APOSTILLA
En los años 70 visitaba con frecuencia a don Diego Abad de Santillán. Un
día, en su escritorio, me dice: "Penelas, un siglo ahora son cinco años.
Los cambios son vertiginosos". En una conferencia que brindé en 2010 en
torno a lo poético y el tiempo recordé la anécdota. Y agregué: "Hoy ya no
podemos decir lo mismo, un siglo son tres años". Luego mencioné autores
clásicos, el tema del tiempo y del destino, el lenguaje, el clima poético, la
estructura social de diversas épocas. Traje a colación libros de viajeros,
evoqué algunos autores: Magris,
Moravia, Gide, Leghineche, Herzog...
Con la pandemia todo, absolutamente todo, se dio vuelta. La modificación
fue tremenda, en meses. No sólo puso de manifiesto en el mundo cifras de
pobreza, injusticia, demagogia, populismo y corrupción sino que modificó de
inmediato la sociedad. Hábitos laborales, familiares, conductas domésticas, la
actividad física, la comunicación permanente por medios inimaginables, la
soledad, la angustia, la educación, aspectos biológicos y mentales.
Ortega y Gasset, en Ideas
y creencias, afirma que las últimas no son ideas
que tenemos, sino ideas que somos. La
pandemia no es sólo una emergencia sanitaria sin precedentes, sino que es una
emergencia económica y social, cuya magnitud y consecuencias están teniendo un
impacto dramático en las familias más vulnerables. El salto ha sido de una magnitud enorme. Y las consecuencias, al
menos hoy, son un enigma. Entramos en otra dimensión del tiempo, en otra
dimensión del ser.
Buenos Aires, abril de 2021
©CARLOS PENELAS, poeta y escritor argentino
MIEMBRO
HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA
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