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CANTO A MATANZAS
¿Por qué sacarlas del río
si se han muerto
mis muñecas?
Remolinos de hojas
secas
me dan miedo, me
dan frío…
Que lo verde ya no
es mío;
juventud, no te
detienes,
solo en retratos me
tienes,
quedas dueña de la
nada,
y hay una cinta
dorada
cayendo desde mis
sienes.
Adiós, barrio,
Pueblo Nuevo,
donde bailaba al
andar;
besos que di junto
al mar
(de decirlo me
conmuevo).
Adiós, Matanzas,
que llevo
como medalla o
marfil.
Ay, Matanzas, en
abril
sueñan tus laureles
viejos
y yo, presa en los
espejos,
me he quedado sin
perfil.
Tu allá es el punto
más serio,
amor, amor, que te
fuiste.
Si te menciono,
hombre triste,
no vuelvo del
cementerio.
Me tienes bajo tu
imperio,
con la muerte te
engalanas.
Resucita en mis
ventanas:
pide pan, pide
café…
De la tumba en que
te eché
te sacaría con
ganas.
Por eso dije,
perdida
entre el ayer y el
futuro:
no soy un cadáver,
duro
tengo el puño, la
mordida.
Asumiendo al fin la
vida
—más alma que carne
bella—
sin ¿dónde estuve?
¿es mi huella?
deshice el pasado
roto.
Mitad fango, mitad
loto
me puse frente a
una estrella.
Escuché entonces
distantes
rumores: mocha,
sijú;
la ceiba me dijo tú
en hojas volando
errantes.
Hizo el rocío
diamantes;
un ritmo a bolero,
a son,
un gusto a caña y a
ron
me dio hambre, me
dio sed,
y tuve gracia y
merced
y hasta un nuevo
corazón.
Cuba, Cuba, con qué
vuelo
limpias luto, me
haces clara.
¡Si me fundaste la
cara
en propia luz de tu
cielo!
Cuido esa gloria,
te velo
como a madre y
poesía.
Y tengo lo que
quería:
alzarme aquí de
simiente,
sentir tu sol en mi
frente,
ver la palma
abriendo el día.
¿Y qué decir de mi
herida
que por la yerba se
mete?
¿Qué decir de este
juguete
en que ha parado mi
vida?
¿Qué decir, tierra
querida
donde acabaré este
viaje
sin destino ni
equipaje,
de aquel hombre, de
aquel hombre
en medio de tu
paisaje.
que dejó roto mi
nombre.
Todo te debo,
Matanzas:
la Biblioteca, el
Estero,
tener alma y no
dinero…
Te debo mis
esperanzas.
A mi pecho te
abalanzas
con una pasión tan
fuerte
que no basta con
saberte
en mi sangre,
detenida:
¡ya que te debo la
vida
te quiero deber la
muerte!
©CARILDA OLIVER LABRA, poeta y escritora cubana
(1922-2018)
Aporte cultural de:
http://www.micartalirica.blogspot.com
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