JORGE LUIS BORGES Y EL PUÑAL DE PEHUAJÓ
En 1983 la Dirección de
Cultura de Pehuajó, contando con la organización del 5º Año Nacional, con
motivo del Centenario de la ciudad recibieron la visita del escritor Jorge Luis
Borges. A continuación se detalla cómo se gestionó la misma, transcrita de un periódico
de la localidad:
Hace 36 años formó parte
de los actos conmemorativos del centenario de Pehuajó, por iniciativa de un
grupo de estudiantes secundarios. Al cumplirse 120 años del nacimiento del
escritor evocamos aquella memorable visita.
La comunidad pehuajense se abocaba a la organización de los actos celebratorios
del centenario fundacional. Todas las institucionales programaron actividades
desde mediados de 1982. La participación fue notoria y un grupo de estudiantes
secundarios se destacó de manera muy especial.
Cursaban 4° año en el Colegio Nacional. Había que juntar dinero para solventar
el viaje de egresados al año siguiente. Junto a su tutora, la profesora Yolanda
Calveiras, reunieron a todos los padres para programar acciones. Hubo diversas
propuestas. Limpiar vidrios de autos, vender tortas, organizar rifas, etc.
Uno de los padres de los alumnos, el Dr. Raúl Insúa, propuso invitar a
escritores de renombre y realizar un ciclo de conferencias y vender un abono.
“Traemos a Borges”, sugirió entre otros celebres escritores argentinos. Hubo
gestos y rostros de asombro. Era una propuesta inusual, inédita.
El alumno Sergio Insúa viajó a Buenos Aires y solicitó en la Sociedad Argentina
de Escritores nómina de domicilios de escritores para realizar invitaciones.
Cuando se dirigía a la terminal de ómnibus de Retiro para regresar, advirtió
que pasaba por el edificio donde vivía Jorge Luis Borges. Tocó timbre y lo
atendieron.
Habló con Borges, le explicó el proyecto y lo invitó a participar. No dudó un
instante, contestó afirmativamente. Le preguntó cuánto cobraría. “Nada
-contestó el célebre escritor- me llevan y me traen”. Sergio no lo podía creer.
La insólita propuesta de su padre comenzaba a gestarse.
Luego se coordinó el viaje. Borges descartó venir en avión (en esa época la
empresa Lapa unía Capital con Pehuajó) y el Dr. Insúa se ofreció para ir a
buscarlo y luego llevarlo. Así fue. Lo acompañaron dos de sus hijos, Sergio y
Germán, compartiendo un viaje inolvidable. Una experiencia jamás imaginada e
irrepetible.
La charla se realizó el 8 de julio de 1983. Cinco días antes Pehuajó había
cumplido su primer centenario. El salón blanco del Palacio Municipal resultó
chico. Asistió público de numerosos pueblos y ciudades de la región, incluso de
la provincia de La Pampa. Se amplificó la conferencia y muchos la siguieron
desde la plaza Rocha.
Borges se mostró muy complacido con el recibimiento y la afectuosidad puesta de
manifiesto durante su estadía. Compartió hermosos momentos con la comunidad
educativa del “Nacional”. Durmió en el hotel Los Nogales y compartió una comida
en la casa de la familia Insúa.
Como recuerdo de su estadía, durante un ágape posterior a la charla, le
regalaron un cuchillo artesanal cuyo mango fue trenzado por el soguero Juan Morini.
Borges lo llamó “el puñal de Pehuajó”, despertó inspiración y escribió la
Milonga del puñal.
Al cumplirse el 120° aniversario del natalicio del célebre escritor argentino,
evocamos aquella hermosa iniciativa de los inquietos alumnos del Colegio Nacional
y la memorable visita que constituyó uno de los resonantes actos del centenario
de la ciudad.
Milonga del puñal
En Pehuajó me lo dieron
unas manos generosas;
más vale que no presagie
que vuelve el tiempo de Rosas.
La empuñadura sin cruz
es de madera y de cuero;
abajo sueña su oscuro,
sueño de tigre el acero.
Soñará con una mano
que lo salve del olvido;
después vendrá lo que el hombre
de esa mano ha decidido.
El puñal de Pehuajó
no debe una sola muerte;
el forjador lo forjó
para una tremenda suerte.
Lo estoy mirando, preveo
un porvenir de puñales
o de espadas (da lo mismo)
y de otras formas fatales.
Son tantas que el mundo entero
está a punto de morir.
Son tantas que ya la muerte
no sabe dónde elegir.
Duerme tu sueño tranquilo
entre las tranquilas cosas,
no te impacientes, puñal.
Ya vuelve el tiempo de Rosas.
Puñales pampa
Deseo agregar una
anécdota, contada por la viuda de Adolfo Ruiz Díaz.
Amalia Ugo de Ruiz Díaz
relata que en 1956 Borges fue designado Doctor Honoris Causa de la Universidad
Nacional de Cuyo. Fue su primer doctorado. Llegó a Mendoza en tren, en compañía
de su madre, Leonor Acevedo. Esa mañana lo esperábamos, junto a varios escritores
locales, en la estación San Martín.
-¡Maestro!- le dijeron. Y
tras los saludos, le preguntaron qué estaba escribiendo.
– En el tren era difícil dictarle a madre -dijo-; pero he pensado algunas
coplas, esas que parecen de todos y que ya debieran estar escritas. Le rogaron
que recitara alguna y Borges primero separó suavemente a su madre diciéndole:
«Vaya para allá, madre,
por favor». Entonces dijo:
«Hay en medio de la plaza
del pueblo de Pehuajó
un letrerito que dice
la puta que te parió.”
Al estilo payada, Ruiz Díaz agregó:
«Una plaza y un ombú
hay en el pueblo de Pando
y un perrito negro y blanco
que te va a sacar cagando.”
Las risas distendieron los ánimos y se produjo el acercamiento cordial que quedaba trunco frente a Borges, debido a su respetada y temida intelectualidad.
CÉSAR TAMBORINI DUCA, León, España
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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