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PEPA, A LOBA
Hacía
tiempo que tenía ganas de contarte algo de Pepa A Loba, uno
de nuestros mitos femeninos más sobresalientes, que aún se debate, como
todos los mitos, entre la leyenda y la realidad; un modo tópico de mezclar
ficción con historia en esta Galicia Única.
Por primera vez escuché hablar del personaje a don Vicente
Risco, tras una de aquellas partidas del Hotel Parque, a
las que yo me arrimaba de la mano de Pepe Corbal, siendo aún un
jovencito de Instituto.
Paseaba por los jardines una muchacha espléndida. De esas que don
Vicente contemplaba sin disimulos. De arriba abajo. Sobre todo
cuando los calores del verano dejaban al descubierto algunos de los bellos
atributos femeninos, a los que las jóvenes ourensanas de la época siempre
sabían sacarle mucho partido:
—- Moi fermosa, pero coidado, debe ser tan
altiva como Pepa A Loba…
Y a cambio de otro café, don Vicente nos
contó la “verdadera historia” de Pepiña, una niña huérfana
nacida a finales del siglo XIX en un lugar llamado Moedo que nadie fue nunca
capaz de ubicar…
—- Pepiña era filla de nai solteira e
quizais dun veterinario violador, o mesmo que voltou a violala na presenza da
neniña. Coma consecuencia de aquil segundo atropello, a nai de Pepiña quedou
preñada e logo morreu de parto…
La realidad dice que Pepiña, la huérfana, llevó a
partir de la muerte de su madre una vida ruin y complicada, ya que se quedó
a cargo de ella una tía suya, Dorinda, de lo más parecido a la
madrasta de Blancanieves.
Pepiña se convirtió en Pepa la
pastora, a los doce años y fue a esa edad cuando se
acrecentó la leyenda.
Contaba Risco:
— Un día, Pepa defendéu
do lobo fero as suas ovellas e, axudada polo seu can, deu morte o animal
que tentaba atacar o rebaño… ¡Así naceu Pepa A Loba! Ainda que o
alcume venlle pola Serra da Loba…
Su tía presume entonces de sobrina valiente, pero Pepiña la
abandona y se va a trabajar en una tienda de ultramarinos, con un hermano
de aquel veterinario que suponía era su padre. Aquel hombre no solo acoge a la
niña bajo su tutela si no que la nombra heredera.
Pero se produce un hecho que cambia, otra vez, toda la vida
de Pepa…
Risco lo contaba así:
—- Aquil veterinario salvaxe matóu o seu
popio irmán, o tío e benefactor de Pepa, para apoderarse dos seus
bens. E, despois dun xuicio amañado, a rapaza foi metida na cadea da que
fuxiría xa feita unha muller e disfrazada coas roupas do cura da prisión…
¡Sempre andaban de por medio os curas!
Lo primero que hace Pepa al salir de la cárcel es
matar a su asesino padre, con ayuda de su perro al que llamaba “Lueiro” y se
convierte en una especie de vengadora que acaba con la vida de todos los
hombres que cometiesen cualquier tipo de crimen, robo o asalto, fuese cual
fuese el escenario del delito.
Don
Vicente Risco, que me regalaría días después un libro que había
publicado en 1952 sobre el personaje, siguió contando…
—- As suas vinganzas tiñan
lugar en toda Galicia. Sábese, porque está documentada a sua
actuación, que matóu a criminais e ladróns no Courel, en Mondoñedo,
en Ourense, en Ribadeo, en Ferrol, en Vilalba…
O que vos dicía, en toda Galicia.
Llegó a pensarse que había en el
país muchas “pepas lobas” porque, por aquel entonces, se extendió entre las mujeres, protagonistas
de cierto movimiento feminista, un dicho:
—- ¡Home morto non fala…!
Para que se acrecentase el mito, las mujeres contaban que Pepa vivía
escondida en sus montes, en la Serra da Loba y
que su fiel perro era su guardián y quien le llevaba el alimento…
La
historia contada a través de medio centenar de publicaciones, más o menos
rigurosas, dicen que Pepa A Loba capitaneó una banda
de mujeres, que se hizo famosa en todo el país por su crueldad y por el
salvajismo de sus venganzas…
Otras referencias, sin embargo, la describen como una mujer de gran valor y
rectitud, no exenta de ternura.
Nadie habla de cómo y en donde murió Pepa a Loba, pero sí
hay quien la relaciona con la Reina Lupa de la tradición
Xacobea, con la villa de Lobeira y con un tesoro que
supuestamente existe en la Torre de Caldaloba,
en Cospeito.
Cuando en los años setenta, en Vigo, se reabre el debate
del feminismo, Pepa a Loba reaparece como el mito
imitable de alguna organización radical, con poco éxito, tanto de afiliación
como de acción.
No hace mucho tiempo, soñé que Pepa A Loba me había
elegido como compañero de lecho… Tal vez porque estuve escuchando un disco de
mis amigos “Heredeiros da Crus”, el primer CD que grabaron y
que se llamaba “A cuadrilla de Pepa A Loba”.
Le preguntara a Risco si era una mujer atractiva y su
respuesta fue…
—- Debía de selo. Porque ós
homes que mataba ven se arrimaban a ela antes de pasar a mellor vida…
Ese mismo verano en Cangas,
los niños se metían con una voluminosa joven que “las tenía más grandes
que Pamela Anderson”. Le llamaban Loba…
Y ella siempre les respondía:
—- ¡Se vos dou un tetaso
desfajovos…!
Me parece que la imagen de aquella joven de Cangas,
con perdón de algunos eruditos, es la que más se aproxima a la de Pepa
A Loba.
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
--
www.carlospenelas.com
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