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sábado, 2 de septiembre de 2023

“EL CASO” DIÁLOGOS APÓCRIFOS (XLIX) - César Tamborini Duca, León, España

 



“EL CASO”

DIÁLOGOS APÓCRIFOS (XLIX)

 

-¿Qué estás pensando, César?

-Que no es lo mismo igualdad que igual.

-No sé qué querés decir

-Mi opinión: que debe haber igualdad de oportunidades, en el trabajo, en política (resumiendo, en cualquier actividad) y mismo sueldo por igual desempeño; pero que la mujer y el varón no son iguales, ni anatómica ni fisiológicamente. Y hasta me aventuro que emocionalmente somos distintos, dicho esto último sin absoluto convencimiento de mi parte. (Que prime la verdad).

-Es razonable lo que decís y tal vez eso mismo pensamos muchas personas; pero estarás pensando en algo más ¿verdad?

-Más que pensar, sueño. Sueño con el tango que dice “En un beso la vida, / y en tus labios la muerte” ¿no te parece apto para EL CASO?

-Ya imagino cuál es “el caso”: ‘el rubio’ Rubiales.

-Sí Santiago, pero no para apostrofar, no para desgañitarme, no para rasgarme las vestiduras sino para invocar cordura ¿vos qué opinás?

-Que se ha magnificado tanto que solo falta una declaración del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas; desde un principio aprecié ese nimio incidente como desencadenante de una cascada de improperios de parte de los medios, los políticos, las organizaciones ‘cívicas’ y hasta la abuela que mira la tele ¿acaso vos justificás al “rubio”?

-De ninguna manera querido amigo. Que quede bien clara mi posición: la actitud del rubio no fue correcta. Pero lo más reprochable a mi modo de ver no fue “el beso” y es lo que anatemizan todos, sino el gesto obsceno en la tribuna. Pero de ahí al espectacular despliegue de información, improperios, declaraciones… en fin, un exceso por un beso que no sabemos si fue consentido, que no fue en la boca como se apresuraron a decir algunos, sino en los labios; que no es mucosa, como sería en la boca pero se habla sin ton ni son… pero a lo que iba, porque el problema para “el rubio” es al mismo tiempo el problema para Jenny; o peor.

-A ver César dónde querés llegar porque estoy barruntando que pensamos igual, no veo diferencia entre el contacto leve entre labio y labio (y hay muchos nonos que lo hacen con sus nietos aunque a mí no me agrada), o entre labio y mejilla, porque entonces ¿tampoco se podría dar un beso en la mejilla por temor te acusen de agresión sexual, como escuchamos decir en la tele?

-En primer lugar (y ya que el caso requiere contemplar dos o tres aspectos) empecemos por una suposición. Supongamos “el rubio” besa a Jenny en los labios y nadie se escandaliza, es decir nadie tira la primera piedra ¿no habría quedado como una anécdota?

-Creo que tenés razón. Además, sin tanta alharaca, desde las instancias superiores del deporte se le debía reprochar su actitud de manera privada, por una actitud hasta cierto punto comprensible (ojo, no justificable) en el marco de un escenario emocional de festejo por un triunfo importantísimo para esa rama del deporte. Pero ¿a qué otros aspectos te referís?

-Que a tenor de todas las manifestaciones, ni los periodistas, ni los políticos, ni las organizaciones civiles, ni personalmente muchos deportistas (creo que una excepción fue Luis Enrique) tienen la mínima idea de psicología.

-Barrunto donde se dirige tu pensamiento, pues yo también lo analizo desde el punto de vista psicológico y me pregunto ¿todo este espectáculo, este circo, es bueno, es positivo para la chica?

-Diste en el clavo, Santiago. Volvamos al punto de partida: no aceptamos el acto del “rubio” pero ¿le están haciendo un favor a la jugadora?

-Personalmente creo que le están arruinando la vida. Cuando debería estar orgullosa por el logro, cuando debería estar despreocupada y feliz festejando con sus compañeras, tendrá a cambio un enjambre de periodistas dispuestos al acoso y seguramente en aledaños a su casa (padres y hermanos también sufrirán por esto). Recibirá cientos o miles de mensajes para que EL CASO no se le olvide y hasta tendrá -lo veremos al tiempo- que acudir a la Justicia a testimoniar ¿alguien se pone en su lugar? Vamos Cuca Gamarra, vamos Yolanda Díaz, pidan al Juez acudir en el lugar de la chica.

-Muy buen análisis amigo, exactamente es lo que pienso, que a Jenny le están trastornando la vida, gente incapaz de detenerse un instante a pensar en lugar de dejarse arrastrar por la corriente descontrolada. Tal como se pusieron las cosas debemos cuidarnos mucho: ya no podré besar en la mejilla como muestra de afecto a una doctora en la cita médica, y recuerdo que eso mismo hacían conmigo algunas mujeres en mi clínica dental ¡menos mal que ya me jubilé!

-César, agradecé que las leyes no pueden ser retroactivas (hasta ahora por lo menos): te acusarían de acoso sexual por dar o recibir un beso en prueba de afecto y gratitud.

-Fijate otra cosa Santiago, que yo creía que lo del sexo tenía otra singularidad ¡como los “agujeros negros”!, vamos. Una reflexión final?

-Que a Jenny le hacen bastante mal con todo este acoso, que la dejen en paz y que pueda volver a ser una joven feliz. Y al “rubio” -empleando un característico adjetivo argentino- que otra vez no sea tan boludo. Además rememora en partidos de fútbol cuando se cambia a un jugador y el entrenador da una palmada en el culo (al que entra o al que sale) ¿cómo calificarlo?

-Fantástico final amigo. Hoy el brandy es para brindar por Jenny, por todo su equipo que logró la consagración y porque el deporte sea solo eso para tener “mens sana in corpore sano”.

 

Colofón

En Argentina, hace más de 100 años hubo una disposición policial penalizando aquellos que se dirigieran a una mujer diciendo un piropo: multa de 50 pesos


CÉSAR TAMBORINI DUCA, León, España

MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


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