Imagen de: ejemplos.com
ANHELO
DIVINO
Como el ciervo brama por las corrientes de las
aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Salmo
42, 1-2
Caminante incansable
por galaxias sin tiempo,
tus lumbreras azules
demarcaron trayectos.
Quizás se humedezcan felices
cuando contemplen el derrotero
que tu estirpe austera
sembrara en los ángeles tiernos:
únicos herederos de tu
casta
y custodios de tu sueño.
Invocar El Nombre en el camino
es decir Eternidad y Vida ...
Es descubrir la presencia recia
de tu mano encauzando los días
para reiniciar la senda con certezas,
porque no viajamos a la deriva:
Eres el sostén que aparta del abismo
y ayuda a soportar con entereza
todas las zozobras del destino...
Porque Eres la Respuesta esencial
a las preguntas de todo peregrino.
©LIANA FRIEDRICH, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE
ASOLAPO ARGENTINA
No hay comentarios:
Publicar un comentario