PAPÁ NOEL Y LOS REYES MAGOS
(Nota de opinión)
Se me ocurre que esto representa
algo así como un sentimiento de infracción de los padres para con los hijos y
que manifiestan así la necesidad de pedirles disculpas por la carga que le
impusieron al haberlos traído al mundo. Un sentimiento de culpa, digo yo. No
se, de que sirve entonces?
He visto en casi todos los
hogares el afán de comprar, de consumir, de gastar para que el señor Noel llene
sus bolsillos flacos después de un año de miserias.
He visto desde hace mucho tiempo
la indiferencia de generaciones de niños hastiados, parece ser, de tamaña
tontería de los adultos que, de paso, regodea al comercio de lo que venga. El
asunto es vender y comprar “algo”
Para el niño de esta época, todo
este asunto es como un instante de luz que…al toque, pierde la energía y el
“foquito” se apaga.
Pequeños monstruos insaciables.
Reciben un juguete y a los pocos minutos ya no juegan más con el. Ha pasado la
euforia de la novedad. Fueron segundos, si. Al otro día, el trasto pasa a
formar parte del inmenso cementerio de chatarra jugueteril y deambula por la
casa hasta ponerse viejo, hasta perder el alma, y agonice en el olvido sin
haber sido de utilidad alguna.
Nosotros, los adultos (?), cuando
niños, adorábamos nuestros juguetes y por ende, jugábamos con ellos. En aquella
inocente fantasía los cambiábamos de colores, de olores, de formas.
Hoy, después de tantos años, aún
recuerdo el olor y los colores de las bolitas de vidrio (canicas de lujo) que
un cinco de enero por la noche, dejaron en mi casa!
Fantasías de pibes!
Hacíamos juguetes con maderas de
algún cajón de manzana, que le hurtábamos a la despensa de la vieja, dejando
los cacharros que allí guardaba desparramados por el piso. Los mejores modelos
de autos y camiones salían de aquel taller de los sueños. Les poníamos ruedas
groseramente cortadas de los palos de escoba que, muchas veces, al clavarlas
sobre el eje, del mismo material, se partían rompiendo nuestras ilusiones pero
no nuestra voluntad.
Recuerdo cuando los reyes magos
me dejaron la bolsita de canicas de vidrio. ¡Qué tesoro, mi Dios! Me habían
traído las joyas más hermosas del universo! Y cómo las cuidaba! ¡Cuidadito con
jugar al chanta cuatro con esas!!!
¡Para eso se usaban las de mármol! Te acordás?
Alguna vez, mi padre me decía que
los reyes me iban a traer una herramienta para trabajar, para que supiera lo
que era ganarse el sustento, o algún tipo de útil para la escuela, así tendría
más posibilidad de hacerme un hombre con buena educación.
Ayer me enteré que hay padres que
agreden a los maestros que ponen malas notas a sus hijos. –“¡Mi hijo es el
mejor de la escuela!” –“¡Que nadie me lo toque al nene!!!” –“¡Es un santo mi
hijo!” y aparece un "batatón" con aretes por toda la cara y tatuajes del Ché
Guevara en los hombros. Que intelectuales los nenes… Sus hijos… ¡pequeños monstruos!
Hasta conozco maestros que no
aplazan a los alumnos porque de esa manera, el próximo año no lidiaran con
ellos. También se de padres que en connivencia con las directoras/es del
colegio, acuerdan la aprobación del grado!
Es por eso que ahora a nada se le
da el valor que merece. Así también son los afectos. Sólo un rato. Después, se
corre en busca de otra simpatía porque esta que tenía se puso vieja, no sirve
más. Se ha perdido el interés que quizá nunca tuvo.
Yo conocí al Sr papá Noel cuando
ya tenía mucho más de veinte años. Por aquel entonces, sólo estábamos al tanto
de los famosos reyes magos. Recuerdo ahora los versos de Gagliardi: “Si no te portás bien/ les digo a los reyes
magos/ que te dejen sin regalo/ y te quedás sin el tren” Te aseguro que la
semana anterior al seis de enero, hasta le pelábamos las papas a la vieja y le
lavábamos los platos por la noche.
Hoy, al caer la tarde de la vida
me pregunto: ¿Los niños pobres también reciben a papá Noel? Los niños de la franja
de Gaza, esperarán algún juguete este año, o papá Noel por allí no pasa? Claro,
reflexiono, puede que su trineo sólo sirva para la nieve y no actúe por los
arenales del desierto o que sus renos se asusten por el ruido de las bombas de
la guerra. ¿Pasará por las campiñas de la vieja y desmembrada Yugoslavia?
¿Andará por nuestro Jujuy donde un cura recibió pedradas y un balazo por bregar
en pos de un pedazo de pan o una moneda más para los comedores escolares?
Yo sé que muchos me van a decir:
-“Pero yo no tengo la culpa, es problema del estado que no los mantiene ni los
ayuda” ¡Sí que tenés la culpa! Sabés por
qué?! Porque has contribuido a crear una generación sin alma, sin sentimientos,
sin solidaridad. Con egoísmo, sin piel ni corazón.
Esa generación en la que ahora
muchos, cometen la mala praxis, el prevaricato, el cohecho, permiten la
impunidad, no aplican las leyes,
dejando a los violadores y a los
asesinos en libertad, son corruptos, etc etc. Cómo no voy a llorar
por: la deserción escolar, el alcoholismo,
la drogadicción, el desprecio
por la vida del otro, la falta de respeto, la muerte de las instituciones, etc, etc.
Todo eso se está difundiendo con
el consumismo estúpido. ¿No se dan cuenta del mal que están produciendo con los
niños al consentirlos tanto?
Hoy: el desprecio a un juguete,
mañana: el desprecio a la vida. Total, todo es tan efímero que no vale la pena
preocuparse. Vendrá otro día y habrá otra cosa para jugar.
©Norberto Pannone, poeta y escritor argentino
... y ni se te ocurre ver una película entre octubre y fines de enero, que todos son elfos y tonterías romanticonas holliwoodienses. En febrero, más de lo mismo, pero sin el mítico payaso barbudo, porque es tiempo de san valentín y de seguir gastando, para seguir tirando, lo que otros recogerán de la basura.
ResponderEliminarTambién se puede apagar la tele y mirar por la ventana.