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SOÑADOR
Un soñador es aquel que se acurruca en medio de la oscuridad a observar las estrellas, que tiembla ante un terremoto inexistente, que oye el aleteo de los pétalos de las magnolias, que reclina su cabeza y se “adormece” pensando en aquella vez, que su pecho supo arrullar el llanto de la persona amada.
Un soñador es el que no cree en los olvidos
porque siempre existe un deseo o un sabor que hace recordar. El que sus ganas
de acostarse y rodar entre la hierba, es incontrolable, girar su cuerpo
hasta suspender el parpadeo, y arrancar una lágrima de solo pensar en la vida.
Un soñador es la perfecta armonía entre la noche y el día, el que ve como se
esconde muy tímida una flor para volver asomar con el sol, él la espera y no quiere ignorar que sucede
mientras los pétalos duermen.
El soñador mira el mar y se sienta en
la playa, y sueña, sueña con las olas que lo mojan y que saben a sal, no se
interna en él, sólo observa. Un soñador escribe con la mirada, dibuja con sus
lagrimas y ríe con lo que ve, danzas de mariposas, hojas secas o eternamente
verdes, de pronto las pinta de azul, y escucha que dialogan, y se le ocurre que
esa es su música, el chistido de la lechuza, el croar de las ranas o el canto
libre del zorzal.
El soñador vive. Hace que el lucero
baje a su tierra. Se convierte en roble ante una pena. El soñador convierte
todo lo que soñó en realidad. Un soñador ama, ama. Es feliz.
©NORMA MORELL, poeta y escritora argentina
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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