ARITMOMANÍA
A su primer hijo, como
correspondía, lo llamó Primo.
Al segundo, Segundo. Al
tercero, Tercio.
El problema fue con el
cuarto. Como no hallaba el nombre apropiado,
lo llamó Marco (después de
todo un marco tiene cuatro lados, pensó).
El quinto fue Quintín. El
sexto Sixto. Y el lobizón Septimio.
Fue entonces cuando Octavia,
su mujer, le confesó
que el verdadero padre de sus
siete hijos, era el Nono.
LUIS
ALPOSTA, Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE
ASOLAPO ARGENTINA
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