CRISTÓBAL COLÓN, MI PAISANO
MARTES, ABRIL 09, 2024
In Nomine Domini Nostri Jesu Christi
Los
lectores cambian, se olvidan, no prestan atención. Los lectores, al menos los
míos, suelen creer que todo es humor. Sé, estimado leedor, que manejo la ironía
y a veces - no pocas - lo sarcástico. Pero escribí en más de una oportunidad
sobre nuestro Cristóbal Colón. Odiado por peronistas, señoritos populistas de
izquierda postmoderna y gente de poco saber. Es decir, ignorantes sin medida.
Pues bien, debo recordarles algo de lo que estudié, analicé y escribí hace
mucho tiempo. Palmas. Y a recoger el guante.
"Porque, cristianísimos y muy altos y muy excelentes y muy poderosos
Príncipes, Rey y Reina de las Españas y de las islas de la mar, Nuestros
Señores, este presente año de 1492, después de Vuestras Altezas haber dado fin
a la guerra de los moros que reinaban en Europa y haber acabado la guerra en la
muy grande ciudad de Granada, adonde este presente año a dos días del mes de
enero por fuerza de armas vi poner las banderas reales de Vuestras Altezas en
las torres de la Alhambra, que es la fortaleza de la dicha ciudad y vi salir al
rey moro a las puertas de la ciudad y besar las reales manos de Vuestras
Altezas y del Príncipe mi Señor..."
Se sabe que Colón no hablaba italiano a pesar de haber vivido en Génova hasta
los 24 años. De hecho las referencias sobre su origen genovés son casi
inexistentes. También se dice que tenía modales portugueses, lo que puede
significar gallegos.
La esfericidad de la Tierra ya estaba en el Corán. Hay versos sumamente
elocuentes. Alfraganus, setecientos años antes de la llegada de Colón a América
– siglo IX, Jalifato de Al-Mahmún – señaló en su célebre teorema que la medida
correcta de la Tierra era de cincuenta millas y dos tercios por grado.
Collón, en gallego es testículo. Para ser didácticos: cada una de las dos
glándulas ovoideas que segregan el semen y están contenidas en las dos
cavidades del escroto. Según se dice era su verdadero apellido y está anotado
en una iglesia de Pontevedra. Tiempo después, alguien tachó una “l” y quedó
Colón. También se dijo que era judío converso, catalán, mallorquín, castellano,
extremeño, corso…
“¿Qué le pasa, Penelas?”, preguntará el retrógrado del boticario. Pues bien,
que vamos a recorrer con un poco de humor algunas voces, textos y fuentes.
Recordemos, al pasar, que como dijo Woody Allen, “hay que trabajar ocho horas y
dormir ocho horas , pero no las mismas”.
El investigador y escritor Guillermo García de la Riega, bisnieto del
historiador Celso García de la Riega (el primer impulsor de la tesis de que
Colón era gallego), subrayó que las pruebas son tan evidentes que «la historia
no permitiría tantas casualidades» y fundamenta su postura en tres pilares: la
documentación de los siglos XV y XVI que muestran el acta notarial de la venta
de la finca de A Puntada de Poio que supuestamente fue la casa de Colón en
Pontevedra, la toponimia de los accidentes geográficos que descubrió el
navegante (tales como Punta Lanzada, San Salvador o las alusiones a las
cofradías pontevedresas para nombrar al Puerto de San Nicolás, el Cabo San
Miguel o las islas Catalina y San Juan Bautista) y, por último, el lenguaje
utilizado por Colón en el que aparecen «numerosos vocablos gallegos».
Se sabe que nuestro querido Almirante no hablaba italiano a pesar de haber
vivido en Génova hasta los veinticuatro años. De hecho las referencias sobre su
origen genovés son casi inexistentes. Se dice que tenía modales portugueses, lo
cual puede significar gallegos. No hay que olvidar que una carabela, la Santa
María, se la bautizó en principio “La Gallega”. (¿Qué dirá ante estos paupérrimos
y conocidos datos mi amigo el historiador? Estará una furia. Le recordaría que
“el eco siempre dice la última palabra”.)
Celso García, pontevedrés, pronunció una conferencia en la Sociedad Geográfica
de Madrid en 1898, año del nacimiento de mi padre. En ella dio a conocer cierta
documentación de los siglos XV y XVI. Causó un gran alboroto al afirmar la
galleguidad del genovés. Poco tiempo después se afirmó que los documentos
estaban manipulados. Pero en 1964, la profesora Rodríguez Solano estableció que
no existió tal falsificación en los documentos de Pontevedra. Y se volvió a la
carga. No es casual que Alejo Carpentier haya escrito una novela desopilante
sobre la vida de este navegante misterioso. En El arpa y la sombra el
mundo mágico-primitivo de universal comunión, el drama social y filosófico del
hombre moderno, concebido dentro del ámbito de la mitología americana.
En 1923, en La Habana, Enrique Zas publicó un ensayo: Galicia, patria
de Colón. Pone como ejemplo algo que no lo tomará por tal Menéndez Pidal.
Zas habla de las muchas palabras en gallego que el almirante escribió en su
diario: pardetas, a la corda, pardeles, toniñas, etc. Recordemos a
don Ramón Menéndez Pidal, coruñes, que publicó en 1942, La lengua de
Colón, libro de consulta en mis años de estudiante en el Profesorado en
Letras. Me acuerdo la colección: Austral, de Espasa. Aún está en mi
biblioteca. Luego vendrá la polémica de Francisco Romero de Lema en La
lengua de Cristóbal Colón, publicado en 1969. Como ves, mi querido e
hipócrita amigo, todo es confuso. Pero la ciencia sigue su curso y sabemos a
dónde vamos.
Será Alfonso Philippot, vigués, capitán de La Marina Civil quien en 1991
publica La identidad de Cristóbal Colón donde concluye que
Colón y Pedro Madruga son la misma persona, hijo natural (¡cuando no!) del
conde de Sotomayor. El silencio será una razón de Estado. Siempre las razones
de Estado terminan en el silencio.
A la tesis de que Colón era gallego dieron su apoyo la condesa de Pardo Bazán,
Suárez Picallo, Eduardo Pondal, Castelao, Ramón Cabanillas, entre otros.
«Yo , porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que
mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza,
les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que
se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron
mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla." ( 11 de octubre
de 1492)
Roland Barthes creía que la efusión sentimental resulta inexpresable. Tal vez
la vida de nuestro descubridor sea eso. Se dice que fue avaro, megalómano,
sionista. Para algunos historiadores el legendario almirante chino, Zheng He,
descubrió América siete décadas antes que Colón. Éste descubrió sus mapas y lo
calló. Por eso llegó a nuestras playas. Más allá de todo recomiendo leer sus
diarios de navegación. Un universo.
Buenos Aires, 8 de agosto de 2024
CARLOS PENELAS, Buenos Aires, Argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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