LA MADRE
Madre
es un término que caracteriza a la condición de una mujer que ha parido, en
relación a sus hijos.
Por
analogía se extiende a la mujer que adopta, que cría o que se ocupa del
crecimiento y educación del niño.
Familiarmente
se trata de madraza a aquella que mima demasiado a sus hijos.
Más
allá del concepto biológico, la maternidad involucra a la postura de la mujer
tanto psicológica como mental, en su condición de mentora y responsable
principal de la crianza del niño.
¿Qué
significa ser madre?
Desde
lo existencial es una cualidad preferencial que se le ha dado a la mujer, por
la cual completa dentro de sí misma, la concreción de una nueva vida, con sus
cualidades físicas, morales y espirituales.
Desde
lo espiritual, es un don divino, por el cual participa de la creación, poniendo
de sí todo aquello que falta para que surja un nuevo ser.
La
madre es la concreción de la trascendencia, la continuidad de la especie y la
trasmisión de las tradiciones humanas en el devenir de la historia.
Por
ser madre, la mujer cambia su vida, su forma de pensar, sus proyectos y encara
una nueva realización existencial, de una manera compartida, ella y su cría a
la que dedicará su tiempo prácticamente durante toda su vida.
Entrega
su corazón, como ya ha entregado parte de sí misma en la gestación, y continúa
durante la crianza entregando sus fuerzas, sus alegrías, sus dones, sus
preocupaciones, sus tristezas y dolores, para la felicidad y el porvenir de sus
hijos.
El
hijo es su razón de ser y su compromiso es completo y por toda la vida.
La
mujer vive en ese estado de madre, una situación especial, pero que es modelo
de la vida de la humanidad.
Es un
vínculo relacional, no hay madre sin hijo, ni hijo sin madre, son términos que
no existen sin el otro.
Es el
paradigma de la alteridad, con la condición especial, que la unión es tan
profunda, no sólo por haber compartido 9 meses de vida, en un solo cuerpo, sino
por la proyección de la vida común durante toda la existencia.
La
maternidad completa la creación; la maternidad es un acto de amor, sublime,
inconmensurable, total y absoluto.
Es
entrega, es dar, sin esperar respuesta, sin pensar en recibir, sólo dar, dar
por amor.
La
gran mayoría de los estímulos que forman los sentimientos y emociones del niño
y aquello que va a constituir su personalidad y forjar su carácter se debe a
esta maravillosa interacción madre e hijo.
El
amor maternal constituye el modelo del amor humano, es aquel que constituye el
valor, más allá del sentimiento y señala la real y verdadera condición humana.
Sin
el cariño de una madre, sin el amor que trasunta y emana de su ser, no
sería posible una constitución digna y valedera del hombre.
Ser
madre es una característica propia y especial de la mujer; más el concepto y la
forma tanto de entenderlo como de ejercerlo está en constante evolución tanto
cultural como socialmente.
Esta
incidencia a veces, trastoca la condición de la mujer, y se ve obligada a
respetar pautas, que a lo mejor no comparte, o que no acepta, o van en contra
de sus ideas.
Pero
la condición de madre esta inmersa en un contexto social y cultural, en un
tiempo y en un espacio, y a veces en espacios muy acotados.
A
pesar de todo es una condición universal, un sentido común a todas aquellas que
física o espiritualmente han elegido la maternidad.
La
fuerza y la tenacidad, aún en la aparente debilidad, que parece imposible, está
en ella aunque no se entienda cómo surge.
La
savia nueva que nutre el corazón, en una simbiosis que fue primero física
dentro de su ser, y después apoteótica y total, durante la existencia.
Porque
es un ser que siempre será madre, a pesar del tiempo, de las angustias, de las
tristezas como de las alegrías.
En el
derrotero de nuestra existencia, está su marca, su señal, en forma de
inspiración, como ayuda, como acicate para continuar a pesar de las
dificultades, como amor entendido en su totalidad y sin límites.
Si
quieres entender la vida, si quieres comprender el amor y la bondad, si deseas
encontrar la belleza, si quieres percibir a Dios, mira a tu madre; sino la
tienes mira a una mujer madre haciendo el trabajo más preciado que nos ha dado
el Creador.
©Elias D. Galati, Argentina
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