Imagen de: El espectador
ADVERTENCIA
"El Señor mismo
descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel"...(Tesalonicenses, 4:16-27)
Suavemente reptando en la oscuridad,
un fantasma echó sus semillas en
los sueños...
Entonces una tétrica visión
surgió
en el infausto eco del silencio.
Por estrechas callejuelas intrincadas,
otros trasgos se retorcían inquietos,
a la luz mortecina de las
farolas.
Mi errática mirada fue deslumbrada
por el fulgor de una extraña
luminiscencia
que como un rayo fundió el frío.
Entonces, bajo la luz iridiscente,
vi multitud de personas
gritando sin palabras
gesticulando sin hablar,
oyendo sin escuchar,
el eco del silencio,
que irracionalmente como un cáncer
crecía...
De pronto, en la niebla
nocturnal,
igual que lluvia cayendo sobre el
mar,
una voz se derramó en la multitud,
retumbando en las fosas del silencio:
"Atiendan, oh, necios, mi mensaje
para que pueda salvaros".
Entonces la gente se inclinó
frente al espectro sin nombre,
que como un mantra pronunciaba
los versos de los grafitis
estampados en los tapiales,
las palabras de los muros olvidados
o las de la oscura boca del subte...
De pronto, todos aullaron
contritos, aclamando la voz
de la Verdad Verdadera,
en el eco del silencio
©LIANA
FRIEDRICH, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO
ARGENTINA
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