EL ROSTRO DEL DÍA
Es solamente el rostro del
día
su ojo circunstancial,
desamorado
de los superficiales
atrios
e impasibles y marchitos
espejos.
Es el miedo además
al claro viajero de la luz
que se ha sentado al borde
de la ciudad
y ha ganado su árbol,
mientras surgen de lo
intemporal,
despaciosamente,
los cercanos fantasmas del
ruido.
Claro rostro del día,
antípoda de la oscuridad y
del aullido,
leyenda del recuerdo en la
vigilia:
Seguirás siendo siempre
un blando oficio de la
noche.
·
"Entelequias",
poemas, L. A. - Ed. Torres Agüero, Buenos Aires, 1994.
©LUIS ALPOSTA poeta y escritor
argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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