UNA JOYA QUE LO CAMBIÓ TODO
Como todas
las mañanas y a hora temprana Doña Clara paseaba su perro, algunos otros
vecinos hacían lo mismo. Un poco cansada se sentó en el borde de la acera donde
empezaba la ventana de una tienda, cerrada en aquel momento.
Oyó un rodar suave y al mirar vio una pequeña bola que llegó hasta sus pies, la cogió y la estuvo observando ¿era un diamante?, ¡qué tontería! No era totalmente redonda, tenía salientes ¿iban a ir rodando por la calle los diamantes?
Se dijo hacia
sus adentros asombrada de la tonta idea que le había llegado de momento. No
obstante, retuvo la joya en su mano.
Volvió a casa con un montón de pensamientos que la angustiaban, que si el nieto vendría a comer después de los exámenes, que su nieta no podría irse al Erasmus ése, porque no había dinero, que su yerno en el paro, que su hija tenía que trabajar más, que si su paga no llegaba a gran cosa, que si esto, que si aquello, mientras le daba vueltas a la bola que tenía en las manos y que sin saber porque había aterrizado a sus pies. La guardó en el bolsillo y tirando del perro volvió a casa.
Después de
cenar se sentó a ver la tele y quedo sorprendida, habían asaltado una joyería
la semana pasada, los ladrones huyendo de la policía habían robado un coche
aparcado cerca de su casa y habían huido, ya nada se ha sabido de ellos ni del
botín.
Fue siguiendo
con gran interés los acontecimientos. Un par de semanas más tarde habían
detenido a uno de los ladrones y como no habían encontrado el objeto del robo,
se suponía que los demás ladrones habían emigrado con todo lo robado y este
pobre chico iba a pagar por los demás. No obstante, no pudieron acusarlo al no
tener pruebas.
Empezó a
pensar en un montón de conjeturas y aquella misma noche volvió con el perro a
hacer el mismo trayecto, todo normal, pero su mirada ya no era la misma,
hurgando por todo aquel sitio encontró varias joyas sueltas, dispersas por los rincones
del botín, al lado de los cubos de basura.
Las puso en el bolso que llevaba y marcho a casa. No pudo dormir en toda la noche. ¡Qué hacer ante tamaña situación! Pues ir a devolverlo a la policía, era lo más normal y correcto, cuando oye en las noticias que han sido los dos ladrones arrestados pero el tercero ha desaparecido con todas las joyas y que ya está en un país donde no existe extradición.
Se fue a ver
a un amigo y sin decirle que ella tenía las joyas, le expuso un montón de
conjeturas como qué podría hacer una
persona en tales circunstancias.
.- Verás, le
dijo el amigo, si tu amiga devuelve las joyas, la pueden acusar de haber
participado en el robo, si las deja donde las encontró y hace una llamada a la
policía, segura que la pillan igual y se verá involucrada, además la joyería ya
habrá recuperado el importe de lo robado pues tienen un seguro para estos
casos.
Volvió a casa
y con toda minuciosidad se estableció un plan, así cada mes su nieta recibió el
importe para seguir la carrera después de hacer el Erasmus, igualmente lo
haría su nieto.
Su yerno
abrió finalmente el pequeño taller ayudado por su mujer.
El vecino del
cuarto piso, inválido desde el accidente encontró en la planta baja con el
mismo importe una vivienda más cómoda y adecuada. Y una silla de inválido que
un anónimo le había regalado, así sin más. Algunos rumores decían que se
estaban produciendo unos milagros en aquel entorno, pero según parece una señora,
sin saber como y el porqué se había comprado la casa toda entera, la estaba
rehabilitando ya iba alquilando los pisos con la condición de que nadie tenía
que decir el importe del alquiler.
El muchacho
acusado que había salido de la cárcel recibió una cantidad importante y pensó
que los compañeros huidos se lo habían mandado.
Así que cada
cual pensó lo que le pareció, pero nadie dijo nada y nadie supo nada de lo que
sus vecinos pagaban como alquiler de sus viviendas, al ser una cantidad
irrisoria.
SALOMÉ
MOLTÓ, Alcoy, Alicante,
España
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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