ADIOS POETA
Adiós poeta, pero no adiós a tus versos
porque acompañarán mis propios versos y mis propias
noches.
Adiós poeta, pero no adiós al poema.
La lírica con su oda y tristeza, aunque son opuestas,
traen al valle de nuestras vidas
una lágrima perdida en la mejilla,
un invierno que ha olvidado el frío
y se ha esperanzado en la inmortal alegría.
Adiós bisoño poeta,
adiós infinito Borges, pero no adiós a tu Fervor de Buenos
Aires;
adiós pensativo Aristóteles, pero no adiós a tus Diálogos con
Dios;
adiós hidalgo Cervantes, pero no adiós a la aventura;
adiós incomprendido Vallejo, pero no adiós a tus Poemas
Humanos;
adiós tierna Mistral, pero no adiós a tu Adiós;
adiós Amado Nervo, pero no adiós a tu Deidad;
adiós a todos los buenos poetas que La Divinidad nos
concedió, el primero y el séptimo día.
Si no hubiera un adiós, no habría poema ni poesía.
Adiós poeta, pero no adiós a tu alma,
pues entre tus páginas no está la palabra despedida.
Adiós, hombre sensible al tiempo y a la vida,
adiós creador de líneas llamadas versos
que relatan la vida de otros en tu misma vida.
Adiós recordado Guillermo, pero no adiós a tu Impronta,
y nunca adiós a tu poesía.
Tú, sin poema desde la eternidad hasta hoy, no vivirías.
GUILLERMO FERNÁNDEZ DEL CARPIO, Arequipa, Perú
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
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