COVID19: SÓLO LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES (Jn 8,
31-38)
Al Maestro Ray D. Bradbury, en el Centenario de su nacimiento (22 de agosto de 1920). Con innegociable afecto admirativo…
“El hombre ha olvidado que la naturaleza nunca
perdona” (A. Carrel), advierte
el filósofo argentino Elías Galati en su artículo "Pandemia: la
verdad", fechado el 20-03-2020 y difundido por email. Y con certeza opino,
en tal sentido, que hace bastante el hombre viene jugando a ser un dios de barro, e inclinando su
testa ante el
Poderoso Caballero Don Dinero.
Este medio que, como todo instrumento puede ser malo o bueno conforme sus fines y empleo, constituye hoy más que nunca para el Mundo y sus Poderosos (que no tienen patria ni pasaporte: solo la codicia de un corazón desalmado), un instrumento satánico: el dinero y las transacciones non sanctas a que da lugar financieramente, se erige como la espada del Príncipe de este Mundo, Príncipe del Caos y la Mentira, y por algo separado de la bondad divina al igual que quien venalmente la porta: "No se puede servir a dos señores... No se puede servir a Dios y al dinero", expresó evangélica y enfáticamente Nuestro Señor Jesucristo.
Y ese instrumento llamado “dinero” (ayer piedras preciosas o materiales considerados valiosos por su escasez) no solo ha descentrado al Orden Natural de las cosas y en forma indirecta, y debido al uso inadecuado de los recursos ecosistémicos del Planeta Azul, sino que, a través de los recursos volcados a los avances de la bio ingeniería o ingeniería genética (otro instrumento que conforme su uso será malo o bueno en la científica relación causa-efecto o Misterio del Círculo), puede ahora fabricar artificialmente genomas de bacterias y virus con el propósito loable, en algunos casos, de prevenir mediante vacunas anticipadas, la propagación de ciertas especies pandémicas para las que el hombre todavía no ha desarrollado los debidos anticuerpos.
Pero no es este el caso del COVID19 y la sospechosa “advertencia” (sic) de hace 5 años atrás sobre un virus le-tal, de un-tal B. Gates, uno de los más poderosos accionistas de empresas vinculadas a laboratorios medicinales e industrias telemáticas. Así, sostiene el Dr. Galati: “… La viruela o el cólera, el HIV y la Gripe Porcina o Gripe A son otros ejemplos de pandemia. Esta última conocida, como gripe H1N1, es una pandemia que sigue en expansión hoy en día y de la cual la OMS declaró que la evolución del virus y sus alcances aún no pueden predecirse. Ya lo dijo Bill Gates en 2015, en el futuro las muertes masivas de la humanidad no serán por los misiles,
sino por un virus” (sic),.
Un virus, el COVID19,
que se desarrollaba con la anuencia de las Grandes Potencias y los Grupos de
Poder que aspiran a conformar un Nuevo Orden Mundial; y que se producía en
secreto (cuando es obvio que
algo que se procura para el bien de la gente, se promociona desde el primer
instante), y que luego del accidente producido en uno de los laboratorios
de la actual potencia asiática, encargados de su producción controlada, obligó
al Gobierno chino a declarar el tema como de "seguridad nacional", filtrando de este modo la
posibilidad de que lo que en realidad se estaba desarrollando era, quizás, un arma biológica destinada a diezmar la
incontrolable población mundial a
cifras compatibles con el Alcance de
Dominio de las Potencias involucradas
en su investigación y desarrollo.
Potencias que son las mismas que, en la actualidad, aparecen elaborando vacunas (a ser probadas en los cobayos de los Países del Tercer Mundo de América, África y Asia), y de cuya peligrosidad había "advertido" –como se expresara- también el aludido Mister Gates: un zorro dentro del gallinero y magnate corrupto disfrazado de filántropo de la Humanidad (ojalá pudieran preguntarle nuevamente al genial Steve Jobs -1955/2011, qué clase de persona era este ladrón y plagiario de ideas que montó Microsoft sobre la base de los ingenios de Apple y su revolucionario microprocesador electrónico Macintosh classic).Un zorro con altavoz y sordina al mismo tiempo, saliendo otra vez a "dar aviso" y más recientemente (como lo hiciera, reiteramos, en el 2015 para sus secuaces directos, advirtiendo que la Tercera Guerra por los recursos del Mundo no sería con misiles -lo que sería prender espirales entre mosquitos- sino por medio de un virus letal (sic) y de las características del ahora famoso COVID19) de que habría millones de muertos (sic) –y no solo por el virus liberado inoportunamente al parecer- sino con la aplicación de las vacunas que se estarían produciendo, afectando e infectando con el mismo y en especial, a las personas de la tercera edad, sector, oh casualidad también, que serían los primeros "beneficiados" y destinatarios de dichos engendros biológicos desarticuladores del ADN de la persona inyectada.
¿Ciencia ficción? ¿Teoría conspirativa? Aunque inútilmente creo, escribí hace unos meses, un artículo titulado COVID19: CRÓNICA DE UNA PANDEMIA ANUNCIADA (y recogido por varios medios serios culturales a nivel hispanoamericano[2], precedidos antes por las reflexiones denominadas: DE LOS IDEALES DE PAZ Y LAS HUMANAS PARADOJAS y COVID19 Y LOS HUMANOS DONES CREACIONALES, ambos trabajos publicados en Facebook y en el magazin alicantino ARISTOS INTERNACIONAL - Marzo y Abril 2020, respectivamente); artículo de abril 2020, es decir, firmado al mes de comenzada la cuarentena COVID 19 (hoy "aislamiento preventivo"; en otros lugares, "estado de sitio"), y por el que denunciaba en su colofón –y luego de referirme a una breve crónica de historia económica-financiera- que, entre sus tres o cuatro fines (¿inconfesables?: no tanto como veremos más adelante) del Nuevo Orden Mundial, era posible conjeturar como objetivo primordial el de provocar, en un plazo mediato, un palpable genocio pandémico; ello, con el "humanitario acuerdo” de la OMS (cuyo accionista principal es el inversor financiero húngaro y ateo, George Soros - N. 1930) y sectores vinculados a dicho NOM (vgr. Robert E. Tunner III, magnate estadounidense fundador de la cadena internacional de noticias CNN) y a las grandes compañías ligadas, entre otros, al tema epidemiológico en el mundo, leyes pro abortistas, colectivo LGBT, eutanasia, etc., surgidos del Neo Maltusianismo (por economía de texto por favor no dejar de consultar el sitio: https://apuntesdedemografia.com/polpob/maltusianismo/el-control-del-crecimiento-mundial-eeuu-y-onu/).
Lamentablemente, las noticias falsas (introducidas por los propios líderes del NOM, que por así decir el software y a su vez el virus que puede atacarlo: y venden y ganan por ambos lados. O lo que podemos llamar “lucha de intereses espúreos”, ya que a la Verdad verdadera solo se la defiende con la verdadera Verdad), TAMBIÉN JUEGAN en el esclarecimiento del asunto (enrareciéndolo ex profeso), en cuanto se animaron hasta hacernos creer que un Premio Nobel japonés experto
en la cuestión habría afirmado que el COVID19 no era natural: https://www.clarin.com/sociedad/falsotasuku-honjo-premio-nobel-medicina-dijo-coronavirus-natural_0_8is9XSUQ1.html);
un asunto que, aunque resulte de origen "natural"[3]
bien puede haber sido -como se
piensa en otras fuentes- manipulado y mutado severamente por la
ingeniería genética puesta
al servicio de los mencionados “intereses espúreos”, y en tanto ningún
Organismo Mundial ni MsCSs algunos han intentado, con probidad e insistencia,
develar a sus responsables y objetivos dominantes.
Por el contrario, todo se enfoca en atender a los efectos y no a
las causas de fenómeno, vieja estrategia de los sofistas. Por lo que en
concreto existe, es un silencio total (sepulcral:
porque los muertos se cuentan y hasta se inventan en las estadísticas de los
que trafican drogas en las ambulancias que parten raudamente a atender casos de
COVID19 –una aberración denunciada y
atestiguada en su país por algunos contados y valerosos periodistas argentinos-
acerca de nombrar, por ejemplo, a un Comité Mundial encargado de investigar
-en el lugar de los hechos- por qué el
hombre, jugando otra vez a un dios de barro, abrió de nuevo la Caja de Pandora.
Nadie investiga. Y los que desean hacerlo son bastardeados o directamente eliminados, como lo fueran en China los médicos que estaban al frente del proyecto “inmunológico” abortado por la fuga accidental de este terrorífico virus o Corona del Mal…
Pero como a veces lo que abunda no daña, me permito aconsejarle dar cuenta del mencionado artículo antologado en Cajamarca (Perú), donde traslado el cargo de la prueba a los Poderosos del Mundo. Porque si he hablado mal digan cuál ha sido, sociopolítica y científicamente mi error, esto es, en qué me he equivocado (Jn 18-23). Pero si he hablado bien, ¿por qué desean –prima facie- asfixiarme aún en contextos de completa naturalidad –también en Argentina, un solitario remero navegando en la vastedad del Río de la Plata fue insólitamente detenido por la prefectura naval a causa de las medidas draconianas adoptadas en el COVID19- con un barbijo que se contamina, entre otros patógenos, por el oxígeno corporalmente exhalado como dióxido de carbono, luego de inspirar oxígeno normal por la nariz y proveer de esta forma respiratoria al cuerpo, del aire nuevo que los pulmones necesitan para estar vivos? ¿Por qué debo dejar de respirar y a causa del ahogo que puede producir dicho elemento extraño, empleando como se debe el diafragma y corriendo riesgos de aumento de la presión cardíaca, agrediendo además al sistema nervioso parasimpático? Varios países asiáticos (otra casualidad, que es de donde deviene el virus en cuestión), están "acostumbrados" a emplear el barbijo a causa de la contaminación ambiental.
Y allí está el punto para poder parar el huevo de Colón.
Pues si el hombre no
agrediera al Orden Natural, el barbijo no sería necesario. Si el hombre
manejara con cuidado sus medios de movilidad, no habría necesidad de reglamentar
el tránsito ni de utilizar cinturones. Si el hombre no desafiara las leyes de
la física volando aviones civiles y de guerra, o aumentando
peligrosamente la velocidad de los distintos medios de locomoción que ha
inventado como signo de confort y progreso "inteligente", no serían
necesarios semáforos, bocinas, sirenas, paracaídas, salvavidas, etc., etc. Porque
hecha la Ley, hecha la trampa. De aquí que algunos juristas (escasos, como la
gente honesta) prediquen que, en este Mundo torcido, no hay justicia, sino
leyes o reglamentaciones destinadas a ser cumplidas; y muchas de ellas
sancionadas para legalizar fines y actos ilegítimos.
Como placebos. Placebos que intentan distraernos o confundirnos para cloroformar nuestras conciencias en nombre de la seguridad individual o colectiva, y desviarnos (“Porque si todo el mundo lo hace, y bueno…”) de los verdaderos valores y de las verdaderas responsabilidades que tenemos con Dios, la Naturaleza y nuestro prójimo, en un terreno existir hedónico, materialista y consumista, donde el vale todo ha sustituido al respeto, el recato, la humildad, la decencia y el derecho, y donde el fin justifica los medios. Y Don Dinero, siempre presente, status quo mediante (arrogancias, vanidades, avaricias, codicias, peculados, coimas, malversaciones, aberraciones, concupiscencias, etc., etc.), “mientras el planeta gira y gira, tontamente -sin saber por qué ni para qué- hacia los umbrales de la Nada”. El vuelo emprendido me elevará
©ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, poeta y escritor
argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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