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sábado, 5 de septiembre de 2020

HACIA LA VERDAD, Néstor Adrián Escudero, Santa Fe, Argentina

 Las 10 mayores pandemias de la Humanidad (y cómo se resolvieron) | El Correo

HACIA LA VERDAD 

“El hombre ha olvidado que la naturaleza nunca perdona” (A. Carrel)

Advierte el filósofo Elías Galati en su artículo precedente "Pandemia: la verdad". Y con certeza opino, en tal sentido, que hace bastante el hombre viene jugando a ser un dios de barro, e inclinando su testa ante el Poderoso Caballero Don Dinero. 

Este medio que, como todo instrumento puede ser malo o bueno conforme sus fines y empleo, constituye hoy más que nunca para el Mundo y sus Poderosos (que no tienen patria ni pasaporte: solo la codicia de un corazón desalmado), un instrumento satánico: el dinero y las transacciones non sanctas a que da lugar financieramente, se erige como la espada del Príncipe de este Mundo,  Príncipe del Caos y la Mentira, y por algo separado de la bondad divina al igual que quien venalmente la porta: "No se puede servir a dos señores... No se puede servir a Dios y al dinero", expresó evangélica y enfáticamente Nuestro Señor Jesucristo. 

Y ese dinero no solo ha descentrado al Orden Natural de las cosas y en forma indirecta por el uso inadecuado de los recursos ecosistémicos del Planeta Azul, sino que, a través de los recursos volcados a los avances de la bio ingeniería o  ingeniería genética (otro instrumento que conforme su uso será malo o bueno en la relación causa-efecto o Misterio del Círculo), puede ahora fabricar artificialmente genomas de bacterias y virus con el propósito loable, en algunos casos, de prevenir mediante vacunas anticipadas, la propagación de ciertas especies pandémicas para las que el hombre todavía no ha desarrollado los debidos anticuerpos. 

Pero no es este el caso del COVID19 y la sospechosa advertencia de hace 5 años atrás de un tal B. Gates, uno de los más poderosos accionistas de empresas vinculadas a laboratorios medicinales. Un virus que se desarrollaba con la anuencia de las Grandes Potencias y los Grupos de Poder que aspiran a conformar un Nuevo Orden Mundial; y que se producía en secreto (cuando algo que se procura para hacer el bien a la gente se promociona desde el primer instante), y que luego del accidente producido en uno de los laboratorios chinos encargados de su producción controlada, obligó al Gobierno a declarar el tema como de "seguridad nacional", filtrando de este modo la posibilidad de que lo que en realidad se estaba desarrollando era un arma biológica, destinada a diezmar la incontrolable población mundial a cifras compatibles con el Alcance de Dominio de las Potencias involucradas en su investigación y desarrollo. 

Y que son las mismas que ahora aparecen elaborando vacunas (a ser probadas en los cobayos de los Países del Tercer Mundo de América, África y Asia), y de cuya peligrosidad había "advertido" también Mister Gates, como un zorro dentro del gallinero y magnate corrupto disfrazado de filántropo de la Humanidad (ojalá pudieran preguntarle nuevamente a Steve Jobs -1955/2011, qué clase de persona era este ladrón y plagiario de ideas que montó Microsoft sobre la base de los ingenios de Apple y su revolucionario microprocesador electrónico Macintosh classic), saliendo otra vez a "dar aviso" y recientemente (como lo hiciera en el 2015 para sus secuaces directos, advirtiéndoles que la Tercera Guerra por los recursos del Mundo no sería con misiles -lo que sería prender espirales entre mosquitos- sino por medio de un virus letal y de las características del ahora famoso COVID19), de que habría millones de muertos con la aplicación de las vacunas que se estarían produciendo, afectando en especial a las personas de la tercera edad, sector, oh casualidad también, que serían los primeros "beneficiados" y destinatarios de dichas vacunas desarticuladoras del ADN todo de la persona inyectada.

Aunque inútilmente creo, escribí un artículo allá por abril 2020 (y recogido por varios medios serios culturales a nivel hispanoamericano), esto es, al mes de comenzada la cuarentena pandémica COVID 19 (hoy "aislamiento preventivo"; en otros lugares, "estado de sitio"), y denunciando que, entre sus cuatro o cinco fines inconfesables, era posible conjeturar como objetivo primordial la de provocar, en un plazo mediato, un verdadero genocio pandémico; ello, con el "humanitario" acuerdo de la OMS (cuyo accionista principal es el inversor financiero húngaro y ateo, George Soros -N. 1930-) y sectores vinculados al NOM tributarios de las grandes compañías ligadas, entre otros, al tema epidemiológico en el mundo. 

Hasta un Premio Nobel japonés experto en la cuestión denunció las irregularidades del caso; un caso que ningún Organismo Mundial ni MsCSs han intentado, con probidad e insistencia, develar a sus responsables y objetivos dominantes. Por el contrario, lo que existe es un silencio total acerca de nombrar por ejemplo a un Comité Mundial encargado de investigar -en el lugar de los hechos- por qué el hombre, jugando otra vez a un dios de barro, abrió de nuevo la Caja de Pandora. Nadie investiga. Y los que desean hacerlo son bastardeados o directamente eliminados, como lo fueran en China los médicos que estaban al frente de la investigación inmunológica abortada por la fuga accidental del terrorífico virus del Mal Coronado. 

Pero como a veces lo que abunda no daña, me permito reenviarles el mencionado artículo, donde traslado el cargo de la prueba a los Poderosos del Mundo. Y si he hablado mal digan cuál ha sido, sociopolítica y científicamente, mi error, y en qué me he equivocado. Pero si he hablado bien, ¿por qué desean asfixiarme con un barbijo y el oxígeno ya contaminado corporalmente como dióxido de carbono al que debo eliminar y exhalar por la boca, luego de inspirar oxígeno normal por la nariz y proveer de esta forma respiratoria al cuerpo, el aire nuevo que mis pulmones necesitan para estar vivos? ¿Por qué debo dejar de respirar empleando el diafragma y corriendo riesgos de aumento de la presión cardíaca y agrediendo al sistema nervioso parasimpático? Varios países asiáticos (otra casualidad, que es de donde deviene el virus en cuestión), están "acostumbrados" a emplear el barbijo a causa de la contaminación ambiental.   

Pues si el hombre no agrediera al Orden Natural, el barbijo no sería necesario. Si el hombre manejara con cuidado sus medios de movilidad, no habría necesidad de cinturones. Si el hombre no desafiara las leyes de la física volando aviones civiles y de guerra,  o aumentando peligrosamente la velocidad de los distintos medios de locomoción que ha inventado como signo de confort y progreso "inteligente", no serían necesarios semáforos, bocinas, sirenas, paracaídas, salvavidas, etc., etc. 

Son placebos. Placebos que intentan distraernos para cloroformar nuestras conciencias en nombre de la seguridad individual o colectiva, y desviarnos de los verdaderos valores y de las verdaderas responsabilidades que tenemos con Dios, la Naturaleza y nuestro prójimo, en un Mundo hedónico, materialista y consumista, donde vale todo ha sustituido al respeto, la decencia y el derecho, y el fin justifica los medios. Y Don Dinero siempre presente, status quo mediante (vanidades, avaricias, codicias, peculados, coimas, malversaciones, etc., etc.).


©ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO, poeta y escritor argentino

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA

 

 

 

 

 


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