Foto: Horacio Cóppola
EN ESTA ORILLA DE LA NOCHE
Desde que te alejaste vienen los recuerdos.
Ese leve olor de tabaco recorriendo la casa
evocando al niño que dejó su aldea,
el árbol familiar, la iglesia románica, el jardín
donde la voz del abuelo llamaba siempre igual.
Aquí, en esta soledad, están los dominios,
la humedad en los pies furtivos, la escarcha,
mudas escaleras, lápidas que yacen
amparadas entre hierbas y aves.
La niebla donde la tierra palpita un mar.
¿Por qué vuelves esta noche,
en un paisaje donde moran otros cielos,
otros cuartos en silencios obstinados?
Espera, espera padre.
Es un sueño reciente donde de pronto
entró tu voz a mi cuarto rozando agua y muro.
Una historia, una misma soledad que me visita
entre alucinaciones y olvidos.
(Es sólo eso, nada más).
Ahora miro mis manos que envejecen.
Mientras, continúo buscando tu mirada
con avidez, desde el instinto del desorden.
Extraño destino es este esplendor
cuando todo se transparenta y huye.
Ese leve olor de tabaco recorriendo la casa
evocando al niño que dejó su aldea,
el árbol familiar, la iglesia románica, el jardín
donde la voz del abuelo llamaba siempre igual.
Aquí, en esta soledad, están los dominios,
la humedad en los pies furtivos, la escarcha,
mudas escaleras, lápidas que yacen
amparadas entre hierbas y aves.
La niebla donde la tierra palpita un mar.
¿Por qué vuelves esta noche,
en un paisaje donde moran otros cielos,
otros cuartos en silencios obstinados?
Espera, espera padre.
Es un sueño reciente donde de pronto
entró tu voz a mi cuarto rozando agua y muro.
Una historia, una misma soledad que me visita
entre alucinaciones y olvidos.
(Es sólo eso, nada más).
Ahora miro mis manos que envejecen.
Mientras, continúo buscando tu mirada
con avidez, desde el instinto del desorden.
Extraño destino es este esplendor
cuando todo se transparenta y huye.
©CARLOS PENELAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
II
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