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SATANÁS, MI VECINO
Vive exactamente frente a mi casa. Lo denuncié tres veces a la Inquisición, sin resultado. El Santo Oficio no puede hacer nada en su contra, pero estoy seguro que me habría mandado a la hoguera si no lo hubiese denunciado.
No puedo vivir en tan escalofriante
compañía. Me siento vigilado a toda hora. Lo veo observándome, lo veo
escuchándome. Si pongo la música que me gusta enseguida atruenan los ruidos
insufribles y los lamentos, que me dan la pauta de lo que deben ser sus
dominios. Y si recibo amigos, él transforma su guarida en aquelarre.
La inquisición nada puede hacer pero
he pedido consejo a mi confesor, y me recomendó que colgara en mi puerta una
cruz, que me vendió a buen precio.
Confiaba, pero ya perdí toda
esperanza, porque acabo de ver en la puerta de este maligno personaje una cruz
igual a la mía.
©JOSÉ ALBERTO CALCAGNI, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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