LA CULPA
“Los mortales se atreven ¡ay! siempre a culpar a
los dioses porque dicen que todos sus males nosotros les damos, y son ellos
que, con sus locuras se atraen infortunios que el Destino jamás decretó”
Homero – Odisea
La
culpa es una sensación dolorosa y una condición del criterio y la conducta
humana; porque es una falta más o menos grave cometida voluntariamente, la cual
genera una conciencia de culpabilidad por la transgresión.
Esta
transgresión hace al individuo culpable, porque está comprobado lo ilícito o
incorrecto de la acción y de la conducta, y la responsabilidad que debe asumir
por ser voluntaria y con plena capacidad mental y conciencia de lo cometido.
La
culpa acarrea un juicio sobre la responsabilidad de un individuo, formulado por
otro o por el grupo social.
En
el culpable genera un sentimiento emotivo por que está dominado por la creencia
que ha infringido alguna norma social, algún principio ético o alguna
prescripción legal.
En
su comienzo la culpa significaba reconocimiento de haber obrado mal,
responsabilidad por lo causado a los semejantes, y un dolor psíquico y
existencial que cargaba en nuestra conciencia.
No
sólo desde el punto de vista existencial y social, sino también jurídico y
religioso, el hombre ha tenido esa carga de conciencia motivada por los actos
voluntarios que generan culpa.
Desde
el mea culpa hasta la confesión.
Es
la actitud de muchos individuos y grupos sociales, que con el correr del tiempo
asumen y dimensionan las consecuencias nefastas y trágicas de sus acciones, y
que arrepintiéndose de ellas hacen una profunda reflexión sobre sí mismos.
Esta
reflexión que es sanadora, produce también un efecto social y comunitario, que
permite a veces cerrar heridas y comenzar una vida social mejor.
La
confesión, tanto la jurídica, como la religiosa, significa asumir la
responsabilidad de lo hecho, y libremente valorarlo como incorrecto e ilícito.
La
vida de los pueblos, su status jurídico, contiene entre sus elementos el
entramado de la culpa, su detección y su castigo.
Aunque
la Nana Fain, personaje de una conocida comedia televisiva, decía que la culpa
no existía, que era un invento de su pueblo (el pueblo judío).
En
efecto en el mundo griego y en el latino, no existía ese concepto, las cosas
eran correctas o incorrectas, lícitas o ilícitas, buenas o perniciosas.
La
responsabilidad existía y se castigaba, pero la concepción era otra.
Pero
el texto de Homero le da otro sentido a la culpa, y es uno que ha permanecido y
se ha privilegiado entre nosotros.
No
tenemos responsabilidad porque la culpa no es nuestra; nuestros actos, nuestros
comportamientos son provocados por otros, los que sí son responsables y no
nosotros.
Es
un argumento tan viejo como el mundo.
Leemos
en el Génesis que el primer hombre Adán, interpelado por Dios, si había comido
del fruto del árbol prohibido, le contesta “la mujer que tú me diste, me
tentó”.
En
el fondo es transferir la culpa y la responsabilidad.
Dios
tu tienes la culpa, si no me hubieras dada esa mujer que me diste, no habría
caído, no habría pecado.
Ergo
soy inocente, no soy culpable.
Pensemos
un poco en nuestro mundo actual, en nuestra situación hoy, con circunstancias
adversas, con cambios en nuestros comportamientos y en nuestras acciones,
algunos queridos, otros aceptados y otros impuestos.
¿Quién
asume la culpa o la responsabilidad de la incorrección, de la ilicitud?
Acaso
alguno se hace responsable de sus obras, de su conducta.
Porque
no hay dudas y es innegable que la conducta y las acciones son propias, que
fueron hechas por cada uno.
Pero
como en el alegato de Adán, como en el de Homero, la culpa es de los dioses.
Me
has puesto aquí, en estas condiciones y circunstancias, que no sabía ni preveía
y ahora me juzgas.
Pero
acaso no son tus actos, es tu conducta, son tus faltas y tus carencias.
No
transfieras, humildemente reconoce tus errores y tu falta de capacidad, pide
perdón y acepta tu responsabilidad y trata de reparar el daño causado.
Dice
el poeta siempre que sembré rosales coseche rosas.
Y
si sembraste vientos recogerás tempestades.
©ELÍAS GALATI, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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