EL AMOR
(Sabía que existías amor
te había visto en sueños)
sabía
tres señales indicarían la
cercanía de tu presencia
la primera
(amor)
bajaría de la montaña en
la
figura de un suicida
monje negro quien me
enseñaría las tres leyes
del
dolor
la segunda
(amor)
llegaría oculta en el velo
nupcial de una albina de
ojos
dorados
quien me enseñaría el
lenguaje
críptico del gozo
la tercera señal
(amor)
me sería enseñada por mI
misma en el fondo de mi
mirada reflejada por el
sol
en el tercer vértice del
espejo
de las tres puntas
te confieso
(amor)
que te temía
creía que el amor era una
vigilia
constante
atroz
un llanto mudo
un eterno perder y
perderse
un continuo ritual de
abandonos
un beber hasta el fondo la
hiel
del naufragio
un sentir violento el
desamparo de la traición
la muerte en vida del
desamor
hoy que te conozco
(amor)
sé que el amor es una
interminable sed del otro
una voracidad saciada
en la llama de la ternura
iluminando oscuros
senderos
peligros
y acantilados
es beber
la sagrada copa-miel
de las caricias
el regocijo de los
encuentros
el sumergirse profundo en
las
ocultas aguas del placer
es el poseer entre los
puños el
Absoluto de la Fortaleza
la Verdad y el Triunfo
te reconocí
(amor)
en el alma diamante
fuego respiración y
aliento
luminoso
quien me reveló mi vida
escondida
en mí y me dio las fuerzas
para
matar al celoso carcelero
de
las pesadillas
te reconocí
(amor)
en el alma diamante
octavo rehén de la puerta
nueve
quien me atrapó en su
mirada-
piel-corteza para que yo
con mis manos
hacedoras de aire y fuego
la atravesara y tocara
la grandeza de su corazón
te reconocí
(amor)
en el alma diamante
bienaventurado quien me
atrajo como un vértigo
a la luz originaria de su
vida
arrancándome de la tierra
y
mostrándome la inmensidad
del orden divino
(Sabía que existías amor
te había visto en sueños)
©MÓNICA GÓMEZ CONTRERAS, Chile
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