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CUENTOS SIN VUELTAS DE HOJA
EN
AQUELLA CASA
En aquella casa todo era brilloso.
En aquella casa la yerba y sus infusiones estaban prohibidas. En aquella casa
nadie jugaba al ajedrez. En aquella casa, su dueño había adiestrado a un doberman,
de tal manera… que toda vez que oía la palabra “mate”, obedecía.
LO QUE DIOS QUIERA
Reflexionaba
sobre la impuntualidad del remordimiento, la indiferencia del tiempo y la
eternidad del plástico… con el comodín del azar en la manga.
EL PINTOR
Cansado
de que rechazaran sus cuadros decidió exponer por su cuenta y tituló a la
muestra: “Pinturas en tela de juicio”.
VECINOS
Ella vivía en el quinto piso. Él, en
el tercero. Al encontrarse a solas en el cuarto... se acostaron.
ARITMOMANÍA
A su primer hijo, como correspondía,
lo llamó Primo.
Al
segundo, Segundo. Al tercero, Tercio.
El
problema fue con el cuarto. Como no hallaba el nombre apropiado, lo llamó Marco
(después de todo un marco tiene cuatro lados, pensó).
El
quinto fue Quintín. El sexto Sixto. Y el séptimo (el “lobizón”) Septimio.
Fue
entonces cuando Octavia, su mujer, le confesó que el verdadero padre de sus
siete hijos… era el Nono.
LA GUILLOTINA DEL PÁRPADO
Evitaba parpadear
para no echarla de menos.
Dejó de hacerlo y ella ya no estaba.
ABANDONO
No
se sacaba el pijama ni para ir a dormir.
EL COLMO
Era
siniestro, zurdo, comunista y cardíaco.
DEFORMACIÓN
PROFESIONAL
Era profesor de castellano y
estudiante de medicina.
Una
mañana, frente a la cama de un enfermo, reflexionaba: - La coma es una pausa en
la oración, y el coma, es también una pausa... pero seguida de una oración.
CATALEPSIA
Cuando despertó, creyó escuchar que
alguien le preguntaba a sus familiares: ¿Crema… o chocolate?
SUS ÚLTIMAS PALABRAS
Perdón señor ¿la estación
del tren?
SOLITARIO Y SOLIDARIO
Aunque era un hombre
solitario, su soledad era como la del dedo pulgar, la que no le impedía formar
parte de la mano y darse siempre a los demás.
EL CUENTO MÁS BREVE DEL MUNDO
Quería ser el autor del cuento más
breve del mundo. Era su obsesión. Fue entonces cuando escribió O... y
lo tituló "Alternativa".
No conforme, pensó en escribir otro
mucho más breve, tan breve que le permitiese prescindir hasta de las palabras.
Se quedó en la intención y lo logró.
©LUIS ALPOSTA, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO Y ASESOR CULTURAL DE ASOLAPO ARGENTINA
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