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POEMA PARA UNA DAMA ILUMINADA
quien lo es todo.
Al atisbar ese horizonte,
amarillo, cálido, mágico
advertido por la apertura
del pimpollo matinal,
ávido por pronunciar esa
sentencia crucial,
cuya llave abre las
puertas de aquel cielo
hoy desgranado por doquier
en nubes blancas.
Allí están a la vista y, a
la vez ocultos,
misterios que todo
Caballero que se precie
desea descifrar
y, aunque la vida le vaya
en ello,
estará dispuesto
a enfrentar monstruos
alados, vampiros y dragones
hazañas para merecer la
atención de la Dama Iluminada
pues, una vez logrado
esto,
y si consigue interesarla
cada día,
cada jornada, en la noche
y la mañana,
habrá de alcanzar la
infinita fuerza espiritual
que quita toda maraña,
impureza o error del sendero
abriendo la entrada al
Inframundo
hasta hallar la enigmática salida
que lo convierte en
verdadero Hombre Trascendente.
Todo esto se consigue por
el sólo y único imperio del Amor
enhebrado de lealtad,
verdad, honradez, honor
y esfuerzo permanentes.
Claridad de miras, mutua
comprensión, pocas palabras.
Entonces
habrán de identificarse
por una sola clave,
aquella que acontece
en el encuentro de las
miradas.
14 de febrero de 2015
©ANTONIO LAS HERAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO Y
ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
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