de enero, en su página de la Revista de El País de los domingos, Rosa
Montero utilizó una expresión irónica “qué
es una app, pardiez” muy acertada y que me causó gracia porque en una
situación similar contesté al pedido de un correo-e diciendo “mire, todo está muy bien pero hay un
problema ¿qué es una app y qué significa código QR?”.
-Viene
a cuento Santiago, porque siendo un profesional, además de escritor y fundador
de publicaciones que edito, me creo con la suficiente capacidad intelectual
para aprender –SI QUISIERA- pero me niego y me rebelo hasta para utilizar el
teléfono móvil, y si bien poseo una antigualla (y me niego aceptar modernos que
quieren regalarme mis hijos) solo la llevo encima cuando viajo por si necesito
realizar una llamada de urgencia que durante años –por suerte- no tuve
necesidad de realizar.
Y
al hilo de lo que cuenta la querida y admirada Rosa Montero, sobre su tío que
jamás supo ver los SMS que le envían, me ocurre lo mismo por negarme a integrar
esa burbuja digital, en la cual también se favorecen los fraudes y estafas, por
una cadena de “barreras tecnológicas” que facilitan la tarea del al estafador.
-Santiago,
te estaba comentando que de eso mismo trata un artículo de Jordi Pérez Colomé,
también el domingo 23 de enero en la página 23 del cuerpo principal de El País,
que revela las casi 258.000 estafas en internet registradas en España (“casi todas fueron por estafas de falsos
alquileres vacacionales” escribió) cuando nos interrumpió Ruperto:
-¿Qué
te parece César, si transcribimos lo que nos contó el amigo Ruperto?
LO QUE NOS CONTÓ EL
AMIGO RUPERTO (y no es un bulo ni artículo literario, nos dio copias de todo,
inclusive de la denuncia en la Guardia Civil). Lo grabamos mientras nos lo contaba,
para que no nos acusen de inventar cosas. La reflexión final que hizo: “cuidado con booking.com si tienen que
alquilar un piso en Buenos Aires; tal vez no tengan candados para proteger los
datos personales. Cuidado con Carrefour si os ofrecen la tarjeta de su propia
Financiera: en cualquier circunstancia adversa se lavarán las manos sin asumir
culpas, pese a poder evitar el fraude”.
He aquí el relato del amigo:
En
ese número de estafas seguramente no figura la padecida por mi esposa cuando
intentó alquilar un piso en Buenos Aires por un mes; acudió a Booking.com por
cuyo intermedio alquiló un piso en calle Soler 1425, barrio de Palermo, ciudad
de Buenos Aires por la suma de 410 euros (€410), debiendo llamar al nº +54
3825457457 para retirar las llaves. Con el acuerdo que lo pagaría en efectivo.
Posteriormente
recibió una llamada, nº teléfono +7 967555-23-54 para solicitar los datos de la tarjeta, que debía ingresar
en un enlace a fin de confirmar la reserva. Pese a no ser habitual que
utilicemos la tarjeta ni tampoco dar los datos, como el tiempo apremiaba y
habiendo hecho la reserva por Booking a mi esposa no le pareció extraño y
entregó esos datos, tarjeta de Carrefour.
Ese
mismo día 1º de octubre apareció el cargo por 410 euros (pese al acuerdo de
pagar en efectivo). Tres días después (4 de octubre) fueron apareciendo otros
cargos que como siempre aparecían en su móvil: €50 / €10 / €225 / €100
totalizando 795 euros.
Fuimos
inmediatamente a Carrefour León, donde en Atención al Cliente “no podían hacer
nada”, había que llamar por teléfono a Financiera Carrefour (Se entiende que
son distintos departamentos, pero la empresa es la misma). Efectuada la llamada
para indicar que rechazaran los cargos en la cuenta, pese a ser lo más
sencillo, factible y eficaz se convirtió en una carrera de obstáculos. Había
que entrar en la app o en la página web para solicitar la “DEVOLUCIÓN DE CARGO
/ CHARGEBACK”. Dado nuestro desconocimiento tecnológico pasaron otros dos días
y el día 6 de octubre, con ayuda ajena se pudo rellenar ese formulario para
rechazar el cargo; habían pasado 6 días. Por consiguiente al aparecer en mi
cuenta lo rechacé.
Recibí
una comunicación de Carrefour en la que me intimaban a pagar esos 795 + 39 por
reclamación de impagos (total € 834, un mes de mi haber jubilatorio) agregando
la implícita amenaza de pasar mis datos al fichero
nacional de impagados ASNEF-EQUIFAX Eso sí, me ofrecen facilidades para
pagar en cuotas con dos alternativas de 47 cuotas, en una de las cuales la suma
total sería de € 2090,04 y en la otra el total ascendería a €2185,35 ¡casi
nada!
Efectué
el pago total de la cantidad estafada (los 834 euros), hice la denuncia en la
Guardia Civil y mantengo el rifirrafe epistolar con Carrefour, al que considero
cómplice por dejación, por mala praxis empresarial ya que estuvo en sus manos
efectuar la retrocesión para impedir la estafa. No sé qué implicación pudo
tener Booking.com para que “alguien” supiera que alquilaríamos ese piso, que
lógicamente no fue utilizado.
Esto
que le pasó a mi amigo le puede pasar a cualquiera; si quieren reenviar,
posiblemente eviten otros fraudes similares. NO ES UN BULO, hay una denuncia en
la Guardia Civil.
©CÉSAR TAMBORINI DUCA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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