EL PENSAMIENTO Y LA CULTURA DE LA ESPECIE.
El
pensamiento es una experiencia del orden de las ideas, que surge a partir de la
sucesión de procesos simbólicos.
No
puede partir de la nada, su génesis se produce cuando la mente se excita por
estímulos exteriores, y a partir de ese movimiento, el hombre piensa.
Es
un mecanismo ingenuo, ignorado en su primera condición, que permite
simbólicamente no sólo conocer la realidad, sino afianzar el yo, distinguir el
ser, uno mismo, de todo lo que lo rodea. Generando ideas por las que aprende
que los estímulos son movimientos, sonidos, luminosidades de las cosas y de los
seres, que excitan al ser y lo estimulan, el cual con los rudimentarios
elementos que posee, desde su yo, obra en consecuencia.
Por
lo tanto en la concreción del pensamiento es necesario un ser que exista en una
comunidad, que reciba la expresión y la cultura de la especie, a través de la
cual se generará su persona, sus ideas y actuará en la vida.
Las
ideas son los símbolos que produce el pensamiento, y constituyen una
recomposición de aquello que lo estimula, desde sí, lo que logrará con el
tiempo la recomposición de sí mismo, generando el símbolo o la idea del yo.
Los
primeros estímulos son el movimiento, la luz y el sonido, y ante ellos
reacciona el individuo, y va gestando su modo de ver y comprender la
existencia.
Desde
la psicología se entiende el pensamiento como una experiencia cognoscitiva que
lo diferencia de la experiencia sensible y volitiva, es decir del sentimiento y
de la acción.
Pensar
es un curso de ideas determinadas, de carácter sensible, iniciado por un
problema o tarea y que lleva a una conclusión.
Para
la filosofía es todo lo que sucede en nosotros de modo que lo percibimos
inmediatamente.
El
pensamiento es el paradigma de la especie, aunque sucede en el interior de cada
individuo, es un hecho social, ya que cuando comienza a pensar, el ser ya tiene
en sí el bagaje de la comunidad, la cultura de la estirpe humana, la tradición
de su raza.
De
allí se genera la idea, que es una experiencia que no se debe directamente a
estimulación sensorial, sino que es un complejo mental compuesto de imágenes,
que tiene función simbólica o representativa.
Para
la filosofía la idea es el objeto del pensamiento humano.
Para
Descartes es la forma de un pensamiento por cuya inmediata percepción tengo
conocimiento de él.
Pero
ese pensamiento es posible en el ser, luego de ser estimulado por la realidad
circundante y en especial por los miembros de su grupo habitual, que son
quienes forman la impronta del ser.
Es
decir que lo primigenio, lo primero y principal, lo más íntimo y peculiar del
ser, no es propio, es compartido con el estímulo exterior, con los otros y con
su hábitat.
Como
es posible entonces sostener la individualidad exclusiva, como creer que el
hombre puede ser sacado del contexto social y detentar su condición de
hombre.
El
Robinson es una alteración a la normalidad, es una situación excepcional que
busca su final, el cual es volver a la sociedad, sin la cual no se puede vivir.
El
concepto de Aristóteles, el hombre es un ser sociable, se ha explicitado en la
psicología moderna como la identidad del ser, la constitución definitiva del
hombre en la alteridad.
Entonces
el otro está en mí, el otro soy yo.
Si
lo odio, si tengo rencor hacia él, si lo violento, estoy odiando, estoy
teniendo rencor y violencia hacia mí mismo
Porque
todos somos exponentes de una misma estirpe.
Es
la estirpe la que nos permite llegar a donde estamos, progresar, crecer y perfeccionarnos
como individuos y como seres comunitarios.
Todo
comienza en el pensamiento, en la idea que se forja en mi a través de esta
génesis.
Entonces
toda idea es social, toda idea es comunitaria, porque subyace en el yo el otro,
porque no puedo pensar sino en función de la raza, de la estirpe, de quien soy
como hombre, con los hombres, en medio de los hombres.
Por
eso la amonestación divina, ama a tu prójimo como a ti mismo.
Porque
el prójimo eres tú mismo, y tú eres él.
La
idea motora, el pensamiento que inicia la existencia humana, y que permite que
todo ser humano, varón o mujer, pueda subsistir y pueda hacer prolongar la
especie, es este pensamiento común, que surge del arcano de la historia humana,
luz interior que vivifica nuestro espíritu, nos hace bondadosos, solidarios,
comprensivos, misericordiosos y altruistas, en pos de un hombre mejor.
©ELIAS GALATI, Buenos Aires, Argentina
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