NAGASAKI
El 9 de agosto de 1945, tres días después de la
destrucción de Hiroshima, la segunda bomba atómica, Fat Man, cayó sobre la
ciudad japonesa de Nagasaki. Pero Nagasaki no era el blanco original, el
objetivo era la ciudad de Kokura, y hacia allí se dirigió el avión que cargaba
la bomba. Pero el cielo sobre Kokura estaba nublado y el avión sobrevoló la
ciudad durante alrededor de tres horas esperando que se despejara. Finalmente,
como el tiempo no mejoraba, y el combustible se estaba agotando, se dirigió
hacia Nagasaki.
Nadie recuerda el nombre de Kokura.
Kokura está en el noroeste de la prefectura de Fukuoka, U O
en la isla de Kyushu.
En 1933 se construyó un
arsenal,
y desde entonces la ciudad se volvió un punto estratégico.
Y nadie oyó hablar de Kokura,
donde la gente vivió como
hizo siempre,
y los días amanecieron y
terminaron, como siempre,
y el tiempo pasó y la gente nació y murió, como fue siempre.
En 1963 Kokura se fusionó en una nueva ciudad
que se llamó Kitakyushu.
El nombre de Kokura dejó
de figurar en los mapas.
Kitakyushu es ahora un
gran centro de comercio
con más de un millón de habitantes.
Nadie habla hoy de Kokura,
nadie la recuerda,
y, sin embargo, la segunda
bomba atómica,
la que hizo estallar en
pedazos Nagasaki,
no estaba destinada a Nagasaki sino a Kokura.
El avión se llamaba Bock’s Car,
y a bordo viajaba la bomba
de plutonio.
Bock’s Car alzó vuelo el nueve de agosto,
a las cuatro de la mañana
de un amanecer de Tinian,
navegando hacia el Sol.
Alzó vuelo hacia Kokura.
Y voló.
Y voló.
Y voló.
Entre las ocho y las nueve menos diez
dio vueltas sobre
Yakoshima aguardando a sus aviones escolta,
uno de los cuales no llegó
y, sin esperarlo,
siguió vuelo hacia Kokura.
¿Cómo sería ese día,
qué destino tenía en el almanaque del tiempo?
¿Quién decidió que sobre Kokura hubiera nubes bajas?
El avión llegó a las diez menos diez, y voló y voló, en círculos,
esperando que el cielo se despejara.
Ese día, seguramente,
los habitantes de Kokura
habrán mirado el cielo, y dicho,
¡qué día gris sobre el
fondo gris de la guerra!
Algunos habrán dicho:
“aquellas nubes no nos dan tregua,
¿no podrían mostrarnos un poco el sol sobre el fondo gris de la guerra?”
Y por encima de esas nubes,
el Bock’s Car, con una bomba atómica ya lista,
volaba dando vueltas
circulares, esperando que las nubes se abrieran.
¿Cuántos habitantes de
Kokura habrán mirado al cielo
esperando que el cielo se
despejara,
deseando lo mismo que el
piloto?
Pero no,
para tristeza de los
habitantes de Kokura, el tiempo no mejoró
y como el parte
meteorológico no daba esperanzas
ni noticias de un cielo
despejado,
y se empezaba a agotar el
combustible,
el Bock’s Car dejó de dar vueltas en círculo,
y voló y voló hacia
Nagasaki.
Los habitantes de Kokura vivieron porque ese día estaba nublado.
©LEONARDO MOLEDO – Buenos Aires,
Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario