RECUERDOS IDOS Y PRESENTE
INQUIETO
Fui
una tarde a visitar a mi madre, desde que mi padre falleció, ya hace unos años,
se había quedado completamente sola. El grupo de amigas que, de cuando en
cuando, venía a visitarla ya no lo hacían, la verdad es que la mitad de
aquellas encantadoras mujeres ya han tomado el camino de no volver, ley de
vida, me digo, porque indudablemente todos haremos el mismo camino.
Mil
recuerdos golpeaban mi mente mientras observaba la dulce y arrugada cara de mi
madre, que respiraba tranquila después de beberse el último sorbo de té que le
había preparado y eso me tranquilizó. La deje reposando un poco y me fui a ver
el armario con ropa de hace muchos años y que ella guarda como si la acabara de
comprar. Aquellas pequeñas joyas que con tanto esfuerzo se compró y fue pagando
con unas cuotas mensuales como era costumbre entonces. Un escapulario dentro de
un pequeño marco de oro me sorprendió, recuerdo que era el recuerdo de un tío
suyo que murió en la guerra de Cuba, ¡cuantos años ya transcurridos! Y de
pronto me vi cuando pequeña iba hurgando por las cómodas, en cajones cerrados
con viejos recuerdos, vivencias que fueron importantes en nuestras vidas, Mi
tía Paquita con su armario de viejos libros, de Sue, Víctor Hugo, Pablo Neruda,
Benito Pérez Galdós, etc, una maravilla. Me daba la impresión de haber dado un
salto astral hacia atrás en el tiempo. Como viviendo entonces sin dejar de
vivir en el presente.
Siempre
inquieta porque el progreso sea una actitud real y dominante, me veo desbordada
por la situación que estamos viviendo. Hemos sido invadidos por un virus que
llaman “coronavirus” viene de China, según dicen y las especulaciones son de
toda dimensión y parece que muchas falsas, que si ha sido un hecho adrede para
minar la población, que es porque los chinos comen murciélagos, etc. La verdad
es que hemos llegando a los diez mil fallecidos a mediados de marzo del 2019,
aquí en España y parece que ya se detenido, por lo menos en parte.
Alemania cerró sus fronteras, igual Suiza, Marruecos, las medidas
higiénicas eran estrictas, no podíamos acercarnos unas personas de
otras, guantes, mascarillas y demás elementos de protección, los colegios cerrados,
los parques, las playas, circular lo imprescindible y claro, la policía podía
detenerte y prohibirte la circulación y ponerte una multa que incluso puede
llegar a los seiscientos mil euros. Hoy parece todo superado.
Así,
en ese momento tanto el pasado de posguerra que aquí fue muy cruel como un
incierto futuro, golpea duramente y me pregunto si las autoridades no serán
capaces, ante esta situación promover cambios más ecuánimes, justos y
progresistas que nos puedan ayudar a vivir mejor. Es el momento histórico para
hacerlo.
Mientras
que hemos pasado un tiempo confinados en nuestros hogares y ahora otra amenaza
surge aun peor y es la de un cambio climático que sin virus alguno nos
eliminaría totalmente Muy desolador que nos hagamos viejos y estamos además,
completamente solos. Aunque la juventud lo tiene bastante más difícil con las
amenazas del Sr. Putin y sus armas nucleares y ese tan temido cambio climático,
SALOMÉ MOLTÓ, Alcoy, Alicante,
España
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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