EL PARAÍSO DE LAS HORAS
En el paraíso de las horas me
encuentro, entre lo onírico y lo real, allí donde los sueños son alcanzables, y
el “realismo mágico” de Gabriel García Márquez se hace patente. Su
idiosincrasia lo distingue en la cúspide del “boom” literario, que marcó
historia, y que supuso un impacto cultural en la década de 1960 al despertar el
interés mundial por la literatura latinoamericana. Es tal su trascendencia que
aún quedan reminiscencias en la estructura de la literatura actual.
Rodeada de los grandes titanes de las letras, me dejo guiar por ellos y, de la mano de Julio Cortázar, me adentro en el bosque del olvido para rescatar todo aquello que el tiempo volvió imperecedero y que me trae a la memoria, fuente de inspiración inagotable, su gran obra maestra: “Rayuela”.
Proseguí mi andadura junto a los
mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, pertenecientes ambos al “boom”
mencionado. Asida a sus manos arribé a un nuevo sueño que apacigua las
tormentas y me sumerge en hermosos arrecifes.
Todos ellos “nos mostraron caminos
literarios completamente nuevos, y no para seguirlos por el mismo sendero, sino
para buscar salidas nuevas en cualquier encrucijada”, palabras sabias de Héctor
Abad Faciolince.
EL MAR DE LAS HORAS
Me hallo en el mar de las horas
perdidas
a la espera de ser besada por tus
estrellas.
Una brisa me acaricia, en el fulgor de
la noche,
sin saber que está en mis manos ser liberada.
Ya me asolaron múltiples naufragios.
Cuando este recuerdo tuyo encalle
y las olas me lleven a un nuevo rumbo
irreconocible,
En ese lugar desconocido
me esperarán los escritores inmortales,
y Neruda me susurrará, con amor,
las palabras que un día tú
quebrantaste.
©LOLA BENÍTEZ MOLINA, poeta y escritora española
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
Málaga (España)
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